Secuestradores exprés reinan ahora en los reclusorios

martes, 3 de enero de 20120 comentarios

* Jugosas ganancias para funcionarios de centros penitenciarios e internos, resultan las rentas y venta de "servicios especiales"
* Nada más falta que cobren por respirar
 
Leonardo Juárez R.
notiredmexico
 
Sobrevivir en un reclusorio y más o menos sobrellevarla son cuestiones de dinero, quien tenga recursos para solventar su estancia en los penales estará más que agradecido, quien no pueda tenerlo pues quedará a lo que su suerte le depara. Desde la llegada a un centro penal comienza el viacrucis para la persona que llega como para sus familiares, si llega con ropa y zapatos más o menos de calidad y en buenas condiciones, "el comité de recepción" les despoja de sus artículos, y les deja los que tienen.
Para permanecer en el área de observación las cuotas varían, según sean los delitos por los que se consignan al detenido, pueden ir desde mil pesos en adelante, la entrada a los penales parece como si el visitante fuera "padrino de bolo", repartiendo dinero desde la revisión, ya que en este paso los custodios, se ponen estrictos con la ropa, calzado, así como las identificaciones, a pesar de que en el reglamento se dice que se pueden utilizar identificaciones como la cartilla del Servicio Militar, como no está actualizada la fecha, los familiares o amigos del interno tienen que dar dinero para pasar.
Incluso parte de este "negocio" comienza en este paso, ya que a las afueras de los penales se alquila ropa y calzado que cubre con los requisitos del reglamento oficial, después de pasar la aduana donde a los visitantes se les coloca un sello únicamente legible a un escáner y el gafete, comienza el recorrido al área de visita, donde los presos comienzan a ofrecer limpieza de calzado, y búsqueda de su interno, con lo cual se van alrededor de unos 80 a cien pesos, dependiendo como acceda el visitante.
Se dice que actualmente, los "reyes" de la impunidad en este negocio son los secuestradores exprés, quienes han rebasado a los narcotraficantes, ya que ellos con los secuestros en sus diversas modalidades ya se virtual, material o exprés, así como las extorsiones son los que generan principalmente los recursos para mantener este "nicho de la impunidad".
Incluso el libre paso de las drogas les permite a las autoridades penitenciarias además de obtener jugosas ganancias, les permite mantener a los reclusos controlados, ya que al final de cuentas estos "no son más que carne de cañón, e incluso se le hace un favor a la sociedad al quitarle esa escoria", los operativos para asegurar drogas no son más que parapetos para demostrar que se está trabajando.
 
Los órganos de control penitenciarios fomentan el negocio
 
A decir de internos y ex presidiarios, el problema radica desde los mismos organismos de seguridad y custodia de los penales, quienes son los que se encargan de formar los grupos de choque, lo que comúnmente se conoce como los "rondines", que se subdividen en cobros de cuotas, revisiones, "ablandamientos", concesiones de venta de alimentos, entre otros aspectos.
Reconocieron que en los penales existen áreas VIP, en algunas estancias hay cocineta, piso laminado de madera, camas con colchón y cobertores; dormitorio de presos adinerados, que anteriormente eran conocidos como dormitorios nueve, incluso contaban con aparatos electrónicos, TV por cable, gimnasio, teléfonos, entre otras canonjías, claro con su respectiva cuota de dinero.
En las celdas se puede observar ropa en ganchos o doblada, trastos, así como cobijas y cubetas, terminan por abarrotar los dormitorios tanto en el interior de las celdas como en los pasillos que, en cambio, lucen limpios en una zona, de las llamadas "VIP".  En los espacios destinados para el resto, por doquier hay agua sucia, encharcada, proveniente de lavar la ropa en el piso o incluso sobre alguna pared. En los dormitorios con privilegios hay micas transparentes, a manera de ventanas, con las que se contienen el polvo, el frío y el aire en las crujías. En algunas otras celdas los baños están en pésimo estado, mientras que en otras hasta hay cortinas de plástico, con instalaciones hidráulicas en perfecto estado y todo lo usa sólo una persona.
 
Lujos y canonjías en reclusorios
 
En el año 2005, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) daba a conocer que envió a la Procuraduría General de la República (PGR), de 2001 a la fecha 55 oficios en los que da cuenta de las irregularidades observadas en diversos penales del país, que constituyen delitos del orden federal, como son la venta de drogas de todo tipo y el hecho de que grupos de delincuencia organizada corrompen a las autoridades penitenciarias para continuar dirigiendo desde las cárceles delitos como secuestro, robo calificado y narcotráfico.
En este sentido, el entonces visitador general de la CNDH, José Antonio Bernal, detalló que se habían hecho llegar a las autoridades federales, estatales y municipales reportes sobre la situación de los derechos humanos en las cárceles del país, "y nada, o casi nada han hecho al respecto".
En ese documento se señala "la corrupción imperante en las cárceles, que incluye a custodios, elementos de seguridad y autoridades; la existencia de teléfonos celulares, aparatos electrónicos y electrodomésticos en las celdas; privilegios, celdas de lujo con sauna y hasta gimnasio".
Desde esa fecha, la CNDH denunció la existencia del tráfico y venta de todo tipo de drogas -marihuana, heroína, cocaína, crack y otros estupefacientes sintéticos-, así como de licores de todas las marcas.  Pero no sólo eso: adentro de los penales también hay prostitución, y no "sólo de presas y presos, sino que a los centros de reclusión entran mujeres que se dedican a esa actividad".
Posteriormente a ese informe, la propia CNDH emitió una recomendación general -enero de 2001- a todos los gobernadores, al jefe de Gobierno del Distrito Federal y al titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, por las revisiones indignas a que eran sometidos los familiares y visitas de los presos en los penales estatales y los de máxima seguridad.  Un año después, en 2002, el organismo nacional de defensa de los derechos humanos emitió otra recomendación general por las condiciones indignas en que vivían las mujeres recluidas.
Además, durante los años 2002 y 2003 se actualizó el diagnóstico sobre los centros de reclusión, y de nueva cuenta se envió a los mandatarios estatales un reporte acerca de la situación de los penales ubicados en sus respectivas entidades, pero como "la situación continuaba empeorando en casi todas las cárceles del país, la CNDH volvió a emitir un nuevo informe sobre La situación de los derechos humanos en los centros de reclusión de la República mexicana.
En dicho informe especial sobre las cárceles en el país, y luego de haber realizado 960 visitas a diferentes penales de la República en cuatro años, la CNDH volvió a denunciar que desde esos centros de reclusión los grupos de delincuencia organizada continuaban dirigiendo delitos de secuestro, robo calificado y narcotráfico.
La CNDH por enésima vez mencionaba la existencia de autogobiernos que "se habían apoderado del control de los penales, que eran ellos los que imponían sanciones y condiciones a los reclusos; además de que continuaban los cobros indebidos, así como la existencia de privilegios para presos con poder económico, que inclusive tenían para sí hasta tres celdas, mientras había otras en las que dormían hasta 30 personas".
 
Más datos
 
A decir de los ex internos consultados por NOTIREDMEXICO, la presencia de servibares –refrigeradores compactos-, consolas de juegos como X-Box, componentes con bocinas, comida especial, entre otros beneficios, son negocio recurrente de las autoridades penitenciarias quienes se han hecho de cuantiosas ganancias, incluso por pase de lista diarios a los presos se les cobra entre cinco y diez pesos diarios.
Otro negocio más que les reditúa buenos ingresos son las fiestas del 10 de mayo, 15 de septiembre, día de muertos y fiestas de fin de año, donde por una botella se dejan pedir 2 mil 500 pesos, "hay de todos los precios y diversas marcas, incluso para los que menos teníamos podíamos comprar una botella de alcohol adulterado, que preparaban con agua, alcohol de farmacia y refresco para disfrazarla con 500 pesos, si queríamos por decir un Torres 10 pues había que aflojar 3 mil pesos, cigarros variaba el precio, los más baratos eran los delicados, a los cuales solamente les subían dos pesos".
La cuota por espacios varía, "todo dependiendo el área, hay varios factores, en el caso de una penitenciaria no se tienen que rebasar los espacios asignados, no es como en los reclusorios que hay dormitorios especiales, en los que se encuentran narcotraficantes, defraudadores, políticos, secuestradores, quienes pagan por tener su espacio e incluso privacidad, no cualquiera puede entrar a ellos, en algunos casos solamente están con ellos contados internos y custodios".
"El horario que teníamos era de 8 de la mañana a ocho de la noche, podíamos permanecer fuera de nuestras celdas, caminar, trabajar, hacer ejercicio, después de ese horario había que dar entre diez pesos o más, para seguir afuera de las celdas, tiempo que se aprovechaba para hablar por teléfono, en penitenciaria se le conoce como boletos especiales para las áreas de máxima seguridad, estancia o celda, que se cobra por lugar", en fin todo se traduce a dinero.
El sexoservicio es otro de los ramos de ingresos, ya sea presidiarias o meretrices haciéndose pasar como esposas o concubinas, prestan el servicio con los reclusos, los precios oscilan entre los 400 pesos hasta los 10 ó 20 mil pesos, según la categoría de la dama, incluso en este caso se podía contar con lesbian show, más cien pesos por alquiler de la "cabañita". En el reclusorio Oriente, un recluso logró obtener un espacio para la venta de tacos de carnitas, y un breve lugar donde colocó un camastro, una manta que tapaba el lugar, y en conjunto con dos sexoservidoras, ofrecía las caricias al interno que requería de atención especial.
Trascendió que en uno de los penales capitalinos se logró tener acceso a juegos infantiles para los niños, para tener acceso a un teléfono celular los precios oscilan entre los mil o mil quinientos pesos semanales, "todo es negocio para las autoridades penitenciarias, las mesas, la comida, el que vende los dulces, todo se cobra".
 
Nada pasa con Celina Oseguera
 
A pesar de que Celina Oseguera en tres años lejos de corregir viejos vicios en los Reclusorios capitalinos los ha empeorado, de acuerdo a sus allegados se siente intocable ya que presume que tiene la protección del Secretario General del Gobierno capitalino José Ángel Ávila Pérez, antiguo secretario particular del líder de los maestros Carlos Jongitud Barrios.
Personal de altos cargos afirman que el ex director de  Seguridad,  Fidel Ceballos  fue quien realmente convirtió en minas de oro a costa de sangre estos penales donde no hay mayor castigo que ser pobre. Desde su nombramiento y aún después de que fue destituido en marzo pasado, afirman que Ceballos sigue mandando en todos los reclusorios motivo por el cual, incluso ordenó que no se atendiera al méxico-estadounidense Orlando Mijares y quien reveló que este jefe de seguridad tenía grande propiedades en el extranjero producto de las extorsiones en estos reclusorios así como en sus demás cargos. Entre los corrillos penitenciarios se dice, que todos los directores de penales tienen que juntar un millón de pesos semanales, que presuntamente deben llegar a la Subsecretaría del Sistema Penitenciario y de ahí a otras áreas, los lunes o martes de cada semana, de ahí que este gran negocio no tenga freno alguno.
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