Armando Maceda
Hacinamiento, corrupción, presencia del crimen organizado y sobrepoblación en cárceles del país, donde se encuentran mezclados reos de alta y baja peligrosidad, originan riñas, fugas y motines, opinó el senador Arturo Escobar.
El enfrentamiento entre internos en el penal de Altamira, Tamaulipas, evidencia, dijo, que las cárceles en nuestro país están completamente colapsadas debido a que el Sistema Penal ya no funciona y sólo demuestra ser un foco de contaminación delictiva, por lo que es urgente su reajuste y restructuración integral.
Como consecuencia de la riña, murieron 31 internos, y es una situación que se venido ocurriendo con frecuencia en diversas prisiones, por lo que el coordinador de los senadores del Partido Verde Ecologista dijo que urge una reforma integral en el sistema penal.
Comentó que el hacinamiento que se registra en las cárceles del país, donde se encuentran mezclados reos de alta y baja peligrosidad, originan riñas, fugas y motines por el control de los penales, así como abusos y corrupción derivados de la venta de toda clase de privilegios.
"Estamos viviendo situaciones alarmantes en los centros penitenciarios no sólo en el Distrito Federal, sino en todo el país, donde los enfrentamientos entre internos son recurrentes, sobre todo por la falta de personal administrativo, y el tráfico de drogas y armas, es decir, los grupos de inconformes buscan el control de las cárceles", insistió.
Para el legislador los hechos ocurridos en Tamaulipas, evidencian que las autoridades municipales, estatales y federales no pueden mantener los penales bajo las condiciones mínimas indispensables, pues el actual sistema es obsoleto y no se puede cumplir con el objetivo de la readaptación social.
Recordó que para lograr una infraestructura carcelaria que responda a la ejecución de sanciones y reformas legales al sistema penitenciario, presentó una Iniciativa de Ley que propone, entre otras cosas, la construcción de cárceles de máxima seguridad para criminales peligrosos, y cadena perpetua para asesinos y secuestradores que mutilen a sus víctimas.
Reiteró que en las nuevas prisiones se establecería el trabajo obligatorio a los reclusos, quienes recibirían un salario, lo que permitiría crear una cadena de beneficios entre los internos y sacar adelante la premisa de readaptación mediante educación y retribución.
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