El Partido Acción Nacional denuncia hoy que la deuda en Coahuila aumentó 3 mil 898 millones de pesos en tan sólo tres meses, al pasar de 32 mil 778 millones a 36 mil 676 millones de pesos; casi 37 mil.
Esta cifra incluye la actualización de las obligaciones contraídas por el gobierno estatal, sus organismos y por los municipios, aunque debe destacarse que el 98 por ciento de la misma fue contraída por el gobierno del estado y sus organismos.
De nueva cuenta, esta actualización de información no se debe a la transparencia del gobierno de Coahuila, que ha hecho todo lo posible para ocultar la información. De hecho, hoy conocemos la diferencia entre lo reportado y lo registrado, porque en la reestructura llevada a cabo durante los meses de septiembre y octubre, obligó a que el gobierno de Coahuila literalmente fuese forzado a revelar todos sus créditos, por lo que el saldo total conocido, se conoció hasta ahora.
Esto significa que el saldo de obligaciones del gobierno del estado y de sus organismos aumentó casi cinco veces (384 por ciento) tan sólo entre septiembre del año anterior y el día de hoy. Ese aumento, como sea, palidece con lo que ocurrió con la deuda de Coahuila en el sexenio que va de septiembre de 2005 a septiembre de 2011, ya que en ese lapso alcanza la increíble cifra de 19 mil 465 por ciento. Lo repito, 19 mil 465 por ciento.
Por ello, Acción Nacional reitera la demanda de que el gobierno de Coahuila diga de una vez por todas, la verdad sobre los montos de la deuda que le ha impuesto a los coahuilenses, pues una y otra vez encontramos que a pesar de la opacidad de ese gobierno, las cifras conocidas siguen aumentando y la evidencia de fraude emerge.
Esto resulta indispensable por la obligación legal y moral del gobierno de Coahuila, pero también se hace urgente, pues las consecuencias de este comportamiento inmoral e irresponsable se empezarán a reflejar ya en la vida de los coahuilenses.
Las consecuencias de ese comportamiento son muchas y son muy graves. Para empezar, hoy sabemos que aún con la reestructura recientemente acordada, las deudas contraídas por el señor Moreira representarán en los próximos 24 meses un pago de 2 mil 750 millones de pesos para el servicio de la deuda, y eso a pesar de que ese lapso forma parte del periodo de gracia de la reestructura impuesta por los bancos para el pago de los 27 créditos ahí incluidos, que no son todos los que tendrá que pagar.
Esa cifra es equivalente al 36 por ciento de sus participaciones federales anuales estimadas. Sin duda, el futuro de Coahuila está empeñado. Vale la pena comparar ese monto con lo que según los informes del señor Moreira se pagaba anualmente en el servicio de deuda en el cuatrienio 2007-2010, por ejemplo, reportó, se pagaban 146 millones de pesos; es decir, 20 veces menos que lo que deberá pagar como mínimo en los próximos dos años.
Pero las cosas serán mucho peores en el breve plazo de dos años, cuando termine el periodo de gracia, pues los coahuilenses tendrán que aportar anualmente al pago total, capital más intereses, 4 mil 150 millones de pesos, cada año; equivalente al 43 por ciento de sus participaciones federales. Esta cifra es 21 veces superior a los 190 millones de pesos que autorizó el Congreso de Coahuila para servir la deuda estatal durante 2011.
Como puede verse, las decisiones que tomó en su momento el señor Humberto Moreira, aunque intente deslindarse, han provocado que como parte de la reestructura llevada a cabo el 30 de septiembre de este año, el gobierno contratara 23 líneas de crédito simple de largo plazo por un monto total de 33 mil 683 millones de pesos, cuyos recursos se destinan sólo al refinanciamiento de créditos de largo y corto plazo.
Por supuesto, esta reestructura no le salió gratis a los coahuilenses. Tan sólo considerando la tasa a que fueron forzados a aceptar (TIIE más 275 puntos base), la carga financiera adicional de la mera reestructura debe rondar los 500 millones de pesos extras. Este es, estrictamente, dinero extra que los coahuilenses tendrán que pagar por lo que ya Moreira se gastó.
El asunto es más grave desde el punto de vista económico y legal, pues se calcula que la deuda a corto plazo al momento de la reestructura era de alrededor de 23 mil millones de pesos, lo que significa que los coahuilenses pagarán en 20 años cerca de 45 mil millones de pesos, de capital e intereses, tan sólo por esos créditos de corto plazo, que por lo tanto no pudieron destinarse a infraestructura.
La fecha de vencimiento de los 23 créditos incorporados en la reestructura es de 240 meses y tienen como fuente de pago el100 por ciento de las participaciones, el 25 por ciento del Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de las Entidades Federativas y el 100 por ciento del Impuesto Sobre Nómina.
Por ello, los coahuilenses tendrán que pagar en el futuro el impuesto sobre nómina más alto de todo el país, y ni un solo peso de esos recursos se dedicará a las necesidades presentes y futuras: todo será destinado a pagar lo que ya bailó el señor Moreira.
Una de las mayores preocupaciones del PAN es que de la parte afectada de participaciones, 4 mil 150 millones de pesos anuales, se utilizaran para el pago de la deuda, lo que deja libre cerca de 4 mil millones de pesos al estado para hacer frente a todas sus necesidades. Esto sin contar los adeudos que ya tiene con el ISSSTE.
Uno de los argumentos falsos que Moreira ha empleado en su defensa es que todos los recursos se invirtieron en infraestructura. Esto es una mentira. El hecho de que 23 mil millones de pesos de esa deuda fuesen de corto plazo serviría por sí solo para probar la mentira.
Pero hay otras cifras, por ejemplo: el gobierno de Coahuila dispuso durante cinco años de un presupuesto de 142 mil millones de pesos, por concepto de ingresos propios y transferencias federales, adicional obtuvo 36 mil 675 millones de pesos por concepto de deuda, como ha sido forzado a reconocer y una buena parte de ella fueron obtenidos con documentos apócrifos.
Pero la realidad es que el gasto en obras públicas y acciones sociales, conforme a los informes del señor Moreira y del gobierno del estado, fue de 27 mil 97 millones de pesos, comparados con 142 mil de recursos propios, transferencias, más 36 mil; es decir, 179 mil millones de pesos, comparados con 27 mil.
Si consideramos los ingresos ordinarios acumulados y los obtenidos, por lo tanto únicamente se invirtió el 15 por ciento del presupuesto federal en infraestructura.
Entonces ¿dónde están los 36 mil 675 millones de pesos que ingresaron por concepto de deuda, pero que no se sabe en qué se gastaron?
Además, hay que decir que la deuda creció a un ritmo más elevado que la inversión, pues la primera aumentó en 2010 a un ritmo de 429 por ciento y la segunda a sólo 35 por ciento.
Sumado a ello, la Auditoría Superior de Coahuila pretende sumir a Coahuila en la opacidad.
Los mexicanos y los coahuilenses no deben tolerar la continua burla de los Moreira, respaldados por órganos como su Auditoría Superior, la Auditoría Superior coahuilense, la cual ordenó sin fundamentos legales de por medio que las condiciones de cómo se contrató la deuda de los coahuilenses se ocultaran hasta el año 2019.
La verdad es que mientras el país camina hacia mejores niveles de transparencia y algunas entidades trabajan en respetar el derecho a la información, es lamentable que estados como Coahuila retrocedan con el único objetivo de proteger a Humberto Moreira y a su hermano, el actual gobernador.
Olvida la Auditoría Superior de Coahuila que como servidores públicos tienen la indeclinable responsabilidad de rendir cuentas hacia la población.
Pareciera que este órgano, que debería ser garante de la transparencia, intenta resguardar los intereses de los Moreira, pues el crecimiento de la deuda provocado por su hermano Humberto en la entidad, estará blindada hasta un año después de que el segundo Moreira deje el encargo.
De la mano con esta serie de atropellos en contra de los coahuilenses, que ya vieron transgredido su derecho a estar informado, también se encuentra el aumento indiscriminado de impuestos.
Por todo ello, Acción Nacional exige a los priistas una definición respecto a la deuda en Coahuila, ya que Moreira mostró su carencia de moral política y ahora pretende lavarse las manos.
Mientras no compruebe dónde quedó el dinero de la deuda contratada, es posible suponer que fue a parar a las campañas del PRI o a los bolsillos de sus asociados.
Lo peor es que esto aún no acaba. Tenemos razones para suponer que las obligaciones de pagos reales de los estados son aún más altas que los 36 mil millones de pesos, hasta ahora conocidos.
Los gobiernos de Acción Nacional llevan 11 años luchando por desmantelar un sistema político corrupto, lo hemos hecho fortaleciendo a las instituciones y se han logrado avances significativos en el ámbito federal.
Lo más difícil, sin embargo, ha sido enfrentar la corrupción, la opacidad, la irresponsabilidad y el dispendio en los estados que nunca ha habido alternancia, y donde las prácticas del PRI de siempre siguen idénticas en el nuevo PRI. Por eso, el día de hoy les entregaremos un pequeño documento que ilustra y revela una parte de esta historia.
Quizá lo que más indigna de toda esta historia de deudas, fraudes y mentiras es el contraste entre esta triste realidad y la manera en que Humberto Moreira se presentaba durante la campaña electoral del estado de Coahuila como un genio, que incluso había hecho, decía él, descubrimientos financieros, que lo convertía en el ejemplo del nuevo político priista.
Quizá esa sea la única verdad que nos ha dicho en esta historia.
Quien desee consultar lo que Moreira decía sobre las finanzas de Coahuila y compararlo con los datos que documentamos en este texto puede acceder al enlace: http://linki.es/ctf
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