Álvaro Velázquez
VILLA NICOLÁS ROMERO, Méx.- Elementos de la Policía Ministerial del Estado de México detuvieron a un hombre y una mujer, luego que con base en una serie de trabajos de investigación e inteligencia se descubrió que para "ganarse un dinero fácil" secuestraron a un arquitecto, a quien finalmente, antes de que negociaran el pago del rescate con sus familiares, asesinaron brutalmente a batazos y sepultaron clandestinamente en una casa de seguridad, debido a que los identificó.
Elementos de la Policía Ministerial, adscritos a la comandancia regional del Valle de Tlalnepantla informaron que los hechos que dejaron al descubierto el secuestro y asesinato del arquitecto Ricardo Arturo Pérez Ávila, de 35 años de edad, se registraron el pasado 29 de octubre, después de que sus familiares se presentaron ante el agente del ministerio público del centro de justicia de Villa Nicolás Romero para denunciar su misteriosa desaparición.
Dentro de las primeras declaraciones que realizaron ante el MP los familiares del ahora occiso, dijeron los ministeriales, éstos revelaron que la última vez que vieron con vida al arquitecto fue la tarde del pasado 29 de octubre, luego de que una mujer a quien identificaron como Laura Ávila Mera se presentó en su domicilio, de donde con insinuaciones y provocaciones lo sacó supuestamente para que le realizara un trabajo en su casa.
A partir de ese momento, dijeron los familiares, ya no volvieron a saber nada de Ricardo, por lo que elementos de la Policía Ministerial conscientes de que dicha mujer podía tener alguna relación con su desaparición, policías ministeriales por instrucciones precisas del Procurador mexiquense, Alejandro Gómez Sánchez, se dieron a la tarea de buscarla para detenerla y someterla a un riguroso interrogatorio.
Durante los cuestionamientos a que fue sometida dicha mujer, dijeron los ministeriales, ésta se mostró sumamente nerviosa y cayó en constantes contradicciones, hasta que finalmente terminó por confesar que efectivamente había sacado de su domicilio al arquitecto, por instrucciones de su amasio, Josué Fragoso Bueno, quien era vecino del occiso y sabía que tenía dinero y pretendía secuestrarlo, para "ganarse un dinero fácil" y resolver los problemas económicos que enfrentaban, además de que de esa forma iba poder mantener a sus tres hijos.
Con esta información, elementos de la Policía Ministerial de igual forma capturaron al amasio de dicha mujer y al someterlos a un riguroso interrogatorio por separado, ambos cayeron en constantes contradicciones, hasta que finalmente al verse descubiertos terminaron por confesar que efectivamente habían secuestrado al arquitecto para "ganarse un dinero fácil" y sin que se supiera en ese momento que ya lo habían asesinado y sepultado clandestinamente ofrecieron a los ministeriales un teléfono celular y 3,000 pesos para que los dejaran escapar.
Sin embargo, posteriormente cuando se les peguntó sobre el paradero del arquitecto, nuevamente se mostraron nerviosos y falsearon sus testimonios, hasta que terminaron por confesar que lo habían asesinado a batazos debido a que los identificó y dijeron que luego de ello envolvieron su cadáver dentro de una bolsa de plástico y lo sepultaron clandestinamente dentro de una casa de seguridad, ubicada sobre el camino al Barrio de Guadalupe, en el fraccionamiento Loma del Río, en el municipio de Villa Nicolás Romero.
Con esta información y para confirmar el dicho de los presuntos homicidas y secuestradores, policías ministeriales se trasladaron al inmueble en compañía del ministerio público y peritos de la PGJEM y al estar en lugar, una vez que el MP ordenó a elementos del H. Cuerpo de Bomberos que escarbaran en una zona donde se apreciaba tierra suelta, se descubrió que efectivamente a una profundidad de un metro se encontraba envuelto en una bolsa de plástico el cadáver del malogrado arquitecto.
Posteriormente, cuando el MP concluyó con la inhumación del cadáver dio inicio a la carpeta de investigación correspondiente y con ello ordenó que los presuntos homicidas y secuestradores que se encontraban en el lugar fueran trasladados a las instalaciones del centro de justicia local, donde quedaron formalmente detenidos, a disposición del mismo MP, quien en las próximas horas los consignará al penal de Barrientos, a fin de que sea un Juez de Control y Juicios Orales, quien determine su situación jurídica
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