iCASCO NO LO SALVO!

Fotos: Jaime Llera

Iban como almas que lleva el diablo y en un descuido, el conductor del "caballo de acero" perdió el control y salieron volando; del trancazo murió el conductor y su acompañante 

lucha por su vida en un hospital


Raúl Ma­cías


El cas­co de se­gu­ri­dad no fue su­fi­cien­te pa­ra sal­var­le la vi­da a un jo­ven cuan­do cir­cu­la­ba a ex­ce­so de ve­lo­ci­dad so­bre la Ave­ni­da 510, en las in­me­dia­cio­nes del Bos­que de Ara­gón. Tras el fuer­te gol­pe, sa­lió li­te­ral­men­te vo­lan­do y mu­rió de for­ma ins­tan­tá­nea, mien­tras que su acom­pa­ñan­te, un mu­cha­cho de 18 años de edad re­sul­tó con he­ri­das gra­ves y fue in­ter­na­do en el Hos­pi­tal de Bal­bue­na.

Es­ta tris­te his­to­ria de los dos jó­ve­nes se re­gis­tró al fi­lo de las 23:30 ho­ras del pa­sa­do miér­co­les en la Co­lo­nia San Juan de Ara­gón Se­gun­da Sec­ción, en el pe­rí­me­tro de la De­le­ga­ción Gus­ta­vo A. Ma­de­ro. Y es que de acuer­do a tes­ti­gos ocu­la­res, los jó­ve­nes cir­cu­la­ban a ex­ce­so de ve­lo­ci­dad y al pa­sar por el Bos­que de Ara­gón de­rra­pa­ron y el con­duc­tor per­dió el con­trol.

Al es­tar el "ca­ba­llo de ace­ro" des­bo­ca­do, los jó­ve­nes sa­lie­ron li­te­ral­men­te dis­pa­ra­dos y ca­ye­ron al pa­vi­men­to gol­peán­do­se de una ma­ne­ra bru­tal; con me­nos pe­so, la mo­to­ne­ta na­ran­ja si­guió ro­dan­do y me­tros más ade­lan­te al gol­pear con­tra la ban­que­ta se de­tu­vo y que­dó ti­ra­da so­bre su cos­ta­do iz­quier­do, con las lu­ces en­cen­di­das, por lo que se in­ves­ti­ga si fue ex­ce­so de ve­lo­ci­dad o una pie­dra en el ca­mi­no.

Ga­briel Alon­so Mar­tí­nez Gon­zá­lez, de 25 años de edad, quien per­die­ra la vi­da du­ran­te el per­can­ce, fue el pri­me­ro en caer y un me­tro más ade­lan­te que­dó el jo­ven­ci­to de 18 años, de quien no se pro­por­cio­nó su nom­bre, pe­ro sí se in­for­mó que pa­ra­mé­di­cos que lle­ga­ron al lu­gar del ac­ci­den­te lo tras­la­da­ron en es­ta­do de­li­ca­do al Hos­pi­tal Ge­ne­ral de Bal­bue­na.

Cer­ca del cuer­po del aho­ra oc­ci­so y de don­de que­dó el le­sio­na­do se en­con­tra­ban dos cas­cos de se­gu­ri­dad, pe­ro se des­co­no­ce si se les sa­lie­ron tras el fuer­te gol­pe o no los lle­va­ban pues­tos, por ello es­pe­ran que el mu­cha­cho que es­tá in­ter­na­do en Bal­bue­na pue­da ren­dir su de­cla­ra­ción pa­ra co­no­cer las cau­sas rea­les que ori­gi­na­ron que de­rra­pa­ra la mo­to­ne­ta en la que via­ja­ban.

Tras el le­van­ta­mien­to del cuer­po del in­for­tu­na­do jo­ven, se dio la or­den de que la mo­to­ne­ta de co­lor na­ran­ja si­nies­tra­da fue­ra tras­la­da­da a las afue­ras de la agen­cia del mi­nis­te­rio pú­bli­co de la Coor­di­na­ción Te­rri­to­rial GAM-2, en don­de se abrió una car­pe­ta de in­ves­ti­ga­ción de ho­mi­ci­dio por trán­si­to ve­hi­cu­lar.