CARACAS, Venezuela, (OEM-Reuters).- Miles de venezolanos seguían hoy viernes en las calles en otro día de protestas contra el Presidente Nicolás Maduro, mientras casi un centenar de jóvenes opositores continuaban detenidos después de sangrientos disturbios que dejaron tres muertos.
Las manifestaciones en la polarizada nación fueron perdiendo intensidad desde el miércoles, pero aún pequeños grupos revoltosos de estudiantes se concentraban en avenidas y plazas de Caracas y de las principales ciudades del país.
"Vamos a seguir en las calles por los mismos motivos de ayer y hace meses: la inflación, la delincuencia y -ahora- el Estado represor que no quiere soltar a nuestros compañeros", dijo, Marcos Matta, un estudiante de 22 años en Caracas.
Otro líder estudiantil aseguró que se mantendrán en la calle "pacíficamente" hasta que liberen a sus compañeros.
Pero Maduro advirtió que no toleraría más disturbios y convocó a una gran "marcha por la paz" para el sábado.
Las protestas, que dejaron 66 heridos graves, son parte de la pulseada entre el Presidente y la oposición, que reclama por el deterioro de la calidad de vida en el mayor exportador de petróleo de Sudamérica.
Pero las manifestaciones también expusieron una fractura dentro de la oposición, donde el mayoritario sector moderado liderado por el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles sostiene que la violencia sólo favorece al gobierno.
Maduro acusa a los manifestantes de sembrar el caos para justificar un golpe de Estado, como ocurrió en el 2002 durante el fugaz derrocamiento de su mentor Hugo Chávez. "Esto no es Ucrania", dijo la noche del jueves en relación a las violentas protestas antigubernamentales que forzaron a la renuncia del primer ministro de ese país.
Las manifestaciones en la polarizada nación fueron perdiendo intensidad desde el miércoles, pero aún pequeños grupos revoltosos de estudiantes se concentraban en avenidas y plazas de Caracas y de las principales ciudades del país.
"Vamos a seguir en las calles por los mismos motivos de ayer y hace meses: la inflación, la delincuencia y -ahora- el Estado represor que no quiere soltar a nuestros compañeros", dijo, Marcos Matta, un estudiante de 22 años en Caracas.
Otro líder estudiantil aseguró que se mantendrán en la calle "pacíficamente" hasta que liberen a sus compañeros.
Pero Maduro advirtió que no toleraría más disturbios y convocó a una gran "marcha por la paz" para el sábado.
Las protestas, que dejaron 66 heridos graves, son parte de la pulseada entre el Presidente y la oposición, que reclama por el deterioro de la calidad de vida en el mayor exportador de petróleo de Sudamérica.
Pero las manifestaciones también expusieron una fractura dentro de la oposición, donde el mayoritario sector moderado liderado por el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles sostiene que la violencia sólo favorece al gobierno.
Maduro acusa a los manifestantes de sembrar el caos para justificar un golpe de Estado, como ocurrió en el 2002 durante el fugaz derrocamiento de su mentor Hugo Chávez. "Esto no es Ucrania", dijo la noche del jueves en relación a las violentas protestas antigubernamentales que forzaron a la renuncia del primer ministro de ese país.
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