¡FUE DE MIEDO!.. Asalto en el Instituto Na­cio­nal de Re­ha­bi­li­ta­ción (Iner) don­de hu­bo cin­co muer­tos.

Fotos: Ignacio Huitzil

Pacientes y familiares vivieron momentos de terror durante el intento de asalto a camioneta de valores en el Instituto Nacional de Rehabilitación


Raúl Ma­cías,



"Fue una co­sa de mie­do; vi­ne a traer a mi hi­jo a re­ha­bi­li­ta­ción por una frac­tu­ra en la pier­na y co­mo pu­de lo ale­jé de las ba­las; en ver­dad que fue ho­rri­ble. Se de­be­rían qui­tar los ca­je­ros au­to­má­ti­cos en los hos­pi­ta­les, por­que mu­cha gen­te pue­de mo­rir co­mo en el ca­so de hoy, por­que la ma­yo­ría de las per­so­nas vie­nen a re­ha­bi­li­ta­ción por pro­ble­mas de pies, pier­nas y ca­de­ras", se­ña­la­ron fa­mi­lia­res de quie­nes ayer tu­vie­ron ci­ta en el Instituto Na­cio­nal de Re­ha­bi­li­ta­ción (Iner) don­de hu­bo cin­co muer­tos.

Fue­ron mo­men­tos de te­rror y an­gus­tia los que vi­vie­ron es­tas per­so­nas al es­cu­char los ba­la­zos del en­fren­ta­mien­to en­tre de­lin­cuen­tes y cus­to­dios de la ca­mio­ne­ta de va­lo­res de la em­pre­sa Se­gu­ri­tec, quie­nes acu­die­ron a rea­bas­te­cer los ca­je­ros au­to­má­ti­cos que se en­cuen­tran en el Iner, en don­de ya eran es­pe­ra­dos por un co­man­do fuer­te­men­te ar­ma­do que pre­ten­día asal­tar­los, lo que de­sa­tó la ba­la­ce­ra.

To­da­vía con el ner­vio­sis­mo al es­tar cer­ca del lu­gar en don­de los cus­to­dios de Se­gu­ri­tec y los de­lin­cuen­tes se en­fren­ta­ron, fa­mi­lia­res de pa­cien­tes di­je­ron que fue "una ma­la tar­de; creí­mos que íba­mos a que­dar ahí ti­ra­dos; co­mo pu­de al­cé a mi hi­jo que tie­ne una frac­tu­ra en la pier­na y nos fui­mos a co­lo­car tras una pa­red; na­da más es­cu­chá­ba­mos los dis­pa­ros y mi hi­jo no de­ja­ba de llo­rar", afir­mó la se­ño­ra Ma­til­de Fi­gue­roa.

De­ta­lló que fue­ron va­rios mi­nu­tos los que es­cu­cha­ron los dis­pa­ros..., se oían los que­ji­dos del cus­to­dio que re­sul­tó he­ri­do.

"Cuan­do de­ja­mos de es­cu­char los dis­pa­ros se acer­có a no­so­tros per­so­nal de se­gu­ri­dad del hos­pi­tal y nos re­ti­ra­ron, pe­ro al­can­za­mos a ver que ha­bía cua­tro per­so­nas con sus ro­pas man­cha­das de san­gre, uno te­nía uni­for­me de cus­to­dio y tres más ba­tas blan­cas y cu­bre­bo­cas".

Es­to de­ja en cla­ro que fue­ron cua­tro los de­lin­cuen­tes que ca­ye­ron aba­ti­dos por las ba­las de los cus­to­dios, así co­mo un cus­to­dio que se di­jo per­dió la vi­da en el lu­gar, mien­tras que a otro lo tras­la­da­ron a un hos­pi­tal de la zo­na pa­ra que fue­ra aten­di­do por las le­sio­nes de ba­la que te­nía al en­fren­tar­se con los de­lin­cuen­tes, quie­nes por­ta­ban ar­mas de di­ver­sos ca­li­bres.

Por otro la­do, per­so­nal del Iner, ex­pli­có que fue­ron ce­rra­das to­das las puer­tas de ac­ce­so al hos­pi­tal, pa­ra evi­tar que los cu­rio­sos in­gre­sa­ran, ya que en la con­fu­sión y mo­men­tos de te­rror que se vi­vie­ron, dos su­je­tos que tam­bién par­ti­ci­pa­ron en la ba­la­ce­ra por el la­do de los ham­po­nes, lo­gra­ron es­ca­par del lu­gar, y pa­ra ha­cer­lo vo­ta­ron las ba­tas y cu­bre­bo­cas que lle­va­ban.

Lue­go que las co­sas vol­vie­ron a la cal­ma, se per­mi­tió el ac­ce­so de pa­cien­tes a los con­sul­to­rios en don­de te­nían ci­ta, pe­ro se pro­hi­bió el pa­so en la zo­na que se en­con­tra­ba acor­do­na­da, ya que fue en don­de se en­cuen­tran los ca­je­ros, el si­tio en don­de es­ta­ban ti­ra­dos los cuer­pos de tres pre­sun­tos de­lin­cuen­tes, es­to por­que un cuar­to ham­pón, que­dó aba­ti­do en la par­te tra­se­ra del no­so­co­mio.

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