* Wendy estaba embarazada y fue una de las víctimas del pipazo, pero a pesar de sus heridas dio a luz y bautizó a su hija como Milagros, pues sólo así -dice ella- se explica que ambas hayan salvado la vida
Texto y Foto: Enrique Hernández
Entre la tragedia que ocurrió en San Pedro Xalostoc, el año pasado, cuando un pipa de dos contenedores salieron volando a los costados de la Autopista México-Pachuca, específicamente en la zona urbana y provocando al explotar 27 muertos y decenas de heridos, también surgió el milagro.
Hace una año, precisamente el 7 de mayo, el pueblo de México se despertó con la noticia de que en el municipio de Ecatepec había sucedido una tragedia que enlutó a decenas de familias.
Wendy Ramírez Hernández, en ese momento, cuando apenas salía el sol de un nuevo día y se mezclaba entre la penumbra de la noche, dormía acompañada de sus seres queridos, cuando de pronto se escuchó una fuerte explosión e inmediatamente una ola de fuego penetró hacia su humilde vivienda que se localiza de lado derecho de la Autopista México-Pachuca en su sentido hacia el Distrito Federal.
En esa época, esta habitante de San Pedro Xalostoc, se encontraba embarazada, a punto de dar a luz, así es que toda la noche no durmió al sentirse incómoda porque de un momento a otro iba a nacer su hijo.
Pero el destino, ese que a veces no hay explicación para descifrarlo, la colocó en la escena donde para muchos se convirtió en una pesadilla abrasada por el infierno por la fuerte explosión y el fuego que se expandió inmediatamente por las calles.
La señora Wendy quedó casi inconsciente dentro de su hogar que era consumido por las llamas que cicatrizaron con quemaduras todo su cuerpo.
Un familiar quien se encontraba cerca de la zona inmediatamente ingresó a la humilde morada y rescató a Wendy, quien ya llevaba las contracciones que causan el comienzo de un parto.
Inmediatamente fue trasladada en una ambulancia a un hospital, para recibir sus primeras atenciones, mientras que atrás quedaba la estela de dolor, muerte, y sufrimiento de los habitantes de San Pedro Xalostoc.
Esta mujer, al llegar al hospital no sólo soportó los fuertes dolores de las quemaduras que literalmente le habían desgarrado la piel, también sacó todas sus fuerzas en uno de esos hechos inexplicables, para poder dar a luz a una niña.
Ante este hecho, tanto la madre y sus familiares, no dudaron en nombrar a la bebé como Milagros, por el hecho no habría otro nombre para que llevara la recién nacida que entre la destrucción y el fallecimiento de 27 personas, también en contraste causó alegría e inclinó a la comunidad de que aún en las circunstancias más difíciles también existen los milagros.
Ayer, en el primer aniversario de la tragedia de San Pedro Xalostoc, se recordaron a las víctimas, pero también en un momento la pequeña Milagros fue consentida y apapachada por sus familiares al cumplirse paradójicamente su primer año de vida.
Texto y Foto: Enrique Hernández
Entre la tragedia que ocurrió en San Pedro Xalostoc, el año pasado, cuando un pipa de dos contenedores salieron volando a los costados de la Autopista México-Pachuca, específicamente en la zona urbana y provocando al explotar 27 muertos y decenas de heridos, también surgió el milagro.
Hace una año, precisamente el 7 de mayo, el pueblo de México se despertó con la noticia de que en el municipio de Ecatepec había sucedido una tragedia que enlutó a decenas de familias.
Wendy Ramírez Hernández, en ese momento, cuando apenas salía el sol de un nuevo día y se mezclaba entre la penumbra de la noche, dormía acompañada de sus seres queridos, cuando de pronto se escuchó una fuerte explosión e inmediatamente una ola de fuego penetró hacia su humilde vivienda que se localiza de lado derecho de la Autopista México-Pachuca en su sentido hacia el Distrito Federal.
En esa época, esta habitante de San Pedro Xalostoc, se encontraba embarazada, a punto de dar a luz, así es que toda la noche no durmió al sentirse incómoda porque de un momento a otro iba a nacer su hijo.
Pero el destino, ese que a veces no hay explicación para descifrarlo, la colocó en la escena donde para muchos se convirtió en una pesadilla abrasada por el infierno por la fuerte explosión y el fuego que se expandió inmediatamente por las calles.
La señora Wendy quedó casi inconsciente dentro de su hogar que era consumido por las llamas que cicatrizaron con quemaduras todo su cuerpo.
Un familiar quien se encontraba cerca de la zona inmediatamente ingresó a la humilde morada y rescató a Wendy, quien ya llevaba las contracciones que causan el comienzo de un parto.
Inmediatamente fue trasladada en una ambulancia a un hospital, para recibir sus primeras atenciones, mientras que atrás quedaba la estela de dolor, muerte, y sufrimiento de los habitantes de San Pedro Xalostoc.
Esta mujer, al llegar al hospital no sólo soportó los fuertes dolores de las quemaduras que literalmente le habían desgarrado la piel, también sacó todas sus fuerzas en uno de esos hechos inexplicables, para poder dar a luz a una niña.
Ante este hecho, tanto la madre y sus familiares, no dudaron en nombrar a la bebé como Milagros, por el hecho no habría otro nombre para que llevara la recién nacida que entre la destrucción y el fallecimiento de 27 personas, también en contraste causó alegría e inclinó a la comunidad de que aún en las circunstancias más difíciles también existen los milagros.
Ayer, en el primer aniversario de la tragedia de San Pedro Xalostoc, se recordaron a las víctimas, pero también en un momento la pequeña Milagros fue consentida y apapachada por sus familiares al cumplirse paradójicamente su primer año de vida.
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