NIKOLAEVO, Bulgaria, (OEM-AP y AFP).- Los exámenes de ADN confirmaron que una pareja búlgara de gitanos que vive en un empobrecido poblado con sus otros nueve hijos es la progenitora de una niña en Grecia, informaron hoy las autoridades.
El perfil genético de Sasha Ruseva, de 35 años, y de su esposo, Atanas, coincide con el de la niña, dijo Svetlozar Lazarov, funcionario del Ministerio del Interior.
La pequeña fue encontrada en territorio griego con otra pareja gitana.
Ruseva ha dicho que dio a luz a una niña en Grecia hace cuatro años mientras trabajaba como recolectora de aceitunas, y la regaló porque era demasiado pobre como para cuidarla. La mujer tuvo dos hijos más después de María.
La niña ha estado en una institución de caridad desde que las autoridades allanaron un campamento gitano la semana pasada en Grecia y descubrieron que no estaba emparentada con la pareja gitana griega con la que vivía. Su descubrimiento desató la búsqueda global de sus padres, temor a un posible tráfico de menores y el interés de las autoridades que manejan casos de niños desaparecidos en Polonia, Francia, Estados Unidos y otros lugares.
Los grupos activistas de los derechos humanos plantearon el temor de que la cobertura noticiosa sobre María y las medidas adoptadas por las autoridades alienten el sentimiento racista contra la minoría gitana en la Unión Europea, que suma unos seis millones de personas.
La fiscalía búlgara y las autoridades griegas buscan "aclaraciones sobre si la madre acordó vender a la niña", indicó el Ministerio del Interior en un comunicado.
Los Rusev y sus otros hijos viven en una casa destartalada con suelo de tierra en las afueras de la remota aldea búlgara de Nikolaevo, a 280 kilómetros (175 millas) al este de la capital, Sofía.
El barrio gitano en Nikolaevo cuenta con unas 2,000 personas. La mayoría carece de empleo, vive en una pobreza extrema y trata de permanecer caliente en viviendas humildes. Los niños jugaban el viernes en las calles cubiertas de barro mientras cerdos, gatos y gallinas circulaban a corta distancia.
DICEN QUE LA VENDIO
EN 250 EUROS
Atanas, de tres años, cabello rubio, juega entre el polvo del gueto gitano de Nikolaevo, en Bulgaria, muy lejos de quien podría ser su hermana, la pequeña María, hallada en un campamento de gitanos en Grecia y que podría haber sido vendida por su madre por 250 euros.
Descalza, Penka, de dos años, ojos azules y mejillas rosadas, es igual de rubia que su hermano y muy parecida a María, "El Angel Rubio".
Estos dos niños gitanos, su hermano y dos hermanas adolescentes, así como una tía, llaman la atención entre los 700 habitantes del mísero gueto de Nikolaevo (centro de Bulgaria).
Los padres de estos niños, Atanas y Sacha Rusev, fueron interrogados ayer por la policía de Bulgaria ante la sospecha de que podrían ser también los padres de María, la misteriosa niña rubia encontrada en un campamento de gitanos en Grecia y que según las autoridades helénicas podría haber sido vendida.
La fiscalía búlgara abrió ayer una investigación por abandono de un menor.
"Atanas y Sacha son morenos, pero tenemos dos tíos rubios y algunos de los niños son como ellos", explicó Filip Rusev, hermano de Atanas Rusev.
Otro hermano de Atanas Rusev, Anguel, confirmó a la cadena Nova que Sacha había "abandonado a un niño en Grecia porque no tenía dinero ni carné de identidad".
Uno de los hijos, Isus, de 15 años y cabello muy rubio, dijo también a la prensa que su madre había abandonado a María porque no tenía dinero para volver desde Grecia, donde la familia Rusev trabajó un tiempo cosechando pimientos.
"ESA NIÑA ES MI HIJA"
Los vecinos de la familia cuentan cómo Sacha Rusev se echó a llorar al ver por televisión a María, la niña rubia de ojos verdes y de unos 4 o 5 años, encontrada el 16 de octubre en un campamento de gitanos en Farsala (centro de Grecia).
"Mi madre dijo, esa niña es mi hija", cuenta Fanka Rusev, de 12 años, que se ocupa de sus pequeños hermanos cuando sus padres están ausentes.
Según la policía, Sacha Rusev reconoció a la pareja de gitanos a la que dejó a su bebé en Grecia. Los investigadores procederán a hacer análisis de ADN para determinar si María es hija de Sacha, tal y como esta última sospecha.
Tras su interrogatorio, Sacha Rusev, una mujer delgada de piel morena, declara visiblemente cansada que aunque no está segura, María "podría ser su hija", pero niega haberla vendido. "Si la hubiésemos vendido, ¿cree usted que viviríamos en estas condiciones?", añade.
Atanas y Sacha Rusev, de 35 y 38 años, viven junto a cinco de sus nueve hijos en una habitación con una sola cama. Los padres, sin empleo fijo, viven de las ayudas sociales y de empleos esporádicos.
Las prestaciones de desempleo ascienden a 40 levas (21 euros) y las ayudas sociales a 35 levas (18 euros) por hijo. Recoger plantas medicinales, entregar objetos de hierro para el reciclaje, todo es válido para ganar algo de dinero a fin de mes.
Algunos vecinos de los Rusev aseguran sin embargo que María fue vendida. "Recibieron 200 a 300 euros que les sirvieron para regresar a Bulgaria", asegura un vecino que trabajó también como obrero en Grecia.
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como puedo ayudar a esos niños, me parte el alma verlos en tanta pobreza y saber q pueden ser separados cuando lo unico que han tenido siempre es a ellos mismos, siempre juntos
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