Raúl Macías
COATZACOALCOS, Ver.- El dolor lo llevaban bien clavado en el corazón; eran los últimos minutos que pasaban con los restos mortales del reportero Gregorio Jiménez de la Cruz, quien fuera levantado y ejecutado y posteriormente enterrado en una fosa clandestina: y pese al sufrimiento que sienten por la partida, sus familiares exigieron al gobierno del Estado que se haga justicia.
Durante la madrugada, familiares y amigos hicieron guardia de honor en torno al ataúd en donde ya reposaba el malogrado comunicador. Fueron varias personas quienes lloraron la ausencia de Gregorio; pero dijeron tener la confianza de que este crimen no quedará sin castigo, porque dijeron que era un buen padre, amigo, pero sobre todo que no se metía con nadie.
Así fueron pasando los segundos, los minutos y las horas que fueron eternas para los dolientes. El olor a flores flotaba en el ambiente, pero más el dolor de la ausencia del ser que se les adelantó en el viaje al más allá; no aceptaban la separación, las lágrimas asomaban yo rodaban por las mejillas de los parientes y amigos a cada momento; sentían impotencia y exigían justicia.
Llegó la mañana y continuaron las muestras de apoyo a los dolientes, y el reloj siguió avanzando, hasta que llegó el momento de la triste partida, de llevarlo a reposar en lo que será su última morada. Un grupo de hombres se acercaron para levantar el ataúd y de ese modo pudiera ser trasladado al panteón Municipal de Villa de Allende, Veracruz, en donde ya se había abierto una fosa.
Al ser bajado de la carroza fúnebre de nueva cuenta fue cargado por familiares y amigos quienes lo llevaron hasta la orilla de la fosa en donde los sepultureros ya tenían colocados los mecates con los que bajarían los restos de Gregorio Jiménez quien era despedido con ovaciones por parte de familiares y compañeros de trabajo que en su tiempo compartieron agradables momentos.
En tanto, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y Amnistía Internacional (AI) expresaron su más firme condena ante el asesinato de Gregorio Jiménez, periodista de dos diarios, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado ayer en el municipio Las Choapas, Veracruz, luego de que el pasado día 5 fuese violentamente sacado de su casa por cinco sujetos armados.
Combatir la impunidad que rodea muchos casos de agresiones contra comunicadores es un deber indelegable, señaló ONU-DH en un comunicado.
Por su parte Anmistía Internacional manifestó su solidaridad con su familia, amigos y colegas. De igual forma pidió una investigación pronta e imparcial.
Respecto al caso, ayer la Procuraduría de Veracruz informó que fue capturado Gerardo Contreras Hernández, otro integrante del grupo que asesinó a Gregorio Jiménez.
COATZACOALCOS, Ver.- El dolor lo llevaban bien clavado en el corazón; eran los últimos minutos que pasaban con los restos mortales del reportero Gregorio Jiménez de la Cruz, quien fuera levantado y ejecutado y posteriormente enterrado en una fosa clandestina: y pese al sufrimiento que sienten por la partida, sus familiares exigieron al gobierno del Estado que se haga justicia.
Durante la madrugada, familiares y amigos hicieron guardia de honor en torno al ataúd en donde ya reposaba el malogrado comunicador. Fueron varias personas quienes lloraron la ausencia de Gregorio; pero dijeron tener la confianza de que este crimen no quedará sin castigo, porque dijeron que era un buen padre, amigo, pero sobre todo que no se metía con nadie.
Así fueron pasando los segundos, los minutos y las horas que fueron eternas para los dolientes. El olor a flores flotaba en el ambiente, pero más el dolor de la ausencia del ser que se les adelantó en el viaje al más allá; no aceptaban la separación, las lágrimas asomaban yo rodaban por las mejillas de los parientes y amigos a cada momento; sentían impotencia y exigían justicia.
Llegó la mañana y continuaron las muestras de apoyo a los dolientes, y el reloj siguió avanzando, hasta que llegó el momento de la triste partida, de llevarlo a reposar en lo que será su última morada. Un grupo de hombres se acercaron para levantar el ataúd y de ese modo pudiera ser trasladado al panteón Municipal de Villa de Allende, Veracruz, en donde ya se había abierto una fosa.
Al ser bajado de la carroza fúnebre de nueva cuenta fue cargado por familiares y amigos quienes lo llevaron hasta la orilla de la fosa en donde los sepultureros ya tenían colocados los mecates con los que bajarían los restos de Gregorio Jiménez quien era despedido con ovaciones por parte de familiares y compañeros de trabajo que en su tiempo compartieron agradables momentos.
En tanto, la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y Amnistía Internacional (AI) expresaron su más firme condena ante el asesinato de Gregorio Jiménez, periodista de dos diarios, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado ayer en el municipio Las Choapas, Veracruz, luego de que el pasado día 5 fuese violentamente sacado de su casa por cinco sujetos armados.
Combatir la impunidad que rodea muchos casos de agresiones contra comunicadores es un deber indelegable, señaló ONU-DH en un comunicado.
Por su parte Anmistía Internacional manifestó su solidaridad con su familia, amigos y colegas. De igual forma pidió una investigación pronta e imparcial.
Respecto al caso, ayer la Procuraduría de Veracruz informó que fue capturado Gerardo Contreras Hernández, otro integrante del grupo que asesinó a Gregorio Jiménez.
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