Raúl Macías, Foto: Jaime Llera
En lo que parece una historia citadina, en donde los "amores perros" se mezclaban con los felinos, en el interior de una vivienda localizada en la Colonia Santa María la Ribera, perímetro de la Delegación Cuauhtémoc, gracias a una llamada ciudadana la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) logró rescatar a 130 canes y 8 gatos que estaban en condiciones precarias.
La PGJDF informó que vecinos de la calle Enrique González Martínez, denunciaron que del interior de una vivienda salían olores fétidos y que los ladridos de los perros molestaban mucho a la gente, por lo que se solicitó una orden de cateo, misma que fue obsequiada por un juez del Reclusorio Preventivo Sur para que se investigaran los hechos y rescatar a los animales.
Ahí se encontraban dos mujeres, una de ellas de la tercera edad e identificada como Olga Andrade y les dijeron que los perros y gatos eran de su propiedad. Al ingresar al inmueble, se percataron que en pequeñas jaulas había varios animales de diferentes razas, mientras que otros más andaban sueltos en el interior de la casa y unos cuantos cachorros en la azotea.
Pero que también en convivencia con los perros se encontraban los gatos, que al igual que los perros se hallaban en mal estado y no se apreciaba que hubiera un lugar en dónde se les colocaran los alimentos, motivo por el cual los peritos en materia de medicina veterinaria procedieron a revisar el estado en que estaban esos animales, antes de ser retirados del lugar.
"El lugar desprendía fuerte olor fétido y a suciedad, específicamente a heces fecales y orines de animal; así como las presencias de roedores, cucarachas y moscas. Consta en el expediente que debido a la gran concentración, sin control, de los animales caninos y felinos existía descarga de heces fecales a la vía pública, lo que provocaba un posible foco de infección", por lo que se temía que los vecinos pudieran enfermarse.
Esto porque en inmuebles circunvecinos al lugar en donde se encontraban los 130 perros y 8 gatos, están ubicados una guardería y establecimientos comerciales de venta de alimentos, y es por ello que se determinó canalizar a los canes y felinos a centros de control canino y albergues de animales para su valoración, cuidados y debida atención, sin ser considerados en ningún momento la viabilidad de sacrificarlos.
En lo que parece una historia citadina, en donde los "amores perros" se mezclaban con los felinos, en el interior de una vivienda localizada en la Colonia Santa María la Ribera, perímetro de la Delegación Cuauhtémoc, gracias a una llamada ciudadana la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) logró rescatar a 130 canes y 8 gatos que estaban en condiciones precarias.
La PGJDF informó que vecinos de la calle Enrique González Martínez, denunciaron que del interior de una vivienda salían olores fétidos y que los ladridos de los perros molestaban mucho a la gente, por lo que se solicitó una orden de cateo, misma que fue obsequiada por un juez del Reclusorio Preventivo Sur para que se investigaran los hechos y rescatar a los animales.
Ahí se encontraban dos mujeres, una de ellas de la tercera edad e identificada como Olga Andrade y les dijeron que los perros y gatos eran de su propiedad. Al ingresar al inmueble, se percataron que en pequeñas jaulas había varios animales de diferentes razas, mientras que otros más andaban sueltos en el interior de la casa y unos cuantos cachorros en la azotea.
Pero que también en convivencia con los perros se encontraban los gatos, que al igual que los perros se hallaban en mal estado y no se apreciaba que hubiera un lugar en dónde se les colocaran los alimentos, motivo por el cual los peritos en materia de medicina veterinaria procedieron a revisar el estado en que estaban esos animales, antes de ser retirados del lugar.
"El lugar desprendía fuerte olor fétido y a suciedad, específicamente a heces fecales y orines de animal; así como las presencias de roedores, cucarachas y moscas. Consta en el expediente que debido a la gran concentración, sin control, de los animales caninos y felinos existía descarga de heces fecales a la vía pública, lo que provocaba un posible foco de infección", por lo que se temía que los vecinos pudieran enfermarse.
Esto porque en inmuebles circunvecinos al lugar en donde se encontraban los 130 perros y 8 gatos, están ubicados una guardería y establecimientos comerciales de venta de alimentos, y es por ello que se determinó canalizar a los canes y felinos a centros de control canino y albergues de animales para su valoración, cuidados y debida atención, sin ser considerados en ningún momento la viabilidad de sacrificarlos.
Enviado desde mi iPad
Publicar un comentario