RIO DE JANEIRO, Brasil, 26 de julio (OEM-AP).- Copacabana se convirtió en un escenario sublime para la representación del viacrucis con un espectador especial: el Papa Francisco que ofreció la cruz de Cristo a las víctimas de la violencia, a los marginados, perseguidos, a los jóvenes que dejaron de tener confianza en las instituciones políticas o a quienes han perdido la fe en la Iglesia.
"Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos", dijo Francisco a cientos de miles de fieles que participaron en la recreación del calvario de Jesucristo.
La cruz de madera, símbolo de las jornadas mundiales de la juventud, cargada por 20 jóvenes vestidos de blanco y amarillo, recorrió las 14 estaciones del viacrucis, que recordó desde el momento en que Jesús fue condenado a muerte, los flagelos, el consuelo de su madre hasta su crucifixión y muerte.
Cristo "acoge a todos con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Animo! No la llevas vos solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida".
El Papa, que durante la recreación lució cansado y se veía solitario en un trono, dijo en su mensaje que con la cruz Jesucristo se une a los que "ya no pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos", también a las familias que sufren al ver a sus hijos "víctimas de paraísos artificiales como la droga".
Afirmó que se une también a "tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la iglesia, o incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y los ministros del Evangelio".
Los fieles cerca del escenario siguieron con atención el viacrucis, pero no los que estaban distantes.
"Jesús con su cruz recorre nuestras calles para cargar nuestros miedos, nuestros problemas, nuestros sufrimientos, también los más profundos", dijo Francisco a cientos de miles de fieles que participaron en la recreación del calvario de Jesucristo.
La cruz de madera, símbolo de las jornadas mundiales de la juventud, cargada por 20 jóvenes vestidos de blanco y amarillo, recorrió las 14 estaciones del viacrucis, que recordó desde el momento en que Jesús fue condenado a muerte, los flagelos, el consuelo de su madre hasta su crucifixión y muerte.
Cristo "acoge a todos con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Animo! No la llevas vos solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida".
El Papa, que durante la recreación lució cansado y se veía solitario en un trono, dijo en su mensaje que con la cruz Jesucristo se une a los que "ya no pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos", también a las familias que sufren al ver a sus hijos "víctimas de paraísos artificiales como la droga".
Afirmó que se une también a "tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la iglesia, o incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y los ministros del Evangelio".
Los fieles cerca del escenario siguieron con atención el viacrucis, pero no los que estaban distantes.
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