CIUDAD DEL VATICANO, (OEM-AP y EFE).- Por tren, autobús, coche y a pie, peregrinos y turistas llegaron hoy a Roma estar en la ceremonia de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII este domingo.
El Ministro del Interior italiano dijo que hasta 1.000,000 de personas llegaron a la ciudad para el extraordinario acontecimiento de la canonización de dos pontífices siendo elevados a los altares en una ceremonia en la que estuvieron presentes dos papas. El Vaticano confirmó que el retirado Papa Benedicto XVI ayudó al Papa Francisco y decenas de cardenales a celebrar la misa en la Plaza de San Pedro.
La plaza estuvo abierta a los fieles el domingo por la mañana y muchas personas se instalaron en el área en las afueras con esperanzas de asegurar un buen puesto para ver la ceremonia. El sonido de himnos cantados en italiano, polaco, inglés y otros idiomas era escuchado en muchas partes de la ciudad de Roma. Algunos peregrinos salieron hace semanas desde Polonia para hacer la travesía a pie. Otros llegaban a caballo.
Mientras, las procesiones, cánticos y oraciones de los cientos de miles de fieles a la Ciudad Eterna en una Iglesia a cielo abierto.
Las órdenes, grupos religiosos y parroquias llegadas desde todas las partes del mundo hicieron sentir su voz y no hubo rincón de la capital romana donde no se prepararon pequeños conciertos, se escucharon canciones o se rezó colectivamente.
Las procesiones de devotos de Juan Pablo II o de Juan XXII recorrieron con sus fotografías las calles y plazas del centro de la capital de Italia.
Un grupo de jóvenes Legionarios de Cristo también llegó al centro de Roma con una cruz de madera para que los peregrinos y turistas pudieran clavar en ella sus cartas con los ruegos a los nuevos santos y fueron llevados a San Pedro.
Mientras tanto, miles de jóvenes acamparon en los aledaños de la Plaza de San Pedro y Via de la Conciliazione, la gran avenida que une Roma con la Ciudad del Vaticano, con sus sacos de dormir, guitarras, y pocas ganas de dormir, preparados para pasar la noche a la intemperie y así conseguir un buen puesto durante la misa.
Otros "papaboys", como se les llamó a la jóvenes que comenzaron a participar numerosos en la Jornada Mundial de la Juventud que convocó Juan Pablo II en 1984, esperó que abrieran las 12 iglesias romanas donde se vivió la "Noche blanca de la oración".
El Ministro del Interior italiano dijo que hasta 1.000,000 de personas llegaron a la ciudad para el extraordinario acontecimiento de la canonización de dos pontífices siendo elevados a los altares en una ceremonia en la que estuvieron presentes dos papas. El Vaticano confirmó que el retirado Papa Benedicto XVI ayudó al Papa Francisco y decenas de cardenales a celebrar la misa en la Plaza de San Pedro.
Mientras, las procesiones, cánticos y oraciones de los cientos de miles de fieles a la Ciudad Eterna en una Iglesia a cielo abierto.
Las órdenes, grupos religiosos y parroquias llegadas desde todas las partes del mundo hicieron sentir su voz y no hubo rincón de la capital romana donde no se prepararon pequeños conciertos, se escucharon canciones o se rezó colectivamente.
Las procesiones de devotos de Juan Pablo II o de Juan XXII recorrieron con sus fotografías las calles y plazas del centro de la capital de Italia.
Un grupo de jóvenes Legionarios de Cristo también llegó al centro de Roma con una cruz de madera para que los peregrinos y turistas pudieran clavar en ella sus cartas con los ruegos a los nuevos santos y fueron llevados a San Pedro.
Mientras tanto, miles de jóvenes acamparon en los aledaños de la Plaza de San Pedro y Via de la Conciliazione, la gran avenida que une Roma con la Ciudad del Vaticano, con sus sacos de dormir, guitarras, y pocas ganas de dormir, preparados para pasar la noche a la intemperie y así conseguir un buen puesto durante la misa.
Otros "papaboys", como se les llamó a la jóvenes que comenzaron a participar numerosos en la Jornada Mundial de la Juventud que convocó Juan Pablo II en 1984, esperó que abrieran las 12 iglesias romanas donde se vivió la "Noche blanca de la oración".
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