Por: Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
El dolor que sentía un hombre por la cruel muerte que una mujer sin entrañas le causó a su esposa no ha sido superado, pero ayer la alegría regresó a su rostro al tener en sus brazos a Angel Gabriel, el pequeño de cinco meses de nacido que procrearon juntos. Sin amargura contra quienes dejaron sin su madre al infante solamente dijo: "no puedo pedir nada para ellos pero ya sabrán, ya las autoridades sabrán".
Fueron instantes de alegría, de lágrimas de Miguel Angel García Hernández al poder tener de nuevo entre sus brazos al pequeño Angel Gabriel. De oficio albañil, el esposo de Clara Mejía Negrete, fue quien reportó la desaparición de su esposa y su pequeño hijo y también correspondió a él pasar por la amarga experiencia de tener que reconocer los restos del ser amado.
No salían palabras de la boca de Miguel Angel, era como si tuviera atravesado el recuerdo de su mujer y la alegría por tener a su bebé con él. De pronto miraba al cielo en busca de una sonrisa de Clara quien fuera asesinada el pasado 22 de marzo por Rosa Irene Angeles López, porque como no podía tener bebés le arrebató la vida Clara y aparte de eso, también a su pequeño de cinco meses de nacido.
Cuestionado sobre si le guarda rencor a Rosa Irene Angeles López y su concubino César Michel Chávez García, quienes fueron los que desde el 22 de marzo tenían en su poder a Angel Gabriel, el hombre asentó que no, que corresponderá a las autoridades capitalinas castigar a la mujer que fue quien asesinó a su esposa y al hombre que la protegiera y anduviera en varios estados con ella huyendo de la justicia.
Su historia fue una más de las que a diario se entretejen en la ciudad de México, en donde la desesperación se mezcla con el dolor; donde existe el adiós para siempre, y donde la alegría trae al ser amado. Con sus lágrimas que asomaban por sus ojos, Miguel Angel no dejaba de abrazar y besar a ese pedacito de carne que fue concebido por amor a Clara, a quien buscaba en el cielo.
Con su mirada parecía decirle que finalmente la pesadilla de la ausencia de su pequeño había terminado, más no el dolor por su partida; de ese adiós que Clara no quiso decir, sino que una mala mujer por su desesperación de retener a su pareja llegó hasta el crimen para que el bebé lo tuvieran ellos en su poder, pero su alma de Miguel Angel regresó finalmente a su cuerpo ya al tener en sus brazos a su pequeño angelito.
Ahora que se ha dado este final feliz, la mujer que se encuentra acusada del delito de homicidio y sustracción de infante, que hizo que se encendiera la alerta Amber, Rosa Irene Angeles López, así como su concubino, César Michel Chávez García será juzgada y sentenciada por el juez que lleva el caso del niño que fue localizado en la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
Y así quedará resuelto el crimen que cometió Angeles López el pasado 22 de marzo en una vivienda localizada en San Pablo Oztotepec, perímetro de la Delegación Milpa Alta, en donde Clara fue brutalmente golpeada por Angeles, quien al verla inconsciente le colocó una bolsa de plástico en la cabeza hasta asfixiarla y luego huir con el bebé, al cual lo tuvieron unos días en Chalco, y luego de ser detenida informó a la PGJDF el paradero del infante que ya fue entregado a su padre Miguel Angel García Hernández.
El dolor que sentía un hombre por la cruel muerte que una mujer sin entrañas le causó a su esposa no ha sido superado, pero ayer la alegría regresó a su rostro al tener en sus brazos a Angel Gabriel, el pequeño de cinco meses de nacido que procrearon juntos. Sin amargura contra quienes dejaron sin su madre al infante solamente dijo: "no puedo pedir nada para ellos pero ya sabrán, ya las autoridades sabrán".
Fueron instantes de alegría, de lágrimas de Miguel Angel García Hernández al poder tener de nuevo entre sus brazos al pequeño Angel Gabriel. De oficio albañil, el esposo de Clara Mejía Negrete, fue quien reportó la desaparición de su esposa y su pequeño hijo y también correspondió a él pasar por la amarga experiencia de tener que reconocer los restos del ser amado.
No salían palabras de la boca de Miguel Angel, era como si tuviera atravesado el recuerdo de su mujer y la alegría por tener a su bebé con él. De pronto miraba al cielo en busca de una sonrisa de Clara quien fuera asesinada el pasado 22 de marzo por Rosa Irene Angeles López, porque como no podía tener bebés le arrebató la vida Clara y aparte de eso, también a su pequeño de cinco meses de nacido.
Cuestionado sobre si le guarda rencor a Rosa Irene Angeles López y su concubino César Michel Chávez García, quienes fueron los que desde el 22 de marzo tenían en su poder a Angel Gabriel, el hombre asentó que no, que corresponderá a las autoridades capitalinas castigar a la mujer que fue quien asesinó a su esposa y al hombre que la protegiera y anduviera en varios estados con ella huyendo de la justicia.
Su historia fue una más de las que a diario se entretejen en la ciudad de México, en donde la desesperación se mezcla con el dolor; donde existe el adiós para siempre, y donde la alegría trae al ser amado. Con sus lágrimas que asomaban por sus ojos, Miguel Angel no dejaba de abrazar y besar a ese pedacito de carne que fue concebido por amor a Clara, a quien buscaba en el cielo.
Con su mirada parecía decirle que finalmente la pesadilla de la ausencia de su pequeño había terminado, más no el dolor por su partida; de ese adiós que Clara no quiso decir, sino que una mala mujer por su desesperación de retener a su pareja llegó hasta el crimen para que el bebé lo tuvieran ellos en su poder, pero su alma de Miguel Angel regresó finalmente a su cuerpo ya al tener en sus brazos a su pequeño angelito.
Ahora que se ha dado este final feliz, la mujer que se encuentra acusada del delito de homicidio y sustracción de infante, que hizo que se encendiera la alerta Amber, Rosa Irene Angeles López, así como su concubino, César Michel Chávez García será juzgada y sentenciada por el juez que lleva el caso del niño que fue localizado en la ciudad de Tampico, Tamaulipas.
Y así quedará resuelto el crimen que cometió Angeles López el pasado 22 de marzo en una vivienda localizada en San Pablo Oztotepec, perímetro de la Delegación Milpa Alta, en donde Clara fue brutalmente golpeada por Angeles, quien al verla inconsciente le colocó una bolsa de plástico en la cabeza hasta asfixiarla y luego huir con el bebé, al cual lo tuvieron unos días en Chalco, y luego de ser detenida informó a la PGJDF el paradero del infante que ya fue entregado a su padre Miguel Angel García Hernández.
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