¡BURLAN MUERTE!

Noel F. Al­va­ra­do, Foto: Luis A. Barrera

En los mo­men­tos en que un jo­ven se en­con­tra­ba en una tin­to­re­ría, fue agre­di­do a ba­la­zos. Al pen­sar que es­ta­ba muer­to, los agre­so­res es­ca­pa­ron; sin em­bar­go, el pro­yec­til de ar­ma de fue­go se le alo­jó en el cue­llo y pe­se a ello, aún vi­ve.

Mien­tras que los agre­so­res es­ca­pa­ron, per­so­nal de los cuer­pos de so­co­rro, brin­da­ron los pri­me­ros au­xi­lios al he­ri­do, pa­ra lue­go, tras­la­dar­lo de emer­gen­cia a un hos­pi­tal, don­de los mé­di­cos se­ña­lan que su es­ta­do de sa­lud es de­li­ca­do.

A fin de acla­rar es­te he­cho de vio­len­cia, agen­tes de la Po­li­cía de In­ves­ti­ga­ción, in­te­rro­gan a fa­mi­lia­res y ve­ci­nos del ba­lea­do, a fin de co­no­cer si la agre­sión de que fue ob­je­to, se de­be a una ac­ción di­rec­ta o si se tra­tó de un asal­to.

De acuer­do a las pri­me­ras in­ves­ti­ga­cio­nes, un hom­bre se en­con­tra­ba en la tin­to­re­ría lo­ca­li­za­da en la Ave­ni­da Sa­ló­ni­ca, en la Co­lo­nia Pro­ho­gar, en la De­le­ga­ción Az­ca­pot­zal­co. Ahí, lle­ga­ron dos su­je­tos y, uno de ellos, sa­có una ar­ma de fue­go y le dis­pa­ró. El pro­yec­til de ar­ma de fue­go se alo­jó en el cue­llo de ese hom­bre, por lo que ca­yó mor­tal­men­te he­ri­do.

Ello, pro­vo­có que los agre­so­res pen­sa­ran que lo ha­bían ase­si­na­do, por lo que es­ca­pa­ron; sin em­bar­go, al­gu­nos tes­ti­gos, co­rrie­ron pa­ra ver có­mo es­ta­ba el ba­lea­do y des­cu­brie­ron que aún se en­con­tra­ba con vi­da, por lo que pi­die­ron la in­ter­ven­ción de per­so­nal de los cuer­pos de so­co­rro.

Pa­ra­mé­di­cos de la Cruz Ro­ja y del Es­cua­drón de Res­ca­te y Ur­gen­cias Mé­di­cas, brin­da­ron los pri­me­ros au­xi­lios al ba­lea­do, pa­ra lue­go, tras­la­dar­lo de emer­gen­cia a un hos­pi­tal, en tan­to que las in­ves­ti­ga­cio­nes con­ti­núan, a fin de lo­ca­li­zar y de­te­ner a los agre­so­res
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