COPENHAGUE, Dinamarca, 24 de abril (OEM-EFE).- Varios testigos y expertos policiales ayudaron a reconstruir hoy durante el juicio contra el ultraderechista Anders Behring Breivik el atentado con furgoneta bomba en el que murieron 8 personas el 22 de julio pasado en el complejo gubernamental de Oslo.
El guardia de seguridad Tor Inge Kristoffersen, quien trabajaba esedía en la zona y que fue el primero de una lista de más de 150 personas que testificarán en el proceso contra Breivik, definió como "zona de guerra" esa área del centro de la capital noruega tras el atentado.
También compareció Svein Olav Christensen, experto en explosivos, que reveló que la bomba usada por Breivik tenía una potencia equivalente a entre 400 y 700 kilos de trinitrotolueno (TNT), y que para derrumbar el edificio del gobierno, pretensión inicial del extremista, debería haber usado el doble de carga.
Thor Langli, líder del operativo policial, relató cómo de entrada recibió informaciones confusas del aspecto del autor del atentado, el número de terroristas o la posibilidad de que hubiera más bombas.
Además, explicó cómo cuando llegaron noticias sobre la matanza de Utoya, supo al momento que los dos atentados estaban relacionados.
En esa isla, a 45 kilómetros al oeste de Oslo, Breivik -quien ayer terminó su declaración después de cinco días- perpetró una masacre en el campamento de las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego), en la que murieron 69 personas, casi todos menores de 20 años.
Durante la séptima jornada del juicio, cuya duración prevista es de 10 semanas, se vieron también imágenes de los daños causados por la bomba en el centro de Oslo y se repasaron las circunstancias en que se produjeron algunas de las muertes, un proceso que continuará en la vista de mañana.
También compareció Svein Olav Christensen, experto en explosivos, que reveló que la bomba usada por Breivik tenía una potencia equivalente a entre 400 y 700 kilos de trinitrotolueno (TNT), y que para derrumbar el edificio del gobierno, pretensión inicial del extremista, debería haber usado el doble de carga.
Thor Langli, líder del operativo policial, relató cómo de entrada recibió informaciones confusas del aspecto del autor del atentado, el número de terroristas o la posibilidad de que hubiera más bombas.
Además, explicó cómo cuando llegaron noticias sobre la matanza de Utoya, supo al momento que los dos atentados estaban relacionados.
En esa isla, a 45 kilómetros al oeste de Oslo, Breivik -quien ayer terminó su declaración después de cinco días- perpetró una masacre en el campamento de las Juventudes Laboristas (AUF, por sus siglas en noruego), en la que murieron 69 personas, casi todos menores de 20 años.
Durante la séptima jornada del juicio, cuya duración prevista es de 10 semanas, se vieron también imágenes de los daños causados por la bomba en el centro de Oslo y se repasaron las circunstancias en que se produjeron algunas de las muertes, un proceso que continuará en la vista de mañana.
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