CIUDAD DEL VATICANO, (Notimex).- El Papa Francisco clamó hoy por la desocupación causada por la crisis económica y expresó tristeza por un grupo de obreros italianos que le mandaron un videomensaje antes de perder su trabajo.
"¡Por favor, abran los ojos y no se queden con los brazos cruzados!", señaló Jorge Mario Bergoglio al final de la audiencia general, que presidió ante más de 80,000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro.
En el momento de los saludos en italiano, reveló que la víspera recibió un videomensaje de parte de los obreros de la empresa Lucchini de la localidad de Piombino, que le fue enviado antes del cierre del alto horno.
"De verdad me conmovió. Me quedé triste. Queridos obreros, queridos hermanos, en vuestros rostros estaban pintadas una profunda tristeza y las preocupaciones de los padres de familia que piden sólo el derecho a trabajar para vivir dignamente y para poder custodiar, nutrir y educar los propios hijos", dijo.
Francisco le aseguró a los obreros su cercanía y su oración, instándoles a no desanimarse porque él afirmó estar junto a ellos para que, cuando se apaguen las esperanzas humanas, permanezca siempre encendida la esperanza divina que no desilusiona jamás.
"Queridos obreros, queridos hermanos, los abrazo fraternalmente y a todos los responsables pido cumplir todo esfuerzo de creatividad y de generosidad para reencender la esperanza en los corazones de estos hermanos nuestros y en el corazón de todas las personas desocupadas y de la crisis económica", apuntó.
La audiencia de hoy miércoles fue especialmente multitudinaria, porque ya se encuentran en Roma miles de personas que participarán en la canonización de los nuevos santos Juan XXIII y Juan Pablo II.
Antes de comenzar su recorrido, a bordo del papamóvil por la Plaza vaticana, Francisco se dirigió al Aula Pablo VI donde saludó personalmente a decenas de enfermos y discapacitados, quienes fueron llevados ahí para evitar la lluvia.
Después, a bordo del vehículo blanco hizo un largo recorrido entre la gente. Se bajó en varias ocasiones para dialogar con ella, recibió un mate (infusión argentina) que tomó con gusto y una imagen de la Virgen de Guadalupe, el regalo de una peregrina.
Durante su reflexión semanal se refirió a la resurrección de Cristo y a las palabras del ángel que, en el sepulcro, le preguntó a las mujeres: "¿Por qué buscáis entre los muertos a aquel que está vivo?". Así llamó a los fieles a "no buscar entre los muertos".
"Buscamos entre los muertos al que vive cada vez que nos encerramos en el egoísmo o en la autocomplacencia, cuando nos dejamos seducir por el poder y las cosas de este mundo, olvidando a Dios y al prójimo, cuando ponemos nuestra esperanza en vanidades mundanas, en el dinero o el éxito", indicó.
Insistió que se "busca entre los muertos" cada vez que se pierde la esperanza o no se tienen las fuerzas para rezar, cada vez que uno se siente solo o abandonado de los amigos, e incluso de Dios, cada vez que uno se siente prisionero de los propios pecados.
"Esa advertencia del ángel nos ayudará a salir de nuestras tristezas y a abrirnos a la alegría y a la esperanza. La esperanza que remueve las piedras de los sepulcros y nos empuja a anunciar que Jesús esta vivo", estableció.
En el momento de los saludos en italiano, reveló que la víspera recibió un videomensaje de parte de los obreros de la empresa Lucchini de la localidad de Piombino, que le fue enviado antes del cierre del alto horno.
"De verdad me conmovió. Me quedé triste. Queridos obreros, queridos hermanos, en vuestros rostros estaban pintadas una profunda tristeza y las preocupaciones de los padres de familia que piden sólo el derecho a trabajar para vivir dignamente y para poder custodiar, nutrir y educar los propios hijos", dijo.
Francisco le aseguró a los obreros su cercanía y su oración, instándoles a no desanimarse porque él afirmó estar junto a ellos para que, cuando se apaguen las esperanzas humanas, permanezca siempre encendida la esperanza divina que no desilusiona jamás.
"Queridos obreros, queridos hermanos, los abrazo fraternalmente y a todos los responsables pido cumplir todo esfuerzo de creatividad y de generosidad para reencender la esperanza en los corazones de estos hermanos nuestros y en el corazón de todas las personas desocupadas y de la crisis económica", apuntó.
La audiencia de hoy miércoles fue especialmente multitudinaria, porque ya se encuentran en Roma miles de personas que participarán en la canonización de los nuevos santos Juan XXIII y Juan Pablo II.
Antes de comenzar su recorrido, a bordo del papamóvil por la Plaza vaticana, Francisco se dirigió al Aula Pablo VI donde saludó personalmente a decenas de enfermos y discapacitados, quienes fueron llevados ahí para evitar la lluvia.
Después, a bordo del vehículo blanco hizo un largo recorrido entre la gente. Se bajó en varias ocasiones para dialogar con ella, recibió un mate (infusión argentina) que tomó con gusto y una imagen de la Virgen de Guadalupe, el regalo de una peregrina.
Durante su reflexión semanal se refirió a la resurrección de Cristo y a las palabras del ángel que, en el sepulcro, le preguntó a las mujeres: "¿Por qué buscáis entre los muertos a aquel que está vivo?". Así llamó a los fieles a "no buscar entre los muertos".
"Buscamos entre los muertos al que vive cada vez que nos encerramos en el egoísmo o en la autocomplacencia, cuando nos dejamos seducir por el poder y las cosas de este mundo, olvidando a Dios y al prójimo, cuando ponemos nuestra esperanza en vanidades mundanas, en el dinero o el éxito", indicó.
Insistió que se "busca entre los muertos" cada vez que se pierde la esperanza o no se tienen las fuerzas para rezar, cada vez que uno se siente solo o abandonado de los amigos, e incluso de Dios, cada vez que uno se siente prisionero de los propios pecados.
"Esa advertencia del ángel nos ayudará a salir de nuestras tristezas y a abrirnos a la alegría y a la esperanza. La esperanza que remueve las piedras de los sepulcros y nos empuja a anunciar que Jesús esta vivo", estableció.
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