TUXTLA GUTIERREZ, (OEM).- Justo en la parte superior de la ventanilla del conductor, se distinguía un pequeño orificio y había esparcidos, trozos de vidrios; dentro del vehículo, yacía el cadáver de un hombre con un balazo que le atravesó la cabeza.
Eran las 2:35 de la tarde; una patrulla de la Policía Municipal se dirigía a su módulo de vigilancia situado por la entrada a la carretera que va al municipio de San Fernando.
A un kilómetro del Libramiento Norte, sobre la carretera a Chicoasén, los oficiales se percataron de un Dodge Avenger blanco (DRH-42-34) estacionado atrás de las instalaciones de la Normal Superior "Mactumatzá".
Los agentes se detuvieron y bajaron de su unidad; al acercarse, vieron que sobre el cristal de la ventanilla roto, estaba recargado un individuo con la camisa sumamente ensangrentada.
Solicitaron el apoyo de Protección Civil municipal y a su llegada, los socorristas informaron que el hombre había perdido la vida por un disparo en la cabeza.
Las autoridades dieron a conocer que el occiso fue identificado como Erasmo Hernández Cid, presuntamente jefe de seguridad de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); y que entre sus piernas, sobre el asiento, había sido hallada la pistola con la que es probable que se quitara la vida.
También explicaron que al dispararse, la bala atravesó su cabeza y rompió el cristal de la ventanilla del automotor.
Las fuerzas de orden público acordonaron el área y no permitieron el acceso a ningún civil para no alterar la escena del crimen, hasta que acudiera el ministerio público.
Los agentes periciales y personal del Servicio Médico Forense (Semefo) se encargaron de las diligencias correspondientes.
A las 4:10 de la tarde, sacaron al fallecido del automóvil y lo trasladaron al anfiteatro para practicarle la necropsia de rigor.
En un comunicado, la PGJE dictaminó que de acuerdo con los dictámenes periciales, Hernández Cid se suicidó. La Fiscalía Especial en Investigación del Delito de Homicidio y Feminicidio dio a conocer que las evidencias y pruebas periciales lo demuestran inequívocamente.
No obstante, aclaró que el arma calibre .9 milímetros fue encontrada entre las manos del occiso, además, que el disparo ingresó por el lado derecho de la cabeza y salió por el izquierdo.
En el asiento del copiloto había trozos de cristal por el impacto que atravesó la ventana. Sin embargo, no se localizaron pedazos de vidrio fuera de la unidad, lo que elimina la posibilidad de que un acompañante pudiera haber perpetrado el homicidio.
Eran las 2:35 de la tarde; una patrulla de la Policía Municipal se dirigía a su módulo de vigilancia situado por la entrada a la carretera que va al municipio de San Fernando.
A un kilómetro del Libramiento Norte, sobre la carretera a Chicoasén, los oficiales se percataron de un Dodge Avenger blanco (DRH-42-34) estacionado atrás de las instalaciones de la Normal Superior "Mactumatzá".
Los agentes se detuvieron y bajaron de su unidad; al acercarse, vieron que sobre el cristal de la ventanilla roto, estaba recargado un individuo con la camisa sumamente ensangrentada.
Solicitaron el apoyo de Protección Civil municipal y a su llegada, los socorristas informaron que el hombre había perdido la vida por un disparo en la cabeza.
Las autoridades dieron a conocer que el occiso fue identificado como Erasmo Hernández Cid, presuntamente jefe de seguridad de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); y que entre sus piernas, sobre el asiento, había sido hallada la pistola con la que es probable que se quitara la vida.
También explicaron que al dispararse, la bala atravesó su cabeza y rompió el cristal de la ventanilla del automotor.
Los agentes periciales y personal del Servicio Médico Forense (Semefo) se encargaron de las diligencias correspondientes.
A las 4:10 de la tarde, sacaron al fallecido del automóvil y lo trasladaron al anfiteatro para practicarle la necropsia de rigor.
En un comunicado, la PGJE dictaminó que de acuerdo con los dictámenes periciales, Hernández Cid se suicidó. La Fiscalía Especial en Investigación del Delito de Homicidio y Feminicidio dio a conocer que las evidencias y pruebas periciales lo demuestran inequívocamente.
No obstante, aclaró que el arma calibre .9 milímetros fue encontrada entre las manos del occiso, además, que el disparo ingresó por el lado derecho de la cabeza y salió por el izquierdo.
En el asiento del copiloto había trozos de cristal por el impacto que atravesó la ventana. Sin embargo, no se localizaron pedazos de vidrio fuera de la unidad, lo que elimina la posibilidad de que un acompañante pudiera haber perpetrado el homicidio.
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