* El le reclamó, comenzó a golpearla y la estranguló; dejó mensaje firmado por LFM, pero la policía no mordió anzuelo: está preso
Raúl Macías
Luego de más de dos años de andar burlando la acción de la justicia, elementos de la Policía de Investigación lograron el aseguramiento de un hombre que en septiembre de 2011 privó de la vida a una trabajadora doméstica a la que enamoró cuando él laboraba como elemento de seguridad privada.
Autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) explicaron que el 30 de septiembre de 2011, José Antonio Gutiérrez García acudió a un hotel ubicado en Tacubaya con una joven de 20 años a la que conoció cuando ella se desempeñaba como trabajadora doméstica.
Que solicitó una habitación hasta la que ingresó acompañado de la joven. En su declaración señaló que comenzaron a ingerir bebidas embriagantes y que conforme fueron pasando los minutos se encontraban charlando, pero que de pronto la joven comenzó a contestar llamadas en su celular y a enviar mensajes de texto a su novio.
Esa acción de la joven lo molestó y ella decidió irse del lugar para evitar ser víctima de una agresión más violenta, pero al estar bajo los efectos del alcohol, José Antonio la comenzó a agredir verbalmente por lo que ella decidió meterse al baño, pero ahí la alcanzó y al detenerla por el cuello la tiró al piso.
Sin embargo fue cuando se dio cuenta que no se movía, por lo que según se espantó y decidió apretarle la garganta hasta asfixiarla y luego salió del hotel para esconderse durante este tiempo, pero ya se encuentra tras las rejas en una celda del Reclusorio Preventivo Oriente.
La autoridad ministerial agregó, que en su declaración el indiciado señaló que "con la intención de desviar indicios que lo vincularan con la muerte de la joven, dejó una cartulina escrita con un mensaje que citaba a una organización criminal.
"Posteriormente abandonó el hotel llevándose el teléfono celular de la víctima".
Y remataron: "la presunta responsabilidad del inculpado se determinó al dar positivo las pruebas periciales de genética y grafoscopía, toda vez que en el lugar de los hechos se encontraron latas de bebidas etílicas, que tenía huellas dactilares de él y el mensaje escrito en la cartulina coincidió con la letra del detenido".
Raúl Macías
Luego de más de dos años de andar burlando la acción de la justicia, elementos de la Policía de Investigación lograron el aseguramiento de un hombre que en septiembre de 2011 privó de la vida a una trabajadora doméstica a la que enamoró cuando él laboraba como elemento de seguridad privada.
Autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) explicaron que el 30 de septiembre de 2011, José Antonio Gutiérrez García acudió a un hotel ubicado en Tacubaya con una joven de 20 años a la que conoció cuando ella se desempeñaba como trabajadora doméstica.
Que solicitó una habitación hasta la que ingresó acompañado de la joven. En su declaración señaló que comenzaron a ingerir bebidas embriagantes y que conforme fueron pasando los minutos se encontraban charlando, pero que de pronto la joven comenzó a contestar llamadas en su celular y a enviar mensajes de texto a su novio.
Esa acción de la joven lo molestó y ella decidió irse del lugar para evitar ser víctima de una agresión más violenta, pero al estar bajo los efectos del alcohol, José Antonio la comenzó a agredir verbalmente por lo que ella decidió meterse al baño, pero ahí la alcanzó y al detenerla por el cuello la tiró al piso.
Sin embargo fue cuando se dio cuenta que no se movía, por lo que según se espantó y decidió apretarle la garganta hasta asfixiarla y luego salió del hotel para esconderse durante este tiempo, pero ya se encuentra tras las rejas en una celda del Reclusorio Preventivo Oriente.
La autoridad ministerial agregó, que en su declaración el indiciado señaló que "con la intención de desviar indicios que lo vincularan con la muerte de la joven, dejó una cartulina escrita con un mensaje que citaba a una organización criminal.
"Posteriormente abandonó el hotel llevándose el teléfono celular de la víctima".
Y remataron: "la presunta responsabilidad del inculpado se determinó al dar positivo las pruebas periciales de genética y grafoscopía, toda vez que en el lugar de los hechos se encontraron latas de bebidas etílicas, que tenía huellas dactilares de él y el mensaje escrito en la cartulina coincidió con la letra del detenido".
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