Raúl Macías, Foto: Jaime Llera
En los momentos en que un hombre de 30 años de edad se encontraba platicando con una joven en el interior de su vehículo Ford tipo Fiesta, con placas de circulación del Estado de México, dos sujetos que usaban pasamontañas se le acercaron al lado de su puerta y sin mediar palabra le dispararon en dos ocasiones en la cabeza, por lo que perdió la vida de manera instantánea.
Cuando el reloj ya daba inicio al nuevo día, Julio Angel Martínez Barba, de 30 años de edad, se encontraba platicando con una joven dentro del auto que fue estacionado en el cruce de las calles Villa Reyes y Villa Cannes, Colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, en la Delegación Iztapalapa, se acercaron dos sujetos de su costado, y nunca imaginó que iban a atentar contra su vida.
Al estar a unos centímetros de la ventanilla del lado del conductor, la cual se encontraba arriba, sacaron las armas de fuego que llevaban consigo y le dispararon en dos ocasiones y luego se dieron a la fuga, dejando en el interior del automotor a la joven en medio de una crisis de pánico, ya que pensaba que también "iban" por ella, pero no le hicieron nada.
Vecinos del lugar salieron de inmediato para tratar de ayudar a la víctima, pero nada pudieron hacer por Julio Angel y se solicitó el apoyo de paramédicos para que ayudaran a la joven que se encontraba en shock, ya que vio el momento en que el par de sujetos a sangre fría le dispararon a corta distancia en la cabeza, y vio cuando lanzó su último suspiro.
Dos balas fueron las que se le incrustaron en la cabeza; a milésimas de segundos la sangre comenzó a brotar; ya sus ojos se encontraban en un punto desconocido, la chica no salía del miedo que le causó el pensar que también iba contra ella, pero al ver los individuos que habían cumplido con su cometido, porque pudo haber sido un ajuste de cuentas, se retiraron del lugar a toda prisa.
Julio Angel quedó recostado de su lado, y al llegar los elementos de la SSPDF solamente confirmaron que había dejado de existir, pero tenían que darle apoyo a la joven, quien fue la que reveló cómo ocurrieron los hechos, pero de los sicarios no se supo nada, ya que traían pasamontañas, para que no pudieran ser vistos por la muchacha, pero eso a los investigadores parece no importarles.
Ahora se encuentran investigando entre los familiares para conocer si alguien que lo había amenazado para dar con el paradero de los críminales.
Cuando el reloj ya daba inicio al nuevo día, Julio Angel Martínez Barba, de 30 años de edad, se encontraba platicando con una joven dentro del auto que fue estacionado en el cruce de las calles Villa Reyes y Villa Cannes, Colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, en la Delegación Iztapalapa, se acercaron dos sujetos de su costado, y nunca imaginó que iban a atentar contra su vida.
Al estar a unos centímetros de la ventanilla del lado del conductor, la cual se encontraba arriba, sacaron las armas de fuego que llevaban consigo y le dispararon en dos ocasiones y luego se dieron a la fuga, dejando en el interior del automotor a la joven en medio de una crisis de pánico, ya que pensaba que también "iban" por ella, pero no le hicieron nada.
Vecinos del lugar salieron de inmediato para tratar de ayudar a la víctima, pero nada pudieron hacer por Julio Angel y se solicitó el apoyo de paramédicos para que ayudaran a la joven que se encontraba en shock, ya que vio el momento en que el par de sujetos a sangre fría le dispararon a corta distancia en la cabeza, y vio cuando lanzó su último suspiro.
Dos balas fueron las que se le incrustaron en la cabeza; a milésimas de segundos la sangre comenzó a brotar; ya sus ojos se encontraban en un punto desconocido, la chica no salía del miedo que le causó el pensar que también iba contra ella, pero al ver los individuos que habían cumplido con su cometido, porque pudo haber sido un ajuste de cuentas, se retiraron del lugar a toda prisa.
Julio Angel quedó recostado de su lado, y al llegar los elementos de la SSPDF solamente confirmaron que había dejado de existir, pero tenían que darle apoyo a la joven, quien fue la que reveló cómo ocurrieron los hechos, pero de los sicarios no se supo nada, ya que traían pasamontañas, para que no pudieran ser vistos por la muchacha, pero eso a los investigadores parece no importarles.
Ahora se encuentran investigando entre los familiares para conocer si alguien que lo había amenazado para dar con el paradero de los críminales.
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