Patricia Carrasco
La Arquidiócesis Primada de México manifestó que el próximo año, el sistema electoral enfrentará una granprueba y calará a las nuevas instituciones; sin embargo, la seguridad de esta reforma está ensombrecida por una partidocracia encubridora, de una clase hambrienta de poder que haría del Instituto Nacional Electoral un placebo mitigador del dolor provocado por la incertidumbre en la efectividad del sufragio.
Recordó que en 2015, todos los mexicanos irán a las urnas para elegir cerca de dos mil cargos, entre los que están nueve gobernadores y la totalidad de la Cámara de Diputados; y se preguntó: ¿qué garantizará la reforma política?
En el editorial del semanario católico "Desde la fe", titulado: "Reforma electoral, luces y sombras", la Iglesia Católica capitalina afirmó que la ciudadanía demanda instituciones imparciales, "que estén a la altura del proceso electoral y vayan más allá de respuestas elaboradas al seno de consejerías jurídicas".
Expuso que esta reforma se presenta con luces y sombras. En el primer caso, dijo, hay quienes señalan que con el INE "el juego electoral dejará fuera a actores ajenos a la imparcialidad de los procesos; los partidos políticos serán fiscalizados minuciosamente en sus recursos y se endurecieron las penas en la comisión de delitos electorales".
Sombras porque "un grupo de notables sugirió los nombres de los integrantes del actual consejo general del INE, se erosionó la imparcialidad al denunciarse la intervención de la Presidencia de la República en la redacción de la legislación secundaria, y la Cámara de Diputados se convirtió en una simple oficialía de partes al cancelar el debate sobre el empoderamiento ciudadano y al modificar las candidaturas independientes para hacerlas más accesibles frente al gran poder económico de los partidos políticos".
La Iglesia recordó que en 1996 terminó el control del Secretario de Gobernación sobre las decisiones electorales, ya que el Instituto Federal Electoral obtuvo su autonomía.
En 2007, la reforma electoral fortaleció la participación ciudadana, transparentaron las condiciones de equidad y la contienda electoral al fiscalizarse a los partidos políticos, pero las leyes generales de instituciones y procedimientos electorales, de partidos políticos y de delitos electorales publicadas el pasado 23 de mayo en el Diario Oficial "generan luces y sombras".
En 2014, agregó, el Congreso de la Unión dio un giro a la naturaleza de las instituciones y modificó las reglas después de las dudas surgidas de la competencia de 2012.
Si bien la instrumentación de la reforma 2014 depende de la integración del INE, el ideal de transparencia se atropelló en un proceso de selección herido por la opacidad de un grupo de notables al sugerir, sin mayores cuentas a la ciudadanía, los nombres de quienes conforman el actual Consejo General.
Después de muchas reformas y los costos millonarios que representan, la ciudadanía exige el fin de las cooptaciones de partidos y demanda instituciones imparciales que estén a la altura y vayan más allá de respuestas elaboradas al seno de consejerías jurídicas.
Cualquier ciudadano tiene el derecho de acceder al poder público en aras del bien común siempre y cuando aspire a realizarlo de forma honesta y capaz, gracias al cuidado de cada voto, concluyó.
Recordó que en 2015, todos los mexicanos irán a las urnas para elegir cerca de dos mil cargos, entre los que están nueve gobernadores y la totalidad de la Cámara de Diputados; y se preguntó: ¿qué garantizará la reforma política?
Expuso que esta reforma se presenta con luces y sombras. En el primer caso, dijo, hay quienes señalan que con el INE "el juego electoral dejará fuera a actores ajenos a la imparcialidad de los procesos; los partidos políticos serán fiscalizados minuciosamente en sus recursos y se endurecieron las penas en la comisión de delitos electorales".
Sombras porque "un grupo de notables sugirió los nombres de los integrantes del actual consejo general del INE, se erosionó la imparcialidad al denunciarse la intervención de la Presidencia de la República en la redacción de la legislación secundaria, y la Cámara de Diputados se convirtió en una simple oficialía de partes al cancelar el debate sobre el empoderamiento ciudadano y al modificar las candidaturas independientes para hacerlas más accesibles frente al gran poder económico de los partidos políticos".
La Iglesia recordó que en 1996 terminó el control del Secretario de Gobernación sobre las decisiones electorales, ya que el Instituto Federal Electoral obtuvo su autonomía.
En 2007, la reforma electoral fortaleció la participación ciudadana, transparentaron las condiciones de equidad y la contienda electoral al fiscalizarse a los partidos políticos, pero las leyes generales de instituciones y procedimientos electorales, de partidos políticos y de delitos electorales publicadas el pasado 23 de mayo en el Diario Oficial "generan luces y sombras".
Si bien la instrumentación de la reforma 2014 depende de la integración del INE, el ideal de transparencia se atropelló en un proceso de selección herido por la opacidad de un grupo de notables al sugerir, sin mayores cuentas a la ciudadanía, los nombres de quienes conforman el actual Consejo General.
Después de muchas reformas y los costos millonarios que representan, la ciudadanía exige el fin de las cooptaciones de partidos y demanda instituciones imparciales que estén a la altura y vayan más allá de respuestas elaboradas al seno de consejerías jurídicas.
Cualquier ciudadano tiene el derecho de acceder al poder público en aras del bien común siempre y cuando aspire a realizarlo de forma honesta y capaz, gracias al cuidado de cada voto, concluyó.
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