"Debido a la traición de un grupo de soldados profesionales, que jugaron lealtad a la (autoproclamada) república popular de Donetsk, y para no permitir el derramamiento de sangre, los mandos de la Guardia Nacional decidieron replegar a sus efectivos, junto con las armas" y blindados a otro cuartel, señala un comunicado del cuerpo militar.
La comandancia de la Guardia Nacional desmintió que los insurgentes se hubieran apoderado de 200 fusiles automáticos, aunque reconoció la desaparición de varias pistolas.
Por otra parte, el llamado "Ejército Unido del Sureste", brazo armado de la autoproclamada república popular de Lugansk, se unió hoy a sus vecinos prorrusos de Donetsk en su exigencia a las tropas y fuerzas de seguridad ucranianas para que se retiren de la región.
"Nosotros, el Ejército del Sureste, nos dirigimos a todos los que han venido a nuestra tierra para hacer la guerra: soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania, la Guardia Nacional, miembros del Pravi Sektor (Sector de Derechas). Os instamos a abandonar cuanto antes el territorio de la república popular de Lugansk", declaró el jefe del contraespionaje de ese cuerpo paramilitar, Vladímir Grómov.
En la vecina Donetsk, que se autoproclamó ayer república parlamentaria, los milicianos prorrusos han dado un ultimátum a las fuerzas ucranianas y han prometido "destruir" a las unidades mandadas por Kiev si éstas no se retiran de la región.
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