Patricia Carrasco
El cardenal primado de México denunció durante la misa dominical una presunta extorsión de la organización criminal, "La Familia Michoacana" y comentó que la semana pasada, personas que se identificaron como integrantes de ese cártel, llamaron varias veces a uno de los seminarios.
"Nos pedían 60 mil pesos de extorsión, si no, nos dijeron que matarían a alguno de nosotros; pero si empezamos a pagar, pues ya se hizo cliente... Por lo que dimos aviso de ello a las autoridades correspondientes".
Ante los fieles que se dieron cita en la Catedral Metropolitana, el prelado conminó a denunciar las extorsiones y abusos, no asustarse y negarse a pagar.
"Son situaciones realmente tremendas... Dicho tipo de situaciones, agregó, se han vuelto cotidianas... Todos sabemos de esas historias, pero muchas veces la violencia se inicia en la familia, crece y se refleja en la sociedad y luego nos asustamos; pero el que siembra vientos, cosecha tempestades. Si nos encantan los programas violentos, eso nos hace más violentos y si no, no pasa nada, seguimos adelante".
Asimismo, el cardenal señaló: el combate a la violencia, abundó, no compete sólo a las autoridades; "la paz también debemos construirla los cristianos, pues en nada benefician los instrumentos de violencia".
El cardenal primado de México sostuvo que el tiempo litúrgico de Adviento hace vivir las diversas venidas de Jesús. En primer lugar, y sobre todo, es una preparación para celebrar su nacimiento, su primera llegada temporal poniendo su morada entre nosotros. Pero al mismo tiempo que celebramos la Natividad de nuestro Señor, el Adviento nos prepara para la venida definitiva de Cristo al final de los tiempos.
El Adviento es una oportunidad maravillosa para recoger la exhortación que hoy nos hizo San Pablo en la segunda lectura: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora que se despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer.
"La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz".
Esta es una tarea urgente en nuestra gran ciudad de México, el que los cristianos dejemos la modorra y bien despiertos encontremos las estrategias y las acciones concretas para implantar el Reino de Dios en las diferentes realidades.
"El Papa Francisco con su voz profética, nos invita a los cristianos a dejar el sueño y la pasividad que nos han invadido y nos muestra caminos muy concretos para que nos comprometamos en el anuncio del evangelio en nuestro continente", resaltó.
Si de verdad aceptamos a Jesús en nuestra vida no podemos seguir alimentando la espiral de violencia intrafamiliar, no podemos seguir soportando los modelos de violencia que se difunden en los medios de comunicación, no podemos aceptar ningún programa que venga a acentuar la pobreza, ya centenaria de nuestro pueblo, causa y origen de tanta violencia.
"El Adviento es realidad presente y esperanza futura. Es oportunidad única para vivir, amar y esperar. Es celebrar la iniciativa de Dios que sale al encuentro del hombre entregándole su propio Hijo e invitándolo como colaborador para que su amor llegue a los que están lejos".
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El cardenal primado de México denunció durante la misa dominical una presunta extorsión de la organización criminal, "La Familia Michoacana" y comentó que la semana pasada, personas que se identificaron como integrantes de ese cártel, llamaron varias veces a uno de los seminarios.
"Nos pedían 60 mil pesos de extorsión, si no, nos dijeron que matarían a alguno de nosotros; pero si empezamos a pagar, pues ya se hizo cliente... Por lo que dimos aviso de ello a las autoridades correspondientes".
Ante los fieles que se dieron cita en la Catedral Metropolitana, el prelado conminó a denunciar las extorsiones y abusos, no asustarse y negarse a pagar.
"Son situaciones realmente tremendas... Dicho tipo de situaciones, agregó, se han vuelto cotidianas... Todos sabemos de esas historias, pero muchas veces la violencia se inicia en la familia, crece y se refleja en la sociedad y luego nos asustamos; pero el que siembra vientos, cosecha tempestades. Si nos encantan los programas violentos, eso nos hace más violentos y si no, no pasa nada, seguimos adelante".
Asimismo, el cardenal señaló: el combate a la violencia, abundó, no compete sólo a las autoridades; "la paz también debemos construirla los cristianos, pues en nada benefician los instrumentos de violencia".
El cardenal primado de México sostuvo que el tiempo litúrgico de Adviento hace vivir las diversas venidas de Jesús. En primer lugar, y sobre todo, es una preparación para celebrar su nacimiento, su primera llegada temporal poniendo su morada entre nosotros. Pero al mismo tiempo que celebramos la Natividad de nuestro Señor, el Adviento nos prepara para la venida definitiva de Cristo al final de los tiempos.
El Adviento es una oportunidad maravillosa para recoger la exhortación que hoy nos hizo San Pablo en la segunda lectura: Tomen en cuenta el momento en que vivimos. Ya es hora que se despierten del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer.
"La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos con las armas de la luz".
Esta es una tarea urgente en nuestra gran ciudad de México, el que los cristianos dejemos la modorra y bien despiertos encontremos las estrategias y las acciones concretas para implantar el Reino de Dios en las diferentes realidades.
"El Papa Francisco con su voz profética, nos invita a los cristianos a dejar el sueño y la pasividad que nos han invadido y nos muestra caminos muy concretos para que nos comprometamos en el anuncio del evangelio en nuestro continente", resaltó.
Si de verdad aceptamos a Jesús en nuestra vida no podemos seguir alimentando la espiral de violencia intrafamiliar, no podemos seguir soportando los modelos de violencia que se difunden en los medios de comunicación, no podemos aceptar ningún programa que venga a acentuar la pobreza, ya centenaria de nuestro pueblo, causa y origen de tanta violencia.
"El Adviento es realidad presente y esperanza futura. Es oportunidad única para vivir, amar y esperar. Es celebrar la iniciativa de Dios que sale al encuentro del hombre entregándole su propio Hijo e invitándolo como colaborador para que su amor llegue a los que están lejos".
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