Por: Alvaro Velázquez
ECATEPEC, Méx., 24 de abril.- Desequilibrado joven, de 19 años de edad, golpeó salvajemente a su concubina, de 21 años, le asestó varias puñaladas en el cuello y finalmente la estranguló con un lazo, tan sólo porque la mujer embarazada se empeñaba en tener a su bebé y él se negaba "porque no quería responsabilidades".
Cometido el infame crimen, el presunto homicida, Pablo Martínez Celis, "El Pablotas", envolvió el cadáver de la mujer dentro de una bolsa de plástico y en seguida pidió prestado a uno de sus amigos su automóvil y entre los dos subieron el cuerpo a dicho vehículo para trasladarse a solitario paraje, ubicado en la Colonia El Charco, municipio de Ecatepec, donde finalmente lo abandonaron.
Luego de ello, el miserable joven se dio a la fuga junto con su amigo y continuaron con su vida como si nada hubiera pasado.
Sin embargo, posteriormente cuando el cuerpo de la joven Beatriz Adriana Lara Aldana, de 21 años de edad, fue encontrado y tras de que su madre, Yolanda Aldana Carrasco, de 44 años de edad, primero denunció su misteriosa desaparición y luego lo identificó en el Semefo del centro de justicia local, elementos de la Policía Ministerial mexiquense, adscritos al grupo de feminicidios de la PGJEM iniciaron de lleno con los trabajos de investigación, a fin de aclarar el infame crimen y lograr la identificación y captura de los responsables.
Dentro de los primeros interrogatorios a que fue sometida la madre de la ahora occisa, ésta reveló que la última vez que la vio con vida fue la tarde del pasado 17 de abril, luego de que salió de su domicilio, tras recibir una llamada telefónica, al parecer de su novio.
"Mi hija me dijo, ahorita vengo, no me tardo y esas fueron las últimas palabras que escuché de ella, pues después ya no supe nada de su paradero hasta que finalmente la encontré muerta en la morgue", dijo la mujer a elementos de la Policía Ministerial.
Con los datos que aportó la madre de la occisa, elementos de la Policía Ministerial se dieron a la tarea de buscar al amasio de la desafortunada jovencita, pues existía casi la seguridad de que él había sido el responsable del asesinato, ya que supuestamente fue la última persona que le habló por teléfono antes de que apareciera muerta.
Luego de algunos días de intensa búsqueda, policías ministeriales finalmente encontraron en su domicilio al sospechoso y al hacerle saber el motivo de su presencia y someterlo a un riguroso interrogatorio, cayó en constantes contradicciones y se mostró sumamente nervioso hasta que finalmente sin presión alguna terminó por confesar que él había matado a Beatriz, con quien dijo tenía un noviazgo desde hace un año e incluso se casaron de manera secreta.
Al hablar de los hechos, el cínico delincuente dijo que mató a su concubina debido a que se embarazó y ella se empeñaba en tener al bebé y él no quería "porque no deseaba responsabilidades".
Explicó que después de varias discusiones y ante la negativa de su mujer, el pasado 17 de abril le habló vía telefónica, argumentando que deseaba verla y en cuanto la tuvo a la vista, le preguntó por última vez que si en verdad quería tener al bebé y al recibir de nueva cuenta una respuesta positiva, se enfureció y fuera de sí la llevó a una casa, ubicada en la Unidad habitacional Los Héroes Tecámac.
Ahí, dijo, debido a que su mujer por enésima vez se negó a abortar, primeramente la golpeó salvamente y luego con la intención de matarla le asestó varias puñaladas en el cuello; sin embargo, como sangraba mucho y no moría de la manera más vil y cobarde y sin la más mínima compasión finalmente la estranguló con un lazo.
Luego, envolvió el cadáver dentro de una bolsa de plástico negra, se comunicó vía telefónica con un amigo de nombre Guillermo Camargo, a quien después de que le comentó lo que había hecho le pidió prestado su automóvil, un Ford, tipo Topaz blanco, placas 182-DFY.
Después de que su amigo llegó a la casa, dijo, entre ambos subieron el cadáver a la cajuela de vehículo y enseguida se trasladaron a un paraje de la Colonia El Charco, en el municipio de Ecatepec, donde finalmente abandonaron la bolsa de plástico con los restos mortales de su concubina y su hijo en gestación.
ECATEPEC, Méx., 24 de abril.- Desequilibrado joven, de 19 años de edad, golpeó salvajemente a su concubina, de 21 años, le asestó varias puñaladas en el cuello y finalmente la estranguló con un lazo, tan sólo porque la mujer embarazada se empeñaba en tener a su bebé y él se negaba "porque no quería responsabilidades".
Cometido el infame crimen, el presunto homicida, Pablo Martínez Celis, "El Pablotas", envolvió el cadáver de la mujer dentro de una bolsa de plástico y en seguida pidió prestado a uno de sus amigos su automóvil y entre los dos subieron el cuerpo a dicho vehículo para trasladarse a solitario paraje, ubicado en la Colonia El Charco, municipio de Ecatepec, donde finalmente lo abandonaron.
Luego de ello, el miserable joven se dio a la fuga junto con su amigo y continuaron con su vida como si nada hubiera pasado.
Sin embargo, posteriormente cuando el cuerpo de la joven Beatriz Adriana Lara Aldana, de 21 años de edad, fue encontrado y tras de que su madre, Yolanda Aldana Carrasco, de 44 años de edad, primero denunció su misteriosa desaparición y luego lo identificó en el Semefo del centro de justicia local, elementos de la Policía Ministerial mexiquense, adscritos al grupo de feminicidios de la PGJEM iniciaron de lleno con los trabajos de investigación, a fin de aclarar el infame crimen y lograr la identificación y captura de los responsables.
Dentro de los primeros interrogatorios a que fue sometida la madre de la ahora occisa, ésta reveló que la última vez que la vio con vida fue la tarde del pasado 17 de abril, luego de que salió de su domicilio, tras recibir una llamada telefónica, al parecer de su novio.
"Mi hija me dijo, ahorita vengo, no me tardo y esas fueron las últimas palabras que escuché de ella, pues después ya no supe nada de su paradero hasta que finalmente la encontré muerta en la morgue", dijo la mujer a elementos de la Policía Ministerial.
Con los datos que aportó la madre de la occisa, elementos de la Policía Ministerial se dieron a la tarea de buscar al amasio de la desafortunada jovencita, pues existía casi la seguridad de que él había sido el responsable del asesinato, ya que supuestamente fue la última persona que le habló por teléfono antes de que apareciera muerta.
Luego de algunos días de intensa búsqueda, policías ministeriales finalmente encontraron en su domicilio al sospechoso y al hacerle saber el motivo de su presencia y someterlo a un riguroso interrogatorio, cayó en constantes contradicciones y se mostró sumamente nervioso hasta que finalmente sin presión alguna terminó por confesar que él había matado a Beatriz, con quien dijo tenía un noviazgo desde hace un año e incluso se casaron de manera secreta.
Al hablar de los hechos, el cínico delincuente dijo que mató a su concubina debido a que se embarazó y ella se empeñaba en tener al bebé y él no quería "porque no deseaba responsabilidades".
Explicó que después de varias discusiones y ante la negativa de su mujer, el pasado 17 de abril le habló vía telefónica, argumentando que deseaba verla y en cuanto la tuvo a la vista, le preguntó por última vez que si en verdad quería tener al bebé y al recibir de nueva cuenta una respuesta positiva, se enfureció y fuera de sí la llevó a una casa, ubicada en la Unidad habitacional Los Héroes Tecámac.
Ahí, dijo, debido a que su mujer por enésima vez se negó a abortar, primeramente la golpeó salvamente y luego con la intención de matarla le asestó varias puñaladas en el cuello; sin embargo, como sangraba mucho y no moría de la manera más vil y cobarde y sin la más mínima compasión finalmente la estranguló con un lazo.
Luego, envolvió el cadáver dentro de una bolsa de plástico negra, se comunicó vía telefónica con un amigo de nombre Guillermo Camargo, a quien después de que le comentó lo que había hecho le pidió prestado su automóvil, un Ford, tipo Topaz blanco, placas 182-DFY.
Después de que su amigo llegó a la casa, dijo, entre ambos subieron el cadáver a la cajuela de vehículo y enseguida se trasladaron a un paraje de la Colonia El Charco, en el municipio de Ecatepec, donde finalmente abandonaron la bolsa de plástico con los restos mortales de su concubina y su hijo en gestación.
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