WASHINGTON, D.C., (Notimex).- Unos 130 líderes religiosos, activistas e indocumentados fueron arrestados hoy frente a la Casa Blanca durante un acto para protestar por el fracaso de la reforma migratoria en el Congreso y la política de deportaciones del gobierno.
El acto de desobediencia civil, precedido por una manifestación frente a la residencia presidencial, evidenció el malestar por la inacción en el frente político y la renuencia del Presidente Barack Obama para brindar alivio a millones de indocumentados.
La reverenda Linda Jaramillo, de la Iglesia Unitaria de Cristo, consideró que el Mandatario ha fracasado al usar las deportaciones como un camino para empujar la reforma migratoria, "y nuestras familias y comunidades han sufrido mucho".
"Es claro que la reforma migratoria está muerta en el Congreso, y las deportaciones no sirven a ningún propósito en el empuje de soluciones genuinas por una reforma", afirmó la religiosa en el Parque Lafayette.
Jaramillo fue una de las personas detenidas minutos después por el Servicio Secreto y el Servicio de Parques.
Las detenciones se produjeron debido a que los manifestantes ignoraron los tres avisos para que desalojaran la acera frente a la Casa Blanca, dentro de un cordón de seguridad establecido por las autoridades.
La obispa de la Iglesia Metodista, Minerva Carcaño, quien también fue arrestada, dijo que su decisión de viajar desde Los Angeles fue para manifestar su inconformidad por el fracaso del debate migratorio y para denunciar la difícil situación de los millones de indocumentados.
"Ahora que tenemos niños que vienen de Centroamérica, solitos, hay un movimiento hacia un cambio de leyes que han estado ahí por años para proteger a estos niños, eso no es algo justo", dijo Carcaño.
Carcaño consideró que se requiere "sacudir un poco más" el espíritu religioso de Estados Unidos a favor de este movimiento, si bien dijo que el frente que existe ahora es amplio porque incluye a la mayoría de las denominaciones religiosas del país.
"Existe un movimiento religioso amplio que ha dicho y reiterado que las leyes (migratorias) de este país son injustas, y por eso estamos dispuestos a enfrentar el arresto por este acto de desobediencia civil", señaló.
Entre los detenidos está la mexicana Enriqueta Juárez Zapata, originaria de Las Choapas, Veracruz, quien llegó a este país en 2002 y vive en esta capital junto con su esposo, además de sus dos hijas, ciudadanas estadunidenses de 15 y cinco años de edad.
Para Enriqueta la decisión de dejarse arrestar a pesar de su condición de indocumentada no fue tan difícil, ante las elevadas probabilidades de que su familia sea separada, ya que su esposo enfrenta una orden de deportación.
El acto de desobediencia civil, precedido por una manifestación frente a la residencia presidencial, evidenció el malestar por la inacción en el frente político y la renuencia del Presidente Barack Obama para brindar alivio a millones de indocumentados.
La reverenda Linda Jaramillo, de la Iglesia Unitaria de Cristo, consideró que el Mandatario ha fracasado al usar las deportaciones como un camino para empujar la reforma migratoria, "y nuestras familias y comunidades han sufrido mucho".
"Es claro que la reforma migratoria está muerta en el Congreso, y las deportaciones no sirven a ningún propósito en el empuje de soluciones genuinas por una reforma", afirmó la religiosa en el Parque Lafayette.
Jaramillo fue una de las personas detenidas minutos después por el Servicio Secreto y el Servicio de Parques.
Las detenciones se produjeron debido a que los manifestantes ignoraron los tres avisos para que desalojaran la acera frente a la Casa Blanca, dentro de un cordón de seguridad establecido por las autoridades.
La obispa de la Iglesia Metodista, Minerva Carcaño, quien también fue arrestada, dijo que su decisión de viajar desde Los Angeles fue para manifestar su inconformidad por el fracaso del debate migratorio y para denunciar la difícil situación de los millones de indocumentados.
"Ahora que tenemos niños que vienen de Centroamérica, solitos, hay un movimiento hacia un cambio de leyes que han estado ahí por años para proteger a estos niños, eso no es algo justo", dijo Carcaño.
Carcaño consideró que se requiere "sacudir un poco más" el espíritu religioso de Estados Unidos a favor de este movimiento, si bien dijo que el frente que existe ahora es amplio porque incluye a la mayoría de las denominaciones religiosas del país.
"Existe un movimiento religioso amplio que ha dicho y reiterado que las leyes (migratorias) de este país son injustas, y por eso estamos dispuestos a enfrentar el arresto por este acto de desobediencia civil", señaló.
Entre los detenidos está la mexicana Enriqueta Juárez Zapata, originaria de Las Choapas, Veracruz, quien llegó a este país en 2002 y vive en esta capital junto con su esposo, además de sus dos hijas, ciudadanas estadunidenses de 15 y cinco años de edad.
Para Enriqueta la decisión de dejarse arrestar a pesar de su condición de indocumentada no fue tan difícil, ante las elevadas probabilidades de que su familia sea separada, ya que su esposo enfrenta una orden de deportación.
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