Tras la toma de protesta en el Congreso estatal de Astudillo, del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), una primera marcha, conformada por maestros y los padres de los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos, se dirigió a la sede legislativa.
Arremetieron con petardos, pedradas y cohetes al edificio público y un grupo de antimotines contestó con gas lacrimógeno, sin que el altercado terminara en enfrentamientos ni se registraran lesionados.
En una segunda manifestación, unos 1,500 maestros disidentes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) marcharon por la Autopista del Sol -que une Acapulco con la Ciudad de México- hasta el Palacio de Gobierno de Guerrero.
Unos 800 estudiantes del Frente Único de Normales Públicas de Guerrero bloqueó la misma autopista durante una media hora.
Astudillo tomó hoy protesta del cargo luego de vencer en las elecciones del pasado 7 de junio al izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien gobernó una década este estado, uno de los más pobres y violentos del país.
En su discurso de investidura, el nuevo gobernador apeló a la unidad y al diálogo para buscar la paz del estado, dijo que no habrá impunidad en el caso Iguala y destacó el enorme endeudamiento de Guerrero, del orden de 18,000 millones de pesos (unos 1,089 millones de dólares).
En su primer evento oficial tras su investidura, acompañado de altos funcionarios y gobernadores de otros estados, Astudillo remarcó que el estado "ha vivido en los últimos 13 meses la crisis más grande de su historia".
Ello en referencia al caso Iguala, en donde la noche del 26 de septiembre del pasado año 43 estudiantes fueron detenidos por policías corruptos y entregados a miembros del Cártel de "Guerreros Unidos", quienes los asesinaron y quemaron en un basurero, según la versión oficial.
"La tragedia de Ayotzinapa nunca podremos olvidarla, pero debemos comprometernos a que nunca más se repita", aseveró.
Astudillo resaltó que Guerrero vive "tiempos de crisis, en lo social, la política y lo económico" y por ello toca avanzar "con certeza, seguridad, en paz y armonía".
Habló de la enorme deuda contraída por Guerrero y, sin citar a la anterior administración, dijo que no se puede tener "un gobierno que cueste mucho y sirva poco" y aseguró que perseguirá a quienes hayan utilizado la política para enriquecerse.
"Guerrero padece una quiebra técnica en sus finanzas públicas. Se construyó una burocracia desordenada con programas sociales que nada tienen de social y un gasto exorbitante", afirmó.
Agregó que resolver el grave problema de seguridad pública que azota el estado será "el primer desafío" por enfrentar, seguido por la lucha por los derechos humanos "de grupos vulnerables y la seguridad para profesionales de la comunicación y víctimas del delito".
Dijo que la educación es otro reto "monumental" en Guerrero, donde deben surgir "nuevos ciudadanos, integrales, sensibles y con valores".
Por último, saludó entre abucheos al anterior gobernador, Rogelio Ortega, quien asumió el cargo en sustitución del político del PRD Ángel Aguirre, quien solicitó licencia para separarse del cargo en octubre de 2014, obligado por la crisis desatada por la desaparición de los alumnos de Ayotzinapa
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