J. Adalberto Villasana
"¡Juan Pablo, hermano, ya eres mexicano!", fueron de las últimas expresiones que se escucharon antes que el Papa Amigo partiera en la quinta visita; hoy, junto con el Papa Bueno, Juan XXIII subió a los altares, ambos como santos.
En la memoria quedó la imagen del Pontífice que cultivó una entrañable amistad con el pueblo mexicano desde su primera visita en 1979.
Así en el corazón del pueblo todavía se siente aquella respuesta de: "México siempre fiel", cuando miles de feligreses en la Basílica de Guadalupe gritaban: "¡Juan Pablo II, te quiere todo el mundo!".
Igual pasa con su última frase en la quinta visita en 2002, cuando a las muestras de cariño y luego de declararse mexicano, dijo: "me voy, pero no me voy, me voy, pero no me ausento, pues aunque me voy, de corazón me quedo. Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo".
En sus veintiséis años de pontificado San Juan Pablo II tuvo a la Virgen de Guadalupe y a México presentes, y los mexicanos aún corresponden a ese cariño, porque como dijo, estará con nosotros hasta el fin de los tiempos.
El 26 de enero de 1979, el Papa Juan Pablo II aterrizó en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y lo primero que hizo al descender de la aeronave fue besar el suelo mexicano, en una imagen que sorprendió y conmovió al mundo.
En agosto de 1993, el Papa Juan Pablo II, realizó su tercera visita, en Yucatán el Papa peregrino enfocó sus discursos a los indígenas y al respeto a todas las etnias de la región, en el DI aniversario del inicio de la evangelización con el descubrimiento de América.
Fue en 1999, durante la cuarta visita cuando proclamó el 12 de diciembre como fiesta del Continente Americano y elevó a la Guadalupana, como "Reina de toda América", antes de clausurar los trabajos del Sínodo de América.
Ese año encabezó multitudinarias oraciones en el Autódromo Hermanos Rodríguez y en el Estadio Azteca, donde el Papa Juan Pablo II dijo: "estaré con ustedes hasta el fin de los días" y recalcó que él también era mexicano. Visitó la Basílica de Guadalupe, un hospital y la Residencia Oficial de Los Pinos.
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