Debido a que la incontinencia urinaria es más común entre personas con entre 65 y 75 años de edad, la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) de la Ciudad de México recomienda a la población tomar medidas preventivas para evitar que se vuelva un problema social para quienes la padecen.
El Doctor Pedro Valdés Corchado, coordinador de Geriatría del Instituto para la Atención de los Adultos Mayores (IAAM) de la #CapitalSocial, explicó que la incontinencia se vuelve una carga para los familiares y cuidadores, debido a el gasto en pañales e infecciones urinarias recurrentes.
Esta problemática, dijo, deriva en problemas de comportamiento y alteraciones en enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial, lo cual genera que los familiares ingresen a sus adultos mayores a los albergues para su cuidado.
Mencionó que la incontinencia urinaria es la salida involuntaria de orina que tiene lugar en algunos adultos mayores con distintas cantidades y/o frecuencias y que se puede convertir en un problema.
El especialista explicó que existen dos tipos principales de incontinencia urinaria: aguda, producto de una enfermedad activa; y persistente, cuando no se relaciona a una enfermedad y persiste en el tiempo.
Comentó que actualmente hay medicamentos que pueden producir incontinencia urinaria, entre los que se encuentran tranquilizantes, antihistamínicos (medicamentos para la gripe o alergias), diuréticos, antihipertensivos, anticonvulsivos, para quitar los cólicos, entre otros, por lo que se recomienda visitar a su médico y no auto recetarse.
Señaló que regularmente existen tres síntomas de la incontinencia urinaria: sed, hambre y mucha orina; aunque en adultos mayores los síntomas cambian y presentan también pérdida de apetito, de peso, infecciones urinarias frecuentes y confusiones mentales.
El coordinador de Geriatría en el IAAM comentó que la incontinencia urinaria es la segunda causa más importante por la cual una persona es institucionalizada, es decir que se le ingresa a un albergue.
Por ello recomendó consultar al médico, a fin de que se realice una valoración al adulto mayor, a fin de determinar origen y posibles causas realizando pruebas clínicas y ser referido al especialista, que es el urólogo, en caso necesario.
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