Por: Genoveva Ortiz, LA PRENSA
El Papa Benedicto XVI vendrá a México a reforzar "nuestra esperanza, para que en estos tiempos en que abruma la oscuridad del pecado, la violencia, la corrupción, la pérdida de valores y la descomposición social, no desesperemos, ni olvidemos que el Señor es nuestra luz y nuestra salvación".
Así lo declaró la Iglesia Católica al concluir la misa dominical en la Catedral Metropolitana, desde donde hizo un llamado al pueblo católico mexicano a corresponder la primera visita del Sumo Pontífice a nuestro país, con una cálida hospitalidad.
Al dar lectura a un mensaje antes de concluir la celebración eucarística dominical, el jerarca católico pidió a los católicos a hacer sentir al Papa Benedicto XVI "que nuestra casa es su casa y nuestro corazón está abierto de par en par para albergarle y acoger su mensaje".
El arzobispo primado dijo antes en su homilía que es necesario descubrir el amor a Dios, para que este mundo se salve de la etapa glacial, la autodestrucción, la inutilidad de nuestras vidas.
Indicó que es necesario descubrir y vivir el amor a Dios, "para que nuestra sociedad no sea un hormiguero que se autodestruye, para que cada uno de nosotros no sea una pasión inútil".
Señaló que no es fácil motivar al pueblo de Dios a la alegría cuando las realidades son adversas. "Pero el fundamento para alegrarnos que nos propone hoy la ligurgia es fuerte y poderoso: Dios nos ama", apuntó el purpurado.
"Es muy importante tener esto siempre presente, ya que para muchos no es fácil creer en el amor por las traiciones y desilusiones que han sufrido. El que ha sido engañado y ha sido herido una vez, tiene miedo de amar y de ser amado porque sabe cuánto duele un desengaño", expresó el arzobispado.
Señaló que el ser humano sólo puede ser entendido como fruto del amor y no como un producto del mercado, para ser manipulado en laboratorios con fines inconfesables.
Antes de terminar la misa, el también arzobispo primado de la ciudad de México dio la bienvenida al Papa Benedicto XVI, quien a partir del próximo viernes realizará una visita apostólica a nuestro país.
"Viene a reforzar nuestra esperanza para que en estos tiempos en que nos abruma la oscuridad del pecado, la violencia, la corrupción, la pérdida de valores y la descomposición, no desesperemos, ni olvidemos que el Señor es nuestra luz y nuestra salvación", apuntó.
El Papa Benedicto XVI vendrá a México a reforzar "nuestra esperanza, para que en estos tiempos en que abruma la oscuridad del pecado, la violencia, la corrupción, la pérdida de valores y la descomposición social, no desesperemos, ni olvidemos que el Señor es nuestra luz y nuestra salvación".
Así lo declaró la Iglesia Católica al concluir la misa dominical en la Catedral Metropolitana, desde donde hizo un llamado al pueblo católico mexicano a corresponder la primera visita del Sumo Pontífice a nuestro país, con una cálida hospitalidad.
Al dar lectura a un mensaje antes de concluir la celebración eucarística dominical, el jerarca católico pidió a los católicos a hacer sentir al Papa Benedicto XVI "que nuestra casa es su casa y nuestro corazón está abierto de par en par para albergarle y acoger su mensaje".
El arzobispo primado dijo antes en su homilía que es necesario descubrir el amor a Dios, para que este mundo se salve de la etapa glacial, la autodestrucción, la inutilidad de nuestras vidas.
Indicó que es necesario descubrir y vivir el amor a Dios, "para que nuestra sociedad no sea un hormiguero que se autodestruye, para que cada uno de nosotros no sea una pasión inútil".
Señaló que no es fácil motivar al pueblo de Dios a la alegría cuando las realidades son adversas. "Pero el fundamento para alegrarnos que nos propone hoy la ligurgia es fuerte y poderoso: Dios nos ama", apuntó el purpurado.
"Es muy importante tener esto siempre presente, ya que para muchos no es fácil creer en el amor por las traiciones y desilusiones que han sufrido. El que ha sido engañado y ha sido herido una vez, tiene miedo de amar y de ser amado porque sabe cuánto duele un desengaño", expresó el arzobispado.
Señaló que el ser humano sólo puede ser entendido como fruto del amor y no como un producto del mercado, para ser manipulado en laboratorios con fines inconfesables.
Antes de terminar la misa, el también arzobispo primado de la ciudad de México dio la bienvenida al Papa Benedicto XVI, quien a partir del próximo viernes realizará una visita apostólica a nuestro país.
"Viene a reforzar nuestra esperanza para que en estos tiempos en que nos abruma la oscuridad del pecado, la violencia, la corrupción, la pérdida de valores y la descomposición, no desesperemos, ni olvidemos que el Señor es nuestra luz y nuestra salvación", apuntó.
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