CHOCO SU MOTO Y SE ROMPIO EL COCO

Raúl Ma­cías, Foto: Luis A. Barrera

Un hom­bre de en­tre 35 y 40 años de edad per­dió la vi­da ayer al de­rra­par en la mo­to en que via­ja­ba y es­tam­par­se con­tra un ár­bol, que­dan­do su cuer­po en los ca­rri­les de al­ta ve­lo­ci­dad de la Cal­za­da Ig­na­cio Za­ra­go­za en la Co­lo­nia Ejér­ci­to de Orien­te, en don­de es­tu­vo a pun­to de ser des­tro­za­do por los ve­lo­ces au­tos que cir­cu­la­ban por esa via­li­dad, por lo que se dio avi­so a la po­li­cía ca­pi­ta­li­na.

De acuer­do a los pri­me­ros re­por­tes que pro­por­cio­nó la au­to­ri­dad po­li­cia­ca, el hom­bre de en­tre 35 y 40 años de edad, quien se en­cuen­tra en ca­li­dad de des­co­no­ci­do, cir­cu­la­ba so­bre la Cal­za­da Za­ra­go­za cuan­do de pron­to per­dió el con­trol del "ca­ba­llo de ace­ro" y cho­có con­tra un ár­bol por lo que sa­lió "dis­pa­ra­do" y del fuer­te gol­pe su­frió una muer­te ins­tan­tá­nea.

El gol­pe pri­me­ro con­tra el ár­bol y lue­go con­tra el pa­vi­men­to aler­tó a tran­seún­tes y au­to­mo­vi­lis­tas que tu­vie­ron que dar un fre­nón pa­ra evi­tar pa­sar por en­ci­ma de él. Pa­ra evi­tar que es­to lle­ga­se a su­ce­der, per­so­nas que se acer­ca­ron al lu­gar de la tra­ge­dia re­guar­da­ron el cuer­po en lo que lle­ga­ban los efec­ti­vos de la po­li­cía ca­pi­ta­li­na pa­ra que aban­de­ra­ran el ca­dá­ver.

A los po­cos mi­nu­tos lle­ga­ron pa­ra­mé­di­cos, pe­ro na­da pu­die­ron ha­cer y so­la­men­te no­ti­fi­ca­ron que el fuer­te gol­pe que se dio en con­tra de la cin­ta as­fál­ti­ca fue lo que le oca­sio­nó una frac­tu­ra cra­neoen­ce­fá­li­ca y de­bi­do a ello co­men­zó a san­grar de la ca­be­za, aun­que tam­bién se le de­tec­ta­ron al­gu­nas frac­tu­ras en va­rias par­tes del cuer­po, y es que no traía cas­co de se­gu­ri­dad.

Has­ta el cie­rre de es­ta edi­ción las au­to­ri­da­des te­nían al hom­bre que ves­tía su­da­de­ra gris y pan­ta­lón de mez­cli­lla de co­lor si­mi­lar y te­nis ne­gros, en ca­li­dad de des­co­no­ci­do, pe­ro ya in­ves­ti­ga­ban el nú­me­ro de pla­cas de la mo­to­ci­cle­ta pa­ra co­no­cer la di­rec­ción de quien la tie­ne re­gis­tra­da y de es­te mo­do po­der con­tac­tar a los fa­mi­lia­res de la víc­ti­ma.

Pe­ro a la vez las au­to­ri­da­des die­ron a co­no­cer que se es­pe­ra­rá el dic­ta­men de los pe­ri­tos y co­no­cer si es que se tra­tó de un ac­ci­den­te o al­gún au­to­mo­vi­lis­ta fue el que lo hi­zo per­der el equi­li­brio y de ser así ini­ciar una ave­ri­gua­ción pre­via por el de­li­to de ho­mi­ci­dio por trán­si­to ve­hi­cu­lar, pe­ro has­ta el mo­men­to se tie­ne re­gis­tra­do el he­cho co­mo un ac­ci­den­te vial.

Enviado desde mi iPad