*Ello, debido a que el ex presidente Nicolas Sarkozy, rompió relaciones con México por defender a la secuestradora Florence Cassez.
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Tras la derrota de Nicolas Sarkozy por reelegirse como presidente de Francia, críticos nacionales e internacionales señalan que este es el precio que pago Sarkozy por haber sustentado su campaña en casos como el de Florence Cassez para levantar su popularidad, ya que durante su administración exhibió a victimas y presuntos delincuentes solo para obtener beneficios políticos y electorales. En tanto el nuevo presidente de Francia, François Hollande, ha expresado que busca ya reanudar buenas relaciones diplomáticas con México, después de la ruptura que ocasionó Sarkozy al defender a Florence Cassez, sentenciada a 60 años de prisión por los delitos de secuestro en agravio de tres personas.
En opinión del presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega Sánchez, enfatizó que fue evidente que el tema de Florance Cassez fue parte de la estrategia de Zarkozy, no obstante le falló el cálculo porque no influyo en el electorado.
Indica que si bien el caso de Florance Cassez no ha terminado, Sarzoky no debió tomarlo como bandera para reposicionar su imagen ante los franceses. En este sentido, Laura Elena Herrejon, del Movimiento Provecino, sostuvo que ante la "deteriorada" imagen que tenía el presidente Sarkozy, busco causas como el de Cassez para influir en la gente, "el señor se ha metido en terrenos que no debería, y México no le siguió el juego".
Mientras que en Francia especialistas en política, críticos internacionales y medios de comunicación, señalan al presidente Nicolás Sarkozy, como un político que hace campaña utilizando a delincuentes.
Documenta que en 1993, Nicolás Sarkozy apareció en la escena mediática en la toma de rehenes, cuando Erick Schmitt, un informático depresivo, que se hacía llamar "Bomba Humana" entró a la guardería de Neuill.
Se encerró en un salón de clases con una veintena de niños y la maestra y amenazaba con hacerse explotar si no le pagaban 100 millones de francos como recompensa. Sarkozy, entonces alcalde de Neuilly, intervino a pesar de que no tenia la experiencia ni entrenamiento para manejar situaciones de alto riesgo como un secuestro de varios rehenes, al final un verdadero grupo de expertos logro controlar al lunatico depresivo, y Sarkozy aprovecho el momento para salir en las imágenes de los telediarios mostrando a un pequeño en brazos.
En 2012, Sarkozy continúa enfatizando la liberación de delincuentes de todo el mundo, y se apoya en un discurso mediático muy bien elaborado. El presidente francés logra enfocar la atención de la opinión pública en las "operaciones de salvamento".
En Francia, los opositores de Nicolas Sarkozy aseguran que este no va a desaprovechar la oportunidad para intentar liberar o rescatar a más de un delincuente francés sin importar lo que haya hecho, así como la secuestradora de tres mexicanos, Florence Cassez.
Señalan a Sarkozy como un presidente que no le importó intervenir para poner a peligrosos delincuentes en libertad, ya que desde su primera aparición le reditúo popularidad sin importar el costo, situación que ha hecho con Florence Cassez, sentenciada en México a 60 años de prisión por los delitos de secuestro, delincuencia organizada y portación de arma de fuego.
Es decir en Francia, el Presidente Nicolás Sarkozy exhibe a las victimas y presuntos delincuentes para obtener beneficios políticos y electorales. Sin embargo, hay casos más favorecidos y que merecen mayor atención del mandatario galo, a pesar del principio del Estado francés de no abandonar a ninguno de sus residentes en el extranjero.
Uno de los casos pocos favorecidos fue el de Salah Hamouri, un franco-palestino, condenado a siete años de prisión por un tribunal militar israelí acusado de planear el asesinato de un jefe espiritual del partido Shass, el rabino Ovadia Yossef.
El caso de Hamouri no fue mediatizado. Salió libre el 18 de diciembre de 2011 con otros 550 prisioneros, en el marco del intercambio "Gilad Schalit", un soldado con la nacionalidad francesa e Israelí que movilizó al presidente Sarkozy a solicitar su liberación. Homouri declaró que debía su libertad a su Comité de Apoyo creado en octubre de 2008, más que las gestiones del gobierno francés.
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