Los normalistas que estuvieron en la madrugada, alrededor de las 4:30 horas, aseguraron que al sitio donde colocaban vallas para levantar el escenario del concierto "Una Luz por Ayotzinapa", que encabezaría Panteón Rococo, llegaron tres policías federales, en un taxi, vestidos de civil, en aparente estado de ebriedad. En ese momento, exigieron que se les abriera paso, pero los normalistas lo negaron, por ello bajaron de la unidad e iniciaron una confrontación verbal con los normalistas; el incidente subió de tono, al grado de registrarse jaloneos, insultos y empujones.
Algunos minutos después llegaron a la Avenida Insurgentes, la llamada avanzada de la CETEG que fue encabezada por el secretario general de esa organización, Ramos Reyes Guerrero, así como un grupo de alumnos de Ayotzinapa, y un par de padres de los 43 desaparecidos, con ellos volvieron a tener capacidad para confrontar a los policías que para ese momento habían regresado a sus hoteles.
Entre los refuerzos que llegaron a los normalistas se encontraba también un grupo de jóvenes provenientes del Distrito Federal, de los autollamados anarquistas, que presumiblemente fueron quienes entraron en habitaciones del hotel Diplomático, para atacar a los policías que se encontraban dormidos.
De ese lugar sacaron a tres elementos, a quienes golpearon con tubos, para después subirlos en una camioneta y llevárselos, estos tres elementos estuvieron desaparecidos hasta cerca del mediodía cuando los entregaron en la barandilla del municipio de Tixtla, desde ahí fueron trasladados en ambulancia a la clínica del ISSSTE en Chilpancingo, para su atención médica de urgencia.
El ataque directo a los policías obligó a que todos los elementos de la corporación, (unos 300 aproximadamente), se uniformaran con equipo antimotín y salieran a enfrentar a los normalistas.
Al frente de la columna de policías se encontraba el comandante "Espartaco", quien ofreció que replegaría a sus elementos y permitiría que el concierto se realizara sin contratiempos. Ahí garantizó que no tenía ninguna persona detenida y pidió que le devolvieran a sus tres oficiales que fueron sacados del hotel.
El dirigente de la CETEG le informó que ni los normalistas de Ayotzinapa ni la CETEG tenían a sus policías, por lo que le recomendaron contarlos bien, asimismo le reiteraron la necesidad de que devolviera a quienes ellos hubieran detenido.
Cuando los cetegistas y "Espartaco" mantenían el diálogo, una camioneta de color blanco se fue sobre la fila de uniformados, quienes se abrieron logrando evadir al automotor, luego el vehículo se accionó en reversa y entonces arrolló a dos policías y al menos tres reporteros que estaban en su camino, el vehículo siguió hasta casi frente al mercado Baltazar R. Leyva Mancilla y ahí los normalistas pretendieron detener al conductor pero éste sacó una pistola de entre sus ropas, los amenazó y se dio a la fuga, dejando abandonada la camioneta.
Una vez que la confrontación se detuvo, los policías y cetegistas volvieron a iniciar el diálogo, y se logró que regresaran a dos maestros que habían sido detenidos, también a dos choferes de los autobuses, en que se transportaron los normalistas.
Publicar un comentario