iCOBARDE CRIMEN!

Raúl Ma­cías, Fo­tos: Luis A. Ba­rre­ra


Pen­san­do en que los de­lin­cuen­tes no le ha­rían na­da por ser "ve­ci­no" de la zo­na, un hom­bre de 58 años de edad per­dió la vi­da tras re­ci­bir un im­pac­to de ba­la en el la­do de­re­cho del pe­cho, es­to mi­nu­tos des­pués de que acu­die­ra a ha­cer una tran­sac­ción ban­ca­ria en una su­cur­sal cre­di­ti­cia que se lo­ca­li­za en la Ave­ni­da Cui­tlá­huac, en la Co­lo­nia San Al­va­ro, pe­rí­me­tro de la De­le­ga­ción Az­ca­pot­zal­co.

Ayer al fi­lo de las 12:00 ho­ras, Eve­rar­do Pa­di­lla Ro­me­ro, de 58 años de edad, sa­lió de su do­mi­ci­lio con rum­bo a la su­cur­sal ban­ca­ria Ban­co­mer, lo­ca­li­za­da en­tre Ave­ni­da Cui­tlá­huac y la ca­lle de Gre­cia. Pe­ro nun­ca sos­pe­chó que un par de su­je­tos se­guían to­dos sus mo­vi­mien­tos y co­mo "bui­tres" aguar­da­ban el mo­men­to de po­der en­con­trar en­tre los clien­tes a su víc­ti­ma.

Pa­sa­ron los mi­nu­tos y fue en­ton­ces que "le echa­ron el ojo" a Eve­rar­do, a quien co­men­za­ron a se­guir dos in­di­vi­duos. Se­gún al­gu­nas per­so­nas que pa­sa­ban por el lu­gar, en el cru­ce de las ca­lles Gre­cia y Ve­ne­cia, los pre­sun­tos de­lin­cuen­tes le die­ron al­can­ce y fue cuan­do uno de ellos lo ame­dren­tó con un ar­ma de fue­go pa­ra que le en­tre­ga­ra to­dos sus ob­je­tos de va­lor y di­ne­ro en efec­ti­vo.

De­bi­do a que era ve­ci­no de la co­lo­nia, Eve­rar­do se opu­so a cum­plir las exi­gen­cias de los ma­lean­tes, lo que en­fu­re­ció al que lle­va­ba el ar­ma de fue­go, mis­ma que ac­cio­nó en una oca­sión en el cos­ta­do de­re­cho del pe­cho; la he­ri­da pro­vo­có que se des­va­ne­cie­ra y ca­ye­ra cer­ca de una ca­se­ta te­le­fó­ni­ca y un pos­te de ma­de­ra.

Ac­to se­gui­do, los dos su­je­tos que se di­jo fue­ron los que le si­guie­ron des­de que sa­lió del ban­co y le me­tie­ron el ba­la­zo, se re­ti­ra­ron a to­da pri­sa del lu­gar, y se ig­no­ra has­ta el mo­men­to en qué se die­ron a la fu­ga, por­que la gen­te evi­tó ha­cer al­go con el fin de no ser víc­ti­mas de los de­lin­cuen­tes, pe­ro ya son bus­ca­dos por ele­men­tos de la Po­li­cía de In­ves­ti­ga­ción de la PGJDF.

Eve­rar­do Pa­di­lla Ro­me­ro vi­vía cer­ca del lu­gar en don­de que­dó su cuer­po ti­ra­do, por lo que en cues­tión de mi­nu­tos sus fa­mi­lia­res se pre­sen­ta­ron pa­ra re­co­no­cer el cuer­po del in­for­tu­na­do hom­bre. Por su par­te, los pa­ra­mé­di­cos in­for­ma­ron que el aho­ra oc­ci­so pre­sen­ta­ba un im­pac­to por ar­ma de fue­go en el cos­ta­do de­re­cho del pe­cho, lo que le oca­sio­nó una muer­te ins­tan­tá­nea
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