Por: Patricia Carrasco, LA PRENSA
En el Domingo de Pascua, de Resurrección, la Iglesia Católica convocó a los creyentes a participar de manera responsable en la vida pública, social y política del país, para construir la democracia, pero no sólo el día de las elecciones, sino de manera cotidiana. Y recordó que una fe que no se encarna como cultura de vida no es auténtica fe.
También pidió por los que viven bajo la tensión de las armas, los que entran o salen de nuestras fronteras en busca de una mejor vida para sí y para sus familias, los que sufren la violación de sus derechos, los que viven bajo la persecución religiosa.
En el día de la victoria porque Jesucristo venció a la muerte, tras morir por los pecados del mundo, en la Cruz del Gólgota, la Arquidiócesis Primada de México convocó a salir al encuentro de las nuevas situaciones en la sociedad contemporánea, donde ya no se oye hablar de Cristo, es decir, los nuevos areópagos modernos; "el areópago de los medios de comunicación social, el areópago de la cultura y de la ciencia, del arte y del pensamiento, del espectáculo, del deporte y de la política".
En la Catedral Metropolitana, durante la homilía, la Iglesia comentó que miles de hombres y mujeres viven tristes y desconsolados porque no encuentran el sentido de sus vidas, cuando la crisis económica amenaza a tantas familias de esta gran ciudad, cuando vemos tantas injusticias a las que no podemos poner remedio desde nuestros limitados recursos humanos.
En la Misa de Pascua, donde se realizó la renovación de promesas bautismales, también resaltó que en estos tiempos, donde los hombres caminan tan perdidos detrás de las modas y de los falsos profetas, "se hace urgente que todos los cristianos seamos testigos de la Resurrección del Señor".
Proclamemos, pues, todos juntos y cada uno en su lugar, que Cristo es la esperanza para todos los hombres. Asimismo, resaltó la necesidad de tener nuevos agentes evangelizadores y de formarlos en el modelo del seguimiento de Cristo, debe desencadenar una renovada conciencia de la participación social.
"Nuestra sociedad resucitará a una vida más humana y más cristiana cuando nuestros corazones resuciten", comentó la Arquidiócesis de México.
Igualmente recordó que el pasaje de San Pablo que decía ayer: "los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte", por ello, con su resurrección, también resucitamos todos los bautizados a una vida nueva, porque el que resucita ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él".
La Arquidiócesis Primada de México resaltó que Cristo ha redimido a la Humanidad entera, a todos los hombres, sin excepción. Cristo, víctima inocente de una cruz, que debía ser la nuestra, nos ha reconciliado a nosotros, pecadores, con el Padre. Por eso, en esta gran Fiesta de la Pascua de Resurrección anunciamos la reconciliación de la Humanidad con Dios, por obra de Cristo.
Pues bien, agregó, ésta es la historia del hombre. Este pasa su vida luchando contra el mal, enfrentándose de continuo a la muerte.
Ante los cientos de fieles que abarrotaron la Catedral, la Iglesia resaltó que en el Domingo de la Resurrección de Jesucristo, que Dios interviene en nuestras pobres existencias para hacernos saber que los afanes por salvar nuestra vida son cumplidos por la misericordia de Dios.
"Hoy la muerte ha sido derrotada. Ahora nosotros tenemos el deber hermosísimo de continuar la obra que El inició. Porque quien murió por nuestros pecados quiere que nosotros seamos quienes lo ayudemos a llevar el mensaje de la Resurrección al resto de nuestros hermanos, allí donde se encuentren".
Todos tenemos necesidad de satisfacer el hambre de plenitud y de sentido, todos tenemos el derecho a participar de la nueva vida que nos trae Jesucristo resucitado.
En el Domingo de Pascua, de Resurrección, la Iglesia Católica convocó a los creyentes a participar de manera responsable en la vida pública, social y política del país, para construir la democracia, pero no sólo el día de las elecciones, sino de manera cotidiana. Y recordó que una fe que no se encarna como cultura de vida no es auténtica fe.
También pidió por los que viven bajo la tensión de las armas, los que entran o salen de nuestras fronteras en busca de una mejor vida para sí y para sus familias, los que sufren la violación de sus derechos, los que viven bajo la persecución religiosa.
En el día de la victoria porque Jesucristo venció a la muerte, tras morir por los pecados del mundo, en la Cruz del Gólgota, la Arquidiócesis Primada de México convocó a salir al encuentro de las nuevas situaciones en la sociedad contemporánea, donde ya no se oye hablar de Cristo, es decir, los nuevos areópagos modernos; "el areópago de los medios de comunicación social, el areópago de la cultura y de la ciencia, del arte y del pensamiento, del espectáculo, del deporte y de la política".
En la Catedral Metropolitana, durante la homilía, la Iglesia comentó que miles de hombres y mujeres viven tristes y desconsolados porque no encuentran el sentido de sus vidas, cuando la crisis económica amenaza a tantas familias de esta gran ciudad, cuando vemos tantas injusticias a las que no podemos poner remedio desde nuestros limitados recursos humanos.
En la Misa de Pascua, donde se realizó la renovación de promesas bautismales, también resaltó que en estos tiempos, donde los hombres caminan tan perdidos detrás de las modas y de los falsos profetas, "se hace urgente que todos los cristianos seamos testigos de la Resurrección del Señor".
Proclamemos, pues, todos juntos y cada uno en su lugar, que Cristo es la esperanza para todos los hombres. Asimismo, resaltó la necesidad de tener nuevos agentes evangelizadores y de formarlos en el modelo del seguimiento de Cristo, debe desencadenar una renovada conciencia de la participación social.
"Nuestra sociedad resucitará a una vida más humana y más cristiana cuando nuestros corazones resuciten", comentó la Arquidiócesis de México.
Igualmente recordó que el pasaje de San Pablo que decía ayer: "los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte", por ello, con su resurrección, también resucitamos todos los bautizados a una vida nueva, porque el que resucita ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él".
La Arquidiócesis Primada de México resaltó que Cristo ha redimido a la Humanidad entera, a todos los hombres, sin excepción. Cristo, víctima inocente de una cruz, que debía ser la nuestra, nos ha reconciliado a nosotros, pecadores, con el Padre. Por eso, en esta gran Fiesta de la Pascua de Resurrección anunciamos la reconciliación de la Humanidad con Dios, por obra de Cristo.
Pues bien, agregó, ésta es la historia del hombre. Este pasa su vida luchando contra el mal, enfrentándose de continuo a la muerte.
Ante los cientos de fieles que abarrotaron la Catedral, la Iglesia resaltó que en el Domingo de la Resurrección de Jesucristo, que Dios interviene en nuestras pobres existencias para hacernos saber que los afanes por salvar nuestra vida son cumplidos por la misericordia de Dios.
"Hoy la muerte ha sido derrotada. Ahora nosotros tenemos el deber hermosísimo de continuar la obra que El inició. Porque quien murió por nuestros pecados quiere que nosotros seamos quienes lo ayudemos a llevar el mensaje de la Resurrección al resto de nuestros hermanos, allí donde se encuentren".
Todos tenemos necesidad de satisfacer el hambre de plenitud y de sentido, todos tenemos el derecho a participar de la nueva vida que nos trae Jesucristo resucitado.
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