* Va Francisco a dar empujón a la Iglesia mexicana para que dé "salto de calidad": secretario pontificio
CIUDAD DEL VATICANO, (Notimex).- El Papa empujará a la Iglesia mexicana a dar un "salto de calidad", a comprometerse más con la solidaridad y el amor preferencial por los pobres, aseguró Guzmán Carriquiry Lecour.
El secretario de la Pontificia Comisión para América Latina del Vaticano aseguró que los católicos mexicanos, especialmente los jerarcas, serán interpelados con la visita de Francisco a ese país, prevista del 12 al 17 de febrero próximos.
"México tiene una Iglesia a menudo clerical, pero con un clero con una formación muchas veces insuficiente y tan clerical que no ha sabido acompañar una presencia mucho más activa, más fuerte, de los laicos católicos en todos los ámbitos de la vida social, política y cultural del país", señaló.
Durante una conferencia, organizada aquí por el Instituto de Estudios Americanos, el funcionario vaticano reconoció que la violencia en México es un "hecho dramático", pero dijo resistirse a aceptar la reduccionista imagen mediática de "México>violencia".
Consideró que se trata de una nación "grandísima", llena de tradiciones y de cualidades extraordinarias, que no puede ser reducida simplemente a una tragedia.
"Se puede pensar que la Virgen de Guadalupe llora ante la tremenda situación sufrida por sus hijos, junto a todas las víctimas de la violencia, pero también de parte de todos aquellos que la alimentan y la provocan", siguió.
"Se necesita condenar el pecado de la violencia y los violentos, pero la Iglesia tiene algo mucho más que debe agregar. Debe encontrar el modo
Por eso consideró que acoger, vivir y comunicar el don de la misericordia de Dios es, en la misión de la Iglesia, una cuestión capital para la justicia, la paz, la fraternidad, la reconciliación en el país.
Advirtió que se trata de promover una cultura del encuentro fraterna y abrir los caminos a una nueva amistad social.
Carriquiry Lecour confesó que siempre se ha preguntado de dónde surge la predilección de los sucesivos Pontífices por México, porque el Papa Juan Pablo II viajó cinco veces allí y el Papa Benedicto XVI casi no viajó por América Latina, pero sí pisó suelo mexicano.
Consideró que una de las razones es la situación de México como "gran frontera", espacio donde tiene lugar el impacto más directo entre la expansión continental de Estados Unidos, gigante del norte y potencia mundial aunque en declive relativo con la tradición católica, barroca y popular de América Latina.
"El norte es el gran mercado de consumo de las drogas, que alimenta las redes del narcotráfico mexicano y también centroamericano y andino. El lugar más importante del comercio de armas que alimenta la terrible espiral de la violencia", constató.
"América Latina necesita de México, el Estado hispanoamericano más importante del continente. Bienvenida sea toda intensificación de vínculos sea políticos, económicos, culturales, eclesiásticos entre México, Centro y Sudamérica", añadió.
Ponderó que uno de los motivos de esa predilección está en el hecho que México fue el lugar elegido para una "nueva visita de la Virgen", Guadalupe, que llevó un mensaje a los indígenas, destinado más a los pobres y simples de corazón que a los sabios y a los poderosos de este mundo.
Indicó al santuario del Tepeyac como el lugar más simbólico y significativo para dirigirse a todo el Continente Americano, como espera que el Papa Francisco lo haga.
"Esta alianza de ternura y de afecto de Nuestra Señora de Guadalupe con los mexicanos se manifestó a lo largo de toda la historia", insistió
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