"¡Ya es bue­no!, no lo ma­ten", suplica experto en ros­tro hu­ma­no

En­ri­que Her­nán­dez, Texto y foto

"No lo ma­ten ¡Ya es bue­no!" im­plo­ró Ser­gio Jau­bert, ex­per­to en des­ci­frar el ros­tro hu­ma­no, quien di­jo que el con­na­cio­nal Ra­mi­ro Her­nán­dez, con­de­na­do a la pe­na de muer­te pa­ra el día de hoy, en los Es­ta­dos Uni­dos, "a tra­vés de 20 años que ha du­ra­do el jui­cio, el me­xi­ca­no, se­gún las fac­cio­nes de su ros­tro se ha con­ver­ti­do en una per­so­na que no es ca­paz de ha­cer­le da­ño a al­guien", re­cal­có.

Quien con ba­se en los ges­tos, mue­cas, ci­ca­tri­ces, man­chas, for­mas de las fac­cio­nes de la ca­ra ha po­di­do sa­ber el es­ta­do de áni­mo, fu­tu­ro, ca­rác­ter y has­ta des­ti­nos fa­ta­les, con­mo­vi­do re­cal­có que Her­nán­dez, "no de­be mo­rir".

En su mo­des­to es­tu­dio don­de una in­fi­ni­dad de pu­bli­ca­cio­nes y de re­tra­tos de fa­mo­sos co­mo son ar­tis­tas, de­por­tis­tas y has­ta gran­des de­lin­cuen­tes, cuel­gan de la pa­re­des, Ser­gio Jau­bert re­cal­có que el hun­di­mien­to y las mar­cas os­cu­ras al­re­de­dor de los ojos del con­de­na­do a mo­rir con una in­yec­ción le­tal, dan mues­tra de que se ha con­ver­ti­do en una per­so­na ino­fen­si­va y que no re­pre­sen­ta un pe­li­gro pa­ra la so­cie­dad.

En su pos­tu­ra de me­xi­ca­no di­jo que la pe­na de muer­te se de­be de erra­di­car de to­do el mun­do, "to­dos los se­res hu­ma­nos te­ne­mos de­re­cho a la vi­da".

El tam­bién ex­per­to en el com­por­ta­mien­to de cri­mi­na­les, aco­tó que los la­bios alar­ga­dos de Her­nán­dez re­fie­ren que es­tá re­sig­na­do, "por eso se ha ale­ja­do de la fa­mi­lia", abun­dó.

El que ha des­ci­fra­do los ros­tros por más de me­dio si­glo, co­men­tó que los pár­pa­dos del me­xi­ca­no con los años pa­sa­ron de ser de una per­so­na im­pul­si­va a un ser com­pa­si­vo e ino­fen­si­vo. 

Jau­bert, hi­zo hin­ca­pié que en los se­res hu­ma­nos en las fac­cio­nes del ros­tro se in­ter­pre­ta el áni­mo o el sen­ti­mien­to, por lo que di­jo, "Ra­mi­ro Her­nán­dez es­tá arre­pen­ti­do".

Quien ase­gu­ra que es el pa­dre del re­tra­to ha­bla­do en Mé­xi­co, re­sal­tó que la peor con­de­na que pue­de ha­ber pa­ra al­guien "es vi­vir pen­san­do en que vas a mo­rir en una fe­cha pro­gra­ma­da. "No lo ma­ten", su­pli­có.

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