Raúl Macías
México refrenda su compromiso contra armas nucleares, al conmemorarse el XLVIII aniversario del Tratado de Tlatelolco, por lo cual realizó una ceremonia en la Plaza de las Tres Culturas.
El Tratado de Tlaltelolco tiene un valor especial que a veces se ha perdido en la historia, porque fue el primer tratado donde se prohibieron las armas nucleares, ojalá que haya un tratado que las prohíba a nivel global, y en esto los países de América Latina y el Caribe siguen siendo punta de lanza, afirmó María Antonieta Jáquez Huacuja, directora general adjunta para la Asamblea General y Desarme de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Actualmente en el mundo existen más de 16,000 armas nucleares en alta alerta operativa, es decir, que pueden detonar ya sea intencional o accidentalmente con resultados devastadores, señaló.
Así lo expresó ante el secretario general y presidente del consejo del Organismo para la Prescripción de las Armas Nucleares en América Latina (Opanal), Luiz Filipe de Macedo Soares y Patricio López Araujo, respectivamente.
Ayer, a 48 años de su promulgación, el Tratado de Tlatelolco, que prohibió las armas nucleares en los países de América Latina y el Caribe, mantiene vigencia y valor para México y el mundo toda vez que las causas que la concibieron como instrumento internacional siguen vigentes.
Jáquez Huacuja participó en representación del Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, en la ceremonia por el XLVIII aniversario del Tratado de Tlatelolco.
En su momento sostuvo que la preocupación que llevó a los países de América Latina y el Caribe a establecer la primera zona libre de armas nucleares -una zona densamente poblada- "sigue más vigente que nunca".
Afirmó que la única garantía para que las armas nucleares no causen daño es prohibirlas y destruirlas. "Estas armas no pueden ser legales, no pueden ser consideradas como legítimas para garantizar la seguridad y la paz", dijo.
En la pasada conferencia sobre la materia realizada en Nayarit, México hace un año, expertos de todo el mundo concluyeron que los efectos de una explosión nuclear en la actualidad serían peores que los de Hiroshima y Nagasaki, pues las ciudades están más pobladas actualmente entre otros factores.
México refrenda su compromiso contra armas nucleares, al conmemorarse el XLVIII aniversario del Tratado de Tlatelolco, por lo cual realizó una ceremonia en la Plaza de las Tres Culturas.
El Tratado de Tlaltelolco tiene un valor especial que a veces se ha perdido en la historia, porque fue el primer tratado donde se prohibieron las armas nucleares, ojalá que haya un tratado que las prohíba a nivel global, y en esto los países de América Latina y el Caribe siguen siendo punta de lanza, afirmó María Antonieta Jáquez Huacuja, directora general adjunta para la Asamblea General y Desarme de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Actualmente en el mundo existen más de 16,000 armas nucleares en alta alerta operativa, es decir, que pueden detonar ya sea intencional o accidentalmente con resultados devastadores, señaló.
Así lo expresó ante el secretario general y presidente del consejo del Organismo para la Prescripción de las Armas Nucleares en América Latina (Opanal), Luiz Filipe de Macedo Soares y Patricio López Araujo, respectivamente.
Ayer, a 48 años de su promulgación, el Tratado de Tlatelolco, que prohibió las armas nucleares en los países de América Latina y el Caribe, mantiene vigencia y valor para México y el mundo toda vez que las causas que la concibieron como instrumento internacional siguen vigentes.
Jáquez Huacuja participó en representación del Secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, en la ceremonia por el XLVIII aniversario del Tratado de Tlatelolco.
En su momento sostuvo que la preocupación que llevó a los países de América Latina y el Caribe a establecer la primera zona libre de armas nucleares -una zona densamente poblada- "sigue más vigente que nunca".
En la pasada conferencia sobre la materia realizada en Nayarit, México hace un año, expertos de todo el mundo concluyeron que los efectos de una explosión nuclear en la actualidad serían peores que los de Hiroshima y Nagasaki, pues las ciudades están más pobladas actualmente entre otros factores.
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