ZAPATA, A 94 AÑOS DE SU ASESINATO, EL CAMPO, ABANDONADO Y CON MILLONES EN LA MISERIA

En víspera de la conmemoración del 94 aniversario del asesinato del
General Emiliano Zapata --10 de abril de 1919--, hay pocos resultados
para celebrar a pesar de ese sacrificio, pues entonces como ahora, él
y sus ideales han sido traicionados, como lo muestra el abandono del
campo, la miseria de millones de sus habitantes y la dependencia
alimentaria del país.

Así lo expresaron Yazmín de los Ángeles Copete Zapot y José Antonio
Léon Mendívil, y en ese sentido, dijeron, que todo lo que se diga
desde la parte oficial para exaltar la gesta de Zapata Salazar, será
pura demagogia si no se sustituye la política neoliberal que ha
postrado a la producción agropecuaria nacional por otra en verdad
progresista.

"A casi un siglo del crimen contra Zapata, ojalá hubieran mejorado las
cosas en el campo, pero lamentablemente se retrocedió y la
responsabilidad de ello es de los gobiernos apátridas y entreguistas",
señaló Copete Zapot.

Así, mientras las agroindustrias de Estados Unidos y Canadá inundaron
el mercado nacional debido al Tratado de Libre Comercio
Norteamericano, millones de pequeños y medianos agricultores carentes
de toda posibilidad de competir literalmente quiebran y, por tanto,
abandonan el campo o quedan sometidos a dádivas y limosnas de sus
propios verdugos en el gobierno, dijo.

Lo que es peor, grosero y hasta deleznable es que esas dádivas y
limosnas la dan quienes provocan la pobreza de esa población rural
para traficar con su voto en los procesos electorales, denunció la
legisladora de Veracruz.

"Este 10 de abril, 94 años después del asesinato de Zapata, muchos del
gobierno federal exaltarán su lucha, pero continuarán haciendo
exactamente lo contrario a sus ideales", señaló.

El diputado León Mendívil demandó a todos los órganos del Estado, en
especial al Gobierno Federal, a comprometerse realmente con el campo
mexicano a través de inversión en infraestructura, créditos a la
producción y apoyos inclusive en la transportación y comercialización,
en especial para pequeños y medianos productores.

Consideró inadmisible que aún con capacidad sobrada para ser
autosuficientes y exportadores en materia alimentaria, grandes
cantidades de frutas, hortalizas y granos se echen a perder por falta
de infraestructura de transportación, industrialización,
comercialización y de exportación.

Más lamentable aún –dijo- es que el país se vea obligado a comprar al
extranjero 45 por ciento de sus necesidades de granos aún teniendo el
país el potencial de exportar.

Apuntó que no se trata de quitar subsidios a los grandes productores
del campo, quienes los concentran en su mayor parte hasta ahora, sino
de proporcionarlos también a pequeños y medianos a través, por
ejemplo, de inversión para la infraestructura y el financiamiento
desde la siembra hasta la venta en el mercado.

Demandó al nuevo gobierno federal verdadera voluntad de cambiar las
cosas y no constreñirse únicamente a programas de dádivas electoreras,
así como políticas que detonen el agro y no sólo políticas que
favorezcan a unos cuantos agroempresarios.