Pedro Montes de Oca
No todo serán beneficios con el apagón analógico que se avecina, luego de varios retrasos, en la Ciudad de México. Mientras los beneficios de contenido que acompañan al servicio son evidentes, los problemas para el medio ambiente, también.
El cambio de señal analógica por digital se ha postergado por lo menos tres años en la República Mexicana. Propiciado por los bajos estándares socioeconómicos de la población, las autoridades federales decidieron que el llamado "apagón analógico" en pro de la transición a la señal digital sería por zonas geográficas, siendo el norte del país la primera de ellas en la que se aplicaría.
Dado que resultaría perjudicial el no comenzar a fomentar este cambio de manera gradual, el Gobierno Federal determinó la introducción oficial de la señal digital a la par de mantener la señal tradicional. Para ello, justamente, se comenzó un programa de entrega gratuita de televisores receptores de señal digital a los sectores con menor poder adquisitivo luego de que se desechara la que tenía por objeto repartir receptores igualmente gratuitos.
Por lo pronto, la Ciudad de México, por decreto del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL), ha iniciado de manera oficial desde enero pasado la aplicación de la señal digital y la consecuente entrega de televisores.
Rubén Escamilla, diputado local perredista, no presentó objeción respecto de estas iniciativas, pero sí en lo que toca a las consecuencias ambientales que derivarán del aumento en la llamada "basura digital".
Según los datos presentados por el legislador ante el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), "en México se generan aproximadamente 300 mil toneladas por año de desechos electrónicos, cifra que crecerá en forma alarmante con el sistema de sustitución de televisores analógicos por televisores digitales, de lo cual la Ciudad de México no resultará ajena".
Aunque no resulta contundente la hipótesis de que los televisores sean inmediatamente desechados, Escamilla Salinas hizo énfasis en que las Secretarías de Medio Ambiente (Sedema) y de Obras y Servicios (Sobse) deben rendir "un informe del programa diseñado para atender estos residuos electrónicos que se producirán con la entrada en vigor del apagón analógico".
Con esto, presupone el miembro de la Comisión de Medio Ambiente de la ALDF, las autoridades capitalinas cuentan ya con un programa de atención al respecto.
Actualmente, el Gobierno del Distrito Federal, por medio de la Sedema, cuenta con el Reciclatón, programa de ejecución mensual que actúa por medio de centros de acopio previamente difundidos a la población. Entre la chatarra digital que se recibe de manera totalmente gratuita se encuentran los electrodomésticos más comunes hasta equipo de carácter industrial –con previo aviso y acuerdo con las autoridades a fin de garantizar transporte disponible para tal efecto-.
Evidentemente, el riesgo ecológico latente yace en el hecho de que buena parte de la población suele desconocer este tipo de iniciativas –pese al éxito que registra Reciclatón-. De ahí que la presencia de este tipo de desechos podría verse potenciada ante el dejo de su funcionamiento.
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