Comparte Papa dolor por avión desaparecido

CIU­DAD DEL VA­TI­CA­NO, (No­ti­mex).- El Pa­pa Fran­cis­co se so­li­da­ri­zó hoy con los fa­mi­lia­res de los pa­sa­je­ros del avión de la com­pa­ñía Ma­lay­sia Air­li­nes que de­sa­pa­re­ció ha­ce unos días y lla­mó a re­zar por el di­fí­cil mo­men­to que es­tán pa­san­do.

Des­de la ven­ta­na de su es­tu­dio pri­va­do en el Pa­la­cio Apos­tó­li­co del Va­ti­ca­no y an­te más de 100,000 per­so­nas que aba­rro­ta­ron la Pla­za de San Pe­dro, Jor­ge Ma­rio Ber­go­glio, pre­si­dió la ben­di­ción con el An­ge­lus.

"Les in­vi­to a re­cor­dar en la ora­ción a los pa­sa­je­ros y al equi­pa­je del avión de la Ma­la­sia y sus fa­mi­lia­res. Es­ta­mos cer­ca­nos a ellos en es­te di­fí­cil mo­men­to", di­jo en ita­lia­no el Pon­tí­fi­ce, al me­dio­día de es­te do­min­go de pri­ma­ve­ral tem­pe­ra­tu­ra.

En su re­fle­xión el lí­der ca­tó­li­co es­ta­ble­ció que to­da la Igle­sia, en es­pe­cial los pas­to­res -obis­pos y sa­cer­do­tes- tie­nen la mi­sión de con­so­lar a quien es­tá afli­gi­do y com­par­tir el pe­so de las si­tua­cio­nes di­fí­ci­les.

Ellos de­ben su­mer­gir­se en me­dio de las ne­ce­si­da­des del pue­blo de Dios, acer­cán­do­se con afec­to y ter­nu­ra es­pe­cial­men­te a los más dé­bi­les y pe­que­ños, a los úl­ti­mos.

"Pa­ra cum­plir con ale­gría y dis­po­ni­bi­li­dad es­ta obra pas­to­ral, los obis­pos y sa­cer­do­tes tie­nen ne­ce­si­dad de la ora­ción de la en­te­ra co­mu­ni­dad cris­tia­na", in­di­có.

"El en­cuen­tro con Dios en la ora­ción nos em­pu­ja nue­va­men­te a ba­jar de la mon­ta­ña y re­gre­sar aba­jo, a la lla­nu­ra, don­de en­con­tra­mos tan­tos her­ma­nos con el pe­so del can­san­cio, las in­jus­ti­cias, la po­bre­za ma­te­rial y es­pi­ri­tual", apun­tó.

Co­mo ya es cos­tum­bre dia­lo­gó con la gen­te pre­gun­tán­do­les si to­dos leían el Evan­ge­lio ca­da tan­to. Cons­ta­tó que "Mi­tad y mi­tad, al­gu­nos sí y al­gu­nos no, pe­ro es­to es muy im­por­tan­te".

  Sos­tu­vo que es al­go bue­no te­ner un pe­que­ño evan­ge­lio y leer un pe­que­ño pa­sa­je en cual­quier mo­men­to del día, sa­cán­do­lo del bol­si­llo y le­yen­do lo que nos di­ce Je­sús en ese día.

"No es ne­ce­sa­rio te­ner los cua­tro, con uno y pe­que­ñi­to es su­fi­cien­te. ¿Lo ha­réis? El do­min­go pró­xi­mo me de­cís si te­néis un Evan­ge­lio en el bol­si­llo", apun­tó.

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