Raúl Macías, Foto: Luis A. Barrera
Cientos de personas en la estación Doctores de la Línea 8 del Metro, se encontraban con algo de prisa por llegar a sus destinos. A lo lejos se observaban las luces del convoy que iba con dirección a la terminal Constitución de 1917. Recién iba por la mitad del andén el tren, cuando repentinamente tuvo que frenar porque al caer una mujer a las vías, provocó los gritos de las féminas que estaban cerca de ella.
Iba a ser casi el mediodía; nadie pensaba en que serían desalojados de la estación. Todos ingresaron como cualquier día de sus ajetreadas vidas, pasaron los torniquetes y se comenzaron a acomodar a lo largo y ancho del andén; algunos llevaban puestos los audífonos para que su trayecto no fuera tedioso y la música los alegrara un poco, como cualquier día.
Pero apenas iba pasando el convoy por la mitad del andén, cuando los gritos de unas mujeres alertaron al conductor sobre que algo pasaba. Sin conocer lo que ocurría, el conductor del convoy bajó la velocidad del tren y solicitó el apoyo del jefe de estación y elementos de la Policía Capitalina, así como de paramédicos para que acudieran a apoyarle y se retirara a los usuarios.
Al llegar el jefe de estación, una de las mujeres que se encontraban dentro del andén, detalló que a los pocos segundos de que el convoy pasó por donde ella se encontraba, observó una mujer que caía a las vías, pero que desconocía si se trató de un suicidio o la fémina de aproximadamente 30 años de edad cayó por accidente al arremolinarse la gente.
Tras percatarse que la mujer se movía aún, el personal del Sistema de Transporte Colectivo Metro, procedió a desalojar el andén en lo que se llevaban a cabo las labores de rescate. Estando ya vacía la estación Doctores, el jefe de estación y personal a su cargo comenzaron a darle las indicaciones al conductor del convoy para comenzar a moverlo para atrás y así sacar a la mujer.
Despacio se hizo esa maniobra y por la vía de la circulación contraria ya un paramédico le hablaba a la mujer para mantenerla despierta al decirle que ya en cuestión de segundos la sacarían de ahí. Cuando finalmente se retiraron los vagones, los socorristas colocaron una camilla y subieron a la maltrecha mujer, quien solamente presentaba un fuerte golpe en el ojo izquierdo y una fractura en la clavícula, presuntamente.
Los paramédicos la revisaron superficialmente y escucharon de la mujer los dolores que sentía, pero se le informó que sería en las instalaciones de la Cruz Roja de Polanco, en donde se le realizarían exámenes a conciencia para conocer su verdadero estado de salud, así como si es que se trató de un accidente o la mujer tenía planeado suicidarse.
Cientos de personas en la estación Doctores de la Línea 8 del Metro, se encontraban con algo de prisa por llegar a sus destinos. A lo lejos se observaban las luces del convoy que iba con dirección a la terminal Constitución de 1917. Recién iba por la mitad del andén el tren, cuando repentinamente tuvo que frenar porque al caer una mujer a las vías, provocó los gritos de las féminas que estaban cerca de ella.
Iba a ser casi el mediodía; nadie pensaba en que serían desalojados de la estación. Todos ingresaron como cualquier día de sus ajetreadas vidas, pasaron los torniquetes y se comenzaron a acomodar a lo largo y ancho del andén; algunos llevaban puestos los audífonos para que su trayecto no fuera tedioso y la música los alegrara un poco, como cualquier día.
Pero apenas iba pasando el convoy por la mitad del andén, cuando los gritos de unas mujeres alertaron al conductor sobre que algo pasaba. Sin conocer lo que ocurría, el conductor del convoy bajó la velocidad del tren y solicitó el apoyo del jefe de estación y elementos de la Policía Capitalina, así como de paramédicos para que acudieran a apoyarle y se retirara a los usuarios.
Al llegar el jefe de estación, una de las mujeres que se encontraban dentro del andén, detalló que a los pocos segundos de que el convoy pasó por donde ella se encontraba, observó una mujer que caía a las vías, pero que desconocía si se trató de un suicidio o la fémina de aproximadamente 30 años de edad cayó por accidente al arremolinarse la gente.
Tras percatarse que la mujer se movía aún, el personal del Sistema de Transporte Colectivo Metro, procedió a desalojar el andén en lo que se llevaban a cabo las labores de rescate. Estando ya vacía la estación Doctores, el jefe de estación y personal a su cargo comenzaron a darle las indicaciones al conductor del convoy para comenzar a moverlo para atrás y así sacar a la mujer.
Despacio se hizo esa maniobra y por la vía de la circulación contraria ya un paramédico le hablaba a la mujer para mantenerla despierta al decirle que ya en cuestión de segundos la sacarían de ahí. Cuando finalmente se retiraron los vagones, los socorristas colocaron una camilla y subieron a la maltrecha mujer, quien solamente presentaba un fuerte golpe en el ojo izquierdo y una fractura en la clavícula, presuntamente.
Los paramédicos la revisaron superficialmente y escucharon de la mujer los dolores que sentía, pero se le informó que sería en las instalaciones de la Cruz Roja de Polanco, en donde se le realizarían exámenes a conciencia para conocer su verdadero estado de salud, así como si es que se trató de un accidente o la mujer tenía planeado suicidarse.
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