Enrique Hernández, texto y foto
Policías salvaron a delincuente de ser linchado por enojados comerciantes del Centro Histórico, quienes pretendían aplicar su propia ley al argumentar que están cansados de que se abuse de las mujeres al robarles sus pertenencias sin que sean atrapados por los uniformados.
Por la tarde, las afueras de la estación del Metro Allende, se convirtieron literalmente en sala de juzgar, ya que mientras algunos de los encolerizados vendedores pedían a las autoridades que se llevaran detenido al amante de lo ajeno, otros exigían que se los dejaran un rato para golpearlo.
"Dale gracias a Dios que llegó la tira cabrón, si no te hubiéramos dado una madriza"; "si te sueltan te vamos a cortar los huevos"; "hijo de la chingada, no que muy pinche hombrecito, diles que robas a las mujeres", refutaron vendedores establecidos y ambulantes.
Los afectados explicaron que ante la ola de robos, la clientela ha disminuido y por lo tantos sus ventas han bajado hasta en 30 por ciento. "De por sí nadie compra, y peor cuando estos rateros provocan miedo, pues ya no viene la gente", refirió uno de los comerciantes de esta zona de la Delegación Cuauhtémoc.
Aunque el presunto ratero negó los hechos de los que se le acusa, los policías al revisarlo le encontraron varios celulares que supuestamente había hurtado minutos antes de su detención
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