A "El Meme" se lo llevó la obesidad

Ar­tu­ro R. Pans­za


Fi­nal­men­te las com­pli­ca­cio­nes en su es­ta­do de sa­lud lo ven­cie­ron y Ma­nuel Uri­be Gar­za mu­rió sin lo­grar su ob­je­ti­vo de ba­jar de pe­so co­mo él lo de­sea­ba, fue ven­ci­do por la obe­si­dad y lle­gó a ser ca­ta­lo­ga­do el hom­bre más gor­do del mun­do.

A los 48 años de edad, en Mon­te­rrey, Nue­vo León, fa­lle­ció ayer "El Me­me". La ba­ta­lla que dio por más de una dé­ca­da pa­ra ven­cer la gor­du­ra y otras en­fer­me­da­des que le pro­vo­ca­ron la mis­ma, la per­dió a las 9:45 ho­ras.

En el Hos­pi­tal de la Uni­ver­si­dad Au­tó­no­ma de Nue­vo León Jo­sé Eleu­te­rio Gon­zá­lez, per­dió la vi­da ese hom­bre de 1.91 de es­ta­tu­ra, que a me­dia­dos de la dé­ca­da pa­sa­da fue ca­ta­lo­ga­do co­mo el más obe­so del mun­do con un pe­so de 597 ki­lo­gra­mos.

Sus pro­ble­mas de sa­lud eran car­dia­cos, re­na­les y una in­fec­ción de­ri­va­da de su obe­si­dad, en­tre otros. Se agra­vó por­que se le re­ven­tó una ar­te­ria el do­min­go por la no­che, por lo cual se le in­ter­nó y no se le pu­do con­tro­lar.

Mu­rió con un pe­so de 380 ki­los y de­bi­do a su vo­lu­men, re­qui­rió de un ve­hí­cu­lo es­pe­cial pa­ra ser tras­la­da­do a una fu­ne­ra­ria lo­cal pa­ra su cre­ma­ción.

Uri­be Gar­za, na­ci­do el 11 de ju­nio de 1965, lo­gró re­du­cir al­re­de­dor de 250 ki­lo­gra­mos, en­tre el 2007 y 2010 con el apo­yo de es­pe­cia­lis­tas, sin de­jar a un la­do el ob­je­ti­vo de ba­jar más de pe­so y po­der­se va­ler por sí mis­mo, lo cual no lo lo­gró, de­bi­do a que su úl­ti­ma dé­ca­da de vi­da se la pa­só pos­tra­do en una ca­ma.

Era al­go es­pe­ra­do, tar­de o tem­pra­no iba a su­ce­der el de­ce­so de "El Me­me", quien en 2007 cap­tó la aten­ción de au­to­ri­da­des y re­pre­sen­tan­tes de fir­mas mé­di­cas y die­tis­tas, a tra­vés de las cua­les lo­gró re­du­cir en­tre 230 y 250 ki­los pa­ra el año 2010, ade­más de ser ob­je­to de un do­cu­men­tal, en el que se da­ba cuen­ta que se lle­gó a uti­li­zar una grúa pa­ra tras­la­dar­lo.

Ma­nuel Uri­be, quien fue ju­ga­dor de fut­bol ame­ri­ca­no, en­fren­ta­ba su se­gun­do pro­ce­so de di­vor­cio y es­ta­ble­ció la Fun­da­ción "Si yo Pue­do, tú Pue­des", a tra­vés de la cual da­ba con­se­jos a quie­nes en­fren­ta­ban so­bre­pe­so.

Pa­ra "El Me­me" el ha­ber ob­te­ni­do dos re­cords Guin­ness du­ran­te la úl­ti­ma dé­ca­da, le per­mi­tió co­no­cer a mi­les de per­so­nas de di­fe­ren­tes paí­ses, con quie­nes ade­más de fo­men­tar una amis­tad, acon­se­jó so­bre há­bi­tos ali­men­ti­cios, un te­ma en el que se lle­gó a con­ver­tir en ex­per­to.

En una pri­me­ra ins­tan­cia ob­tu­vo el tí­tu­lo del hom­bre vi­vo más gor­do del mun­do y, co­mo se­gun­do re­cord, es­tá el ha­ber per­di­do al­re­de­dor de 135 ki­los en un año, lo que le per­mi­tió ser más op­ti­mis­ta y te­ner un pro­yec­to de vi­da.

Re­sul­ta que en va­rias oca­sio­nes ese hom­bre re­co­no­ció que no exis­tía una va­ri­ta má­gi­ca pa­ra po­der ba­jar de pe­so y ca­da vez que po­día, re­co­men­da­ba ha­cer tres co­mi­das dia­rias y dos co­la­cio­nes, pe­ro sin abu­sar de la can­ti­dad.

Pú­bli­ca­men­te agra­de­cía a su ma­ma, Oti­lia Gar­za Ala­nís, que siem­pre es­tu­vie­ra a su cui­da­do, que no se des­pe­ga­ra de él. Esa fuer­te mu­jer ha­bló so­bre el sen­si­ble fa­lle­ci­mien­to de su vás­ta­go: "pues qué les pue­do co­men­tar que es­toy muy tris­te por­que se aca­bó mi hi­jo".

Acep­tó que Ma­nuel arras­tra­ba com­pli­ca­cio­nes en su es­ta­do de sa­lud des­de los pri­me­ros díasde ma­yo y de­cla­ró que "per­dió mu­cha san­gre por una ve­na que se le re­ven­tó en una de las bo­las que te­nía en las pier­nas, en­ton­ces por esa san­gre que per­dió fue a dar al hos­pi­tal, iba muy dé­bil y ya em­pe­zó a fa­llar­le el co­ra­zón, los ri­ño­nes, tam­bién; fue la cau­sa des­pués de 25 o 23 días. El día 2 en­tró y fa­lle­ció aho­ra".

Dio cuen­ta que su hi­jo siem­pre fue un mu­cha­cho ale­gre y es­tu­dio­so. En su ju­ven­tud cur­só la ca­rre­ra de He­rra­mien­tas y arre­gla­ba má­qui­nas y cal­cu­la­do­ras, en­tre otras co­sas.

Un ca­nal de Es­ta­dos Uni­dos le de­di­có un es­pe­cial y en el 2008 su bo­da con Clau­dia So­lís, se con­vir­tió en to­do un even­to me­diá­ti­co. Es­ta­ba di­vor­cia­do des­de ha­cía tres años y me­dio.

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