ATIZAPAN, Méx.- "Te dije que no te la ibas a acabar y lo que prometo lo cumplo, te llegó la hora", esas fueron las palabras que expresó el menor Edgar Yoevani, de 15 años de edad, antes de asesinar de certero balazo en la cabeza, dentro de su salón de clases, el pasado 6 de mayo a su compañero de colegio Ricardo Alvarado Ordóñez, de 13 años de edad.
"No lo podíamos creer, sabíamos que Ricardo y Edgar desde hace varios meses tenían conflictos por problemas netamente escolares y de amores con algunas de las compañeras del colegio e incluso en varias ocasiones llegaron a los golpes y muchas veces escuchamos a Edgar que amenazó a Ricardo con que le iba a hacer daño, pero nunca pensamos que dentro de su venganza estaba contemplado matarlo", declararon ante el ministerio público varios de los compañeros del ahora occiso, durante las actuaciones y declaraciones que se recopilaban para aclarar este singular hecho.
Los sorprendidos alumnos que al cumplirse casi un mes de que se registraron los mortales hechos aún no dan crédito a lo sucedido, manifestaron que serían como las 16:00 horas del pasado martes 6 de mayo y que se encontraban dentro del salón tomando la clase de tecnología, cuando escucharon que Edgar y Ricardo volvían a discutir; sin embargo en esta ocasión, sorpresivamente Edgar sacó de su mochila una pistola calibre .32, según dijo, propiedad de su padre, y tras manifestarle "te dije que no te la ibas a acabar, lo que prometo lo cumplo, te llegó la hora", le disparó a quemarropa un balazo en la frente.
En medio de la histeria y de los gritos de terror que vivieron todos los alumnos que se encontraban en el salón y la misma profesora, Ricardo cayó herido de muerte, en medio de un enorme charco de sangre, en tanto que Edgar se quedó paralizado, todavía sin dar crédito a lo que había hecho.
En medio de la incertidumbre y la tensión que se vivía dentro del citado colegio, donde las clases fueron suspendidas, elementos de la Policía Municipal llegaron al colegio para detener al presunto homicida, quien de entrada como si nada hubiera pasado y sin medir las consecuencias que tuvo su desequilibrada acción balbuceó "se lo advertí".
Policías municipales revelaron que durante el trayecto a las instalaciones del centro de justicia de Atizapán y tras cuestionar dentro de su patrulla al joven homicida, éste indicó que la pistola calibre .32 con la que mató a su compañero de colegio era propiedad de su padre y sin el menor recato dijo que durante algunos días la estuvo buscando, pues ya había decidido matar a Ricardo para terminar de una vez por todas con los problemas que tenían.
Después que el joven homicida fue puesto a disposición del ministerio público, casi enseguida fue consignado al Tutelar de Menores Infractores de Zinacantepec, conocido como la Quinta del Bosque, donde quedó a disposición del Juzgado para Adolecentes, relacionado con la causa 79/14.
A pesar de que los padres del ahora occiso denunciaron que al parecer el presunto homicida va a salir en libertad de un momento a otro, autoridades de la Quinta del Bosque desmintieron estas versiones y dijeron que por ley este joven podría salir pero hasta que cumpla la mayoría de edad.
Aunque las mismas autoridades del Tutelar explicaron que debido a que el presunto homicida actuó con alevosía y ventaja, podría ser juzgado y sentenciado a varios años de cárcel, tal y como lo establece la ley de adolecentes infractores del Estado de México que en uno de sus artículos manifiesta que jóvenes de entre 12 y 17 años de edad que cometan un delito grave, podrían ser juzgados como cualquier persona mayor de edad; sin embargo, esto será determinación única y exclusivamente del juez de la causa.
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