El Papa comenzó la catequesis de este Miércoles Santo durante la audiencia general con el episodio de la "humillación" que Jesús sufre tras la traición de Judas.
Un "episodio triste" y "dramático", explicó el Pontífice argentino, ya que "Jesús fue vendido como en el mercado por 30 monedas y con el que comienza así su humillación hasta el final".
"Jesús llegó a su completa humillación con la muerte en la cruz. Se trata de la peor muerte, pues era la que se reservaba a los esclavos y delincuentes. Jesús era considerado un profeta y muere como un delincuente", agregó Francisco.
Fue entonces cuando el Papa aseguró que tras la muerte, "Dios interviene con la potencia de su resurrección, que no es el 'happy end' ('final feliz') de una película, de un cuento de hadas, sino la prueba de que Dios actúa cuando se acaban las esperanzas del hombre, allí donde las fuerzas humanas ya no dan más de sí".
Por eso, dijo el Papa, "también nosotros, en los momentos de mayor oscuridad, debilidad y flaqueza, debemos poner nuestra esperanza en Dios, como hizo Jesús".
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