CIUDAD DEL VATICANO, (OEM-AP).- El informe del comité de la ONU destaca que ningún obispo ha sido sancionado por proteger a sacerdotes que cometieron violaciones y no fue sino hasta 2010 cuando la Iglesia les ordenó denunciar a éstos ante la policía en los sitios donde la ley lo requiere.
Autoridades del Vaticano han reconocido que la responsabilidad de los obispos sigue siendo un problema y han sugerido que la situación podría cambiar bajo el mando del papa Francisco.
Las recomendaciones del comité no son de cumplimiento obligatorio y no hay mecanismo para garantizar su aplicación. De hecho, la ONU pidió al Vaticano ponerlas en práctica e informar de ello en 2017. La Santa Sede tuvo un retraso de 14 años en entregar sus informes más recientes.
Aunque la atención se concentró en las violaciones a niños, las recomendaciones del comité fueron más allá y abordaron la discriminación hacia los niños y sus derechos de acceso a la salud, asuntos relacionados con la columna vertebral de las enseñanzas de la Iglesia sobre la vida y la moral sexual.
El comité, por ejemplo, instó al Vaticano a que modifique su ley canónica para identificar los casos en que el acceso al aborto se pueda permitir para los menores, como para salvar la vida de una joven madre. Llamó a la Santa Sede a asegurar que la educación sexual, incluido el acceso a la información acerca de la anticoncepción y la prevención del VIH, sea obligatoria en las escuelas católicas. E instó a la Santa Sede a usar su autoridad moral para condenar la discriminación contra los niños homosexuales o aquellos criados por parejas del mismo sexo.
El Vaticano dijo que estudiaría el informe y en un comunicado reiteró su compromiso con la defensa y protección de los derechos del niño consagrados en el tratado. Pero no estuvo de acuerdo con las recomendaciones del comité de cambiar la enseñanza central de la Iglesia sobre la vida.
"Sin embargo, la Santa Sede lamenta ver en algunos puntos de las observaciones finales un intento de interferir con el magisterio de la Iglesia Católica sobre la dignidad de la persona humana y con el ejercicio de la libertad religiosa", dijo el Vaticano.
Las enseñanzas de la Iglesia sostienen que la vida comienza en la concepción, por lo que el Vaticano se opone al aborto y la anticoncepción artificial. La Santa Sede tiene una historia de confrontación diplomática con Naciones Unidas sobre esos asuntos.
Austen Ivereigh, coordinador de Voces Católicas, un grupo de apoyo religioso, dijo que el informe era una "muestra estremecedora de ignorancia y elevada parcialidad".
Dijo que el reporte no reconoce el progreso que se ha hecho en años recientes y que en muchos sitios la Iglesia es considerada líder en protección a los menores. También dijo que el comité no distinguió entre las responsabilidades y jurisdicción de la Santa Sede y las iglesias locales.
"No tiene en cuenta las particularidades de la Santa Sede, tratándola como si fuera la sede central de una empresa multinacional", dijo en un correo electrónico.
Sin embargo, los grupos de víctimas elogiaron el informe como una llamada de alerta a las autoridades seculares para investigar los abusos y el encubrimiento y procesar a funcionarios de la iglesia que aún protegen a los sacerdotes abusadores.
"Este informe da esperanza a los cientos de miles de víctimas de abusos sexuales que resultaron profundamente heridas y que aún sufren abusos del clero en todo el mundo", dijo Barbara Blaine, presidente del principal grupo de víctimas en Estados Unidos, SNAP. "Ahora le toca a los funcionarios seculares seguir el ejemplo de la ONU e intervenir para proteger a los más vulnerables porque las autoridades católicas o son incapaces o no están dispuestas a hacerlo".
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