INDIANAPOLIS, Indiana, 4 de febrero (OEM-AFP).- En el 2008, los Patriotas de Nueva Inglaterra y su mariscal de campo Tom Brady habían llegado al Super Bowl invictos, y parecía que se encaminaban a la temporada perfecta, pero los increíbles Gigantes de Nueva York echaron por tierra los pronósticos y se llevaron el trofeo Vince Lombardi.
Para olvidar ese fatídico 3 de febrero, en que los Patriotas perdieron 17-14 por un touchdown rival a 35 segundos del final, Brady tiene que guiar a su equipo a la victoria contra los Gigantes de Nueva York mañana en Indianápolis, sede del XLVI Super Bowl, la final por el campeonato de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL).
El partido más esperado del año en la temporada será visto por aproximadamente 110 millones de estadounidenses por la cadena televisiva NBC. Con 111 millones de telespectadores, el Super Bowl del 2010 se convirtió en el programa de televisión más visto en la historia en Estados Unidos.
"Esa derrota aún arde dentro de nosotros", dijo Logan Mankins, uno de los jugadores defensivos encargados de proteger a Brady, de las embestidas opuestas.
El mariscal de campo con más glamour en la NFL, casado con la modelo brasileña Gisele Bundchen, jugará en el gran estadio cubierto de Indianápolis su quinto Supertazón en 10 temporadas, todos ellos al frente de los Patriotas.
Brady ha perdido sólo una vez el "Gran Juego", y fue la dolorosa derrota de 2008 contra los Gigantes.
Con una cuarta victoria en estas lides, empataría el record de más títulos de Super Bowl para un quarterback, compartido ahora por los legendarios Joe Montana y Terry Bradshaw.
Los Gigantes, último equipo en vencer a Nueva Inglaterra en la temporada regular (24-20, en noviembre), llegan con etiqueta de no favoritos a esta cita, tal como ocurrió hace cuatro años.
Dados por muertos después de una racha de cuatro derrotas en la campaña regular, se clasificaron in extremis para los playoffs, con el boleto comodín. Pero por el camino de postemporada dejaron a los grandes favoritos de los Halcones de Atlanta, los campeones defensores Empacadores de Green Bay y 49ers de San Francisco, para dar una sorpresa.
"Nadie nos daba de favoritos en los playoffs y ello ha multiplicado por 10 nuestra motivación. Todavía tenemos algo qué demostrar", dijo Eli Manning, el mariscal de campo que crucificó a los Pats en el 2008, imitando a su hermano mayor, Peyton, ganador del Super Bowl con los Potros de Indianápolis.
Los Patriotas cuentan con la ofensiva que más yardas avanza en el terreno, pero casi son la peor defensa ante los pases enemigos. Esa debilidad podría explotarla Manning con sus receptores Hakeem Nicks y el puertorriqueño Víctor Cruz.
Un hecho poco visto en estos juegos, es que se enfrentarán dos jugadores de raíces puertorriqueñas, con Cruz del lado de los Gigantes, y el ala cerrada Aarón Hernández, por los Patriotas.
Según los expertos, el triunfo estará a la mano del equipo que cuente con la mejor unidad en torno a su mariscal de campo.
Los organizadores anunciaron que la estrella del pop, Madonna, actuará en el espectáculo del medio tiempo, interpretando cuatro canciones.
"Nunca he trabajado tan duro para preparar un espectáculo", dijo la cantante, quien reveló que el sueño de toda la vida era "estar en el escenario en el Super Bowl".
El partido más lucrativo del año en el deporte estadounidense animará la economía de la tranquila ciudad de Indianápolis con un caudal de 150 millones de dólares. Cada comercial televisivo del Super Bowl tendrá un costo de 3.5 millones de dólares.
Para olvidar ese fatídico 3 de febrero, en que los Patriotas perdieron 17-14 por un touchdown rival a 35 segundos del final, Brady tiene que guiar a su equipo a la victoria contra los Gigantes de Nueva York mañana en Indianápolis, sede del XLVI Super Bowl, la final por el campeonato de la Liga Nacional de Futbol Americano (NFL).
El partido más esperado del año en la temporada será visto por aproximadamente 110 millones de estadounidenses por la cadena televisiva NBC. Con 111 millones de telespectadores, el Super Bowl del 2010 se convirtió en el programa de televisión más visto en la historia en Estados Unidos.
"Esa derrota aún arde dentro de nosotros", dijo Logan Mankins, uno de los jugadores defensivos encargados de proteger a Brady, de las embestidas opuestas.
El mariscal de campo con más glamour en la NFL, casado con la modelo brasileña Gisele Bundchen, jugará en el gran estadio cubierto de Indianápolis su quinto Supertazón en 10 temporadas, todos ellos al frente de los Patriotas.
Brady ha perdido sólo una vez el "Gran Juego", y fue la dolorosa derrota de 2008 contra los Gigantes.
Con una cuarta victoria en estas lides, empataría el record de más títulos de Super Bowl para un quarterback, compartido ahora por los legendarios Joe Montana y Terry Bradshaw.
Los Gigantes, último equipo en vencer a Nueva Inglaterra en la temporada regular (24-20, en noviembre), llegan con etiqueta de no favoritos a esta cita, tal como ocurrió hace cuatro años.
Dados por muertos después de una racha de cuatro derrotas en la campaña regular, se clasificaron in extremis para los playoffs, con el boleto comodín. Pero por el camino de postemporada dejaron a los grandes favoritos de los Halcones de Atlanta, los campeones defensores Empacadores de Green Bay y 49ers de San Francisco, para dar una sorpresa.
"Nadie nos daba de favoritos en los playoffs y ello ha multiplicado por 10 nuestra motivación. Todavía tenemos algo qué demostrar", dijo Eli Manning, el mariscal de campo que crucificó a los Pats en el 2008, imitando a su hermano mayor, Peyton, ganador del Super Bowl con los Potros de Indianápolis.
Los Patriotas cuentan con la ofensiva que más yardas avanza en el terreno, pero casi son la peor defensa ante los pases enemigos. Esa debilidad podría explotarla Manning con sus receptores Hakeem Nicks y el puertorriqueño Víctor Cruz.
Un hecho poco visto en estos juegos, es que se enfrentarán dos jugadores de raíces puertorriqueñas, con Cruz del lado de los Gigantes, y el ala cerrada Aarón Hernández, por los Patriotas.
Según los expertos, el triunfo estará a la mano del equipo que cuente con la mejor unidad en torno a su mariscal de campo.
Los organizadores anunciaron que la estrella del pop, Madonna, actuará en el espectáculo del medio tiempo, interpretando cuatro canciones.
"Nunca he trabajado tan duro para preparar un espectáculo", dijo la cantante, quien reveló que el sueño de toda la vida era "estar en el escenario en el Super Bowl".
El partido más lucrativo del año en el deporte estadounidense animará la economía de la tranquila ciudad de Indianápolis con un caudal de 150 millones de dólares. Cada comercial televisivo del Super Bowl tendrá un costo de 3.5 millones de dólares.
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