Por: Antonio de Marcelo,
Al tratar de defender a su esposa de una pelea que sostenía en la calle, un hombre fue ultimado a tiros cuando llegó el esposo de la otra, lo que causó escenas de histeria en el lugar cuando la mujer se abrazó al inerte cuerpo de su marido que yacía sobre el asfalto, sin vida.
Esta terrible historia urbana ocurrió en la Colonia Morelos, de la Delegación Venustiano Carranza, la tarde de ayer.
Según lo que dijeron testigos, a reserva de que el ministerio público confirme los hechos, un par de mujeres discutieron y de las palabras pasaron a los jalones de cabello y golpes, mientras que mirones no se atrevían a acercarse.
Fueron momentos de tensión en Avenida Ferrocarril de Cintura y la calle Labradores, toda vez que las féminas, aparentemente buscaban dirimir alguna diferencia y como los argumentos no fueron suficientes pues pasaron a las manos.
Aseguran los testigos que ante la pelea llegó el esposo de una, quien pretendió meter paz entre las mujeres, aunque con esto sólo ocasionó que llegara el esposo de la otra que a punta de pistola intentó equilibrar las fuerzas.
Por desgracia en dado momento hizo fuego matando al primer esposo, que quedó tendido sobre el asfalto, mientras que el asesino y su mujer pusieron tierra de por medio sin que alguien tratara de detenerlos por temor a ser ultimado también.
Cuando la mujer vio a su pareja sin vida se abalanzó sobre de éste y aunque lo abrazaba y lloraba ya nada podía hacer, porque el tiempo no regresa, él había muerto como lo confirmaron paramédicos y la policía.
Al lugar también llegaron otros familiares, pero el hombre ya estaba muerto, ahí tirado sin camisa, en pantalón de mezclilla tenis y su santa muerte tatuada en el costado misma que le acompañara en el viaje sin retorno.
Esta terrible historia urbana ocurrió en la Colonia Morelos, de la Delegación Venustiano Carranza, la tarde de ayer.
Según lo que dijeron testigos, a reserva de que el ministerio público confirme los hechos, un par de mujeres discutieron y de las palabras pasaron a los jalones de cabello y golpes, mientras que mirones no se atrevían a acercarse.
Fueron momentos de tensión en Avenida Ferrocarril de Cintura y la calle Labradores, toda vez que las féminas, aparentemente buscaban dirimir alguna diferencia y como los argumentos no fueron suficientes pues pasaron a las manos.
Aseguran los testigos que ante la pelea llegó el esposo de una, quien pretendió meter paz entre las mujeres, aunque con esto sólo ocasionó que llegara el esposo de la otra que a punta de pistola intentó equilibrar las fuerzas.
Por desgracia en dado momento hizo fuego matando al primer esposo, que quedó tendido sobre el asfalto, mientras que el asesino y su mujer pusieron tierra de por medio sin que alguien tratara de detenerlos por temor a ser ultimado también.
Cuando la mujer vio a su pareja sin vida se abalanzó sobre de éste y aunque lo abrazaba y lloraba ya nada podía hacer, porque el tiempo no regresa, él había muerto como lo confirmaron paramédicos y la policía.
Al lugar también llegaron otros familiares, pero el hombre ya estaba muerto, ahí tirado sin camisa, en pantalón de mezclilla tenis y su santa muerte tatuada en el costado misma que le acompañara en el viaje sin retorno.
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