SIMFEROPOL, (OEM-AP).- Ucrania se enfilaba hoy jueves hacia una secesión después que legisladores en Crimea declararon de manera unánime que querían unirse a Rusia y que dejarían la decisión a los votantes dentro de 10 días, mientras que los legisladores rusos presentaron una iniciativa de ley para facilitar el acto de entrega.
Es casi seguro que la mano del Presidente ruso, Vladimir Putin, está detrás de la drástica medida, pero no está claro si está intentando conseguir una anexión de manera absoluta o simplemente fortaleciendo su posición en las negociaciones con Occidente.
La respuesta de los países occidentales fue menos contundente: la Unión Europea anunció medidas de castigo limitadas contra el gobierno de Putin -incluida la suspensión de negociaciones sobre comercio y visas- y Estados Unidos dijo que estaba imponiendo restricciones de viaje a adversarios del nuevo gobierno ucraniano. Ambos estaban analizando mayores sanciones.
Desde la Casa Blanca, el Presidente Barack Obama dijo que cualquier decisión sobre el futuro de Crimea debe incluir al nuevo gobierno del país.
"El referendo sobre el futuro de Crimea violaría la Constitución y el derecho internacional", declaró Obama.
"Han quedado muy atrás los días en que las fronteras pueden redibujarse pasando encima de los líderes democráticos".
"anarquIa en Kiev"
El Parlamento de Crimea impulsó el equivalente de una declaración de independencia de Ucrania, al anunciar que permitiría que los crimeos, 60% de los cuales son de etnia rusa, decidan si quieren convertirse en parte de su gigantesco vecino del oriente.
"Esta es nuestra respuesta al desorden y la anarquía en Kiev", dijo Serguei Shuvainikov, un miembro de la Legislatura local de Crimea. "Nosotros mismos decidiremos nuestro futuro".
El Primer Ministro ucraniano criticó velozmente la acción. "Este así llamado referendo no tiene ningún fundamento legal", dijo Arseni Yatsenyuk.
Por su parte, el Presidente interino de Ucrania, Aleksánder Turchínov, declaró posteriormente que Ucrania tomaría medidas para disolver el parlamento de Crimea, aunque tal acción no tendría efectos prácticos.
En una reunión de emergencia en Bruselas, el presidente de la UE, Herman Van Rompuy, dijo que el bloque estaba suspendiendo las negociaciones con Rusia sobre un pacto económico de alcance amplio y sobre un acuerdo de visado, y que se considerarían medidas adicionales si Moscú no abre rápidamente un diálogo significativo.
"No todos van a estar satisfechos con la decisión, pero debo decir que realizamos mucho más juntos de lo que uno hubiera esperado hace varias horas", comentó el Primer Ministro polaco, Donald Tusk.
En Moscú, un miembro prominente del Parlamento ruso, Serguei Mironov, dijo que presentó una iniciativa de ley para simplificar el procedimiento para que Crimea se una a Rusia y que podría ser aprobada la próxima semana.
Otro legislador de alto rango, Leonid Slutsky, señaló que el Parlamento podría considerar tal moción después del referendo.
El Presidente ruso convocó hoy jueves a una reunión de su Consejo de Seguridad para discutir el asunto de Ucrania.
Para Putin, Crimea sería un botín valioso y ayudaría a robustecer su autoridad entre una ciudadanía rusa que en los últimos años ha mostrado señales de intranquilidad y que aún resiente la pérdida del inmenso imperio que Moscú regía en la era soviética.
La península fue alguna vez la joya de la corona del imperio ruso, un fastuoso territorio capturado por Catalina la Grande en el siglo XVIII que evoca el reclamo de Rusia a la grandeza como potencia mundial.
Ya se había agendado un referendo en Crimea para el 30 de marzo, pero la pregunta a los votantes era si su región debía gozar del estatus de "Estado autónomo" dentro de Ucrania.
Es casi seguro que la mano del Presidente ruso, Vladimir Putin, está detrás de la drástica medida, pero no está claro si está intentando conseguir una anexión de manera absoluta o simplemente fortaleciendo su posición en las negociaciones con Occidente.
La respuesta de los países occidentales fue menos contundente: la Unión Europea anunció medidas de castigo limitadas contra el gobierno de Putin -incluida la suspensión de negociaciones sobre comercio y visas- y Estados Unidos dijo que estaba imponiendo restricciones de viaje a adversarios del nuevo gobierno ucraniano. Ambos estaban analizando mayores sanciones.
Desde la Casa Blanca, el Presidente Barack Obama dijo que cualquier decisión sobre el futuro de Crimea debe incluir al nuevo gobierno del país.
"El referendo sobre el futuro de Crimea violaría la Constitución y el derecho internacional", declaró Obama.
"Han quedado muy atrás los días en que las fronteras pueden redibujarse pasando encima de los líderes democráticos".
"anarquIa en Kiev"
El Parlamento de Crimea impulsó el equivalente de una declaración de independencia de Ucrania, al anunciar que permitiría que los crimeos, 60% de los cuales son de etnia rusa, decidan si quieren convertirse en parte de su gigantesco vecino del oriente.
"Esta es nuestra respuesta al desorden y la anarquía en Kiev", dijo Serguei Shuvainikov, un miembro de la Legislatura local de Crimea. "Nosotros mismos decidiremos nuestro futuro".
El Primer Ministro ucraniano criticó velozmente la acción. "Este así llamado referendo no tiene ningún fundamento legal", dijo Arseni Yatsenyuk.
Por su parte, el Presidente interino de Ucrania, Aleksánder Turchínov, declaró posteriormente que Ucrania tomaría medidas para disolver el parlamento de Crimea, aunque tal acción no tendría efectos prácticos.
"No todos van a estar satisfechos con la decisión, pero debo decir que realizamos mucho más juntos de lo que uno hubiera esperado hace varias horas", comentó el Primer Ministro polaco, Donald Tusk.
En Moscú, un miembro prominente del Parlamento ruso, Serguei Mironov, dijo que presentó una iniciativa de ley para simplificar el procedimiento para que Crimea se una a Rusia y que podría ser aprobada la próxima semana.
Otro legislador de alto rango, Leonid Slutsky, señaló que el Parlamento podría considerar tal moción después del referendo.
El Presidente ruso convocó hoy jueves a una reunión de su Consejo de Seguridad para discutir el asunto de Ucrania.
Para Putin, Crimea sería un botín valioso y ayudaría a robustecer su autoridad entre una ciudadanía rusa que en los últimos años ha mostrado señales de intranquilidad y que aún resiente la pérdida del inmenso imperio que Moscú regía en la era soviética.
La península fue alguna vez la joya de la corona del imperio ruso, un fastuoso territorio capturado por Catalina la Grande en el siglo XVIII que evoca el reclamo de Rusia a la grandeza como potencia mundial.
Ya se había agendado un referendo en Crimea para el 30 de marzo, pero la pregunta a los votantes era si su región debía gozar del estatus de "Estado autónomo" dentro de Ucrania.
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