Luis A. Barrera
Noel F. Alvarado
De manera impune, un comerciante, de 55 años de edad, fue asesinado a balazos en uno de los andenes de la Central de Abasto, porque se resistió a entregar el dinero que llevaba para comprar cajas de mango para su negocio. Los asesinos, fueron tres sujetos, los cuales se dieron a la fuga.
Este asesinato, ocurrió en medio del operativo de seguridad y vigilancia que se mantiene las 24 horas del día en la Central de Abasto y pese a la existencia de cámaras de videovigilancia instaladas en ese lugar.
Policías auxiliares, uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y agentes de la Policía Investigadora, sólo acudieron al lugar del crimen para resguardar la escena para evitar que se borraran evidencias. Debido a la inseguridad que priva en la Central de Abasto, los empresarios bodegueros exigieron mayor control por parte de los encargados de la seguridad y vigilancia de la SSPDF y de la PGJDF.
Los reportes del Centro de Información Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del DF y las primeras investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del DF, la mañana de ayer lunes, un hombre, de 55 años de edad, llegó a la Central de Abasto y se dirigió a la zona de frutas y legumbres a comprar mangos para su recaudería.
En los momentos en que se encontraba en la bodega marcada con el número 165 del andén M de la Central de Abasto, este comerciante fue sorprendido y sometido con una arma de fuego por tres sujetos.
Bajo amenazas de muerte los tres sujetos, le gritaron que les entregara el dinero que llevaba para comprar su mercancía y, debido a que éste opuso resistencia, uno de ellos jaló el gatillo, por lo que las balas se alojaron en el cuerpo de este hombre. Debido a ello, cayó mortalmente herido.
Mientras que los agresores escapaban, algunos testigos de inmediato solicitaron la intervención de personal de los cuerpos de socorro y de la policía. Cuando los paramédicos de la Cruz Roja y del ERUM, arribaron al lugar del hecho de violencia y revisaron el cuerpo de este hombre, nada pudieron hacer, debido a que diagnosticaron que ya había dejado de existir a consecuencia de las heridas de bala.
Una vez que los investigadores de la Procuraduría General de Justicia del DF, realizaron la inspección ocular y luego de recoger toda evidencia que los lleve al esclarecimiento de este crimen, el cadáver del comerciante, fue trasladado al anfiteatro de la fiscalía de la Procuraduría capitalina en Iztapalapa, donde se continúa con las investigaciones.
De manera impune, un comerciante, de 55 años de edad, fue asesinado a balazos en uno de los andenes de la Central de Abasto, porque se resistió a entregar el dinero que llevaba para comprar cajas de mango para su negocio. Los asesinos, fueron tres sujetos, los cuales se dieron a la fuga.
Este asesinato, ocurrió en medio del operativo de seguridad y vigilancia que se mantiene las 24 horas del día en la Central de Abasto y pese a la existencia de cámaras de videovigilancia instaladas en ese lugar.
Policías auxiliares, uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y agentes de la Policía Investigadora, sólo acudieron al lugar del crimen para resguardar la escena para evitar que se borraran evidencias. Debido a la inseguridad que priva en la Central de Abasto, los empresarios bodegueros exigieron mayor control por parte de los encargados de la seguridad y vigilancia de la SSPDF y de la PGJDF.
Los reportes del Centro de Información Policial de la Secretaría de Seguridad Pública del DF y las primeras investigaciones de la Procuraduría General de Justicia del DF, la mañana de ayer lunes, un hombre, de 55 años de edad, llegó a la Central de Abasto y se dirigió a la zona de frutas y legumbres a comprar mangos para su recaudería.
En los momentos en que se encontraba en la bodega marcada con el número 165 del andén M de la Central de Abasto, este comerciante fue sorprendido y sometido con una arma de fuego por tres sujetos.
Bajo amenazas de muerte los tres sujetos, le gritaron que les entregara el dinero que llevaba para comprar su mercancía y, debido a que éste opuso resistencia, uno de ellos jaló el gatillo, por lo que las balas se alojaron en el cuerpo de este hombre. Debido a ello, cayó mortalmente herido.
Mientras que los agresores escapaban, algunos testigos de inmediato solicitaron la intervención de personal de los cuerpos de socorro y de la policía. Cuando los paramédicos de la Cruz Roja y del ERUM, arribaron al lugar del hecho de violencia y revisaron el cuerpo de este hombre, nada pudieron hacer, debido a que diagnosticaron que ya había dejado de existir a consecuencia de las heridas de bala.
Una vez que los investigadores de la Procuraduría General de Justicia del DF, realizaron la inspección ocular y luego de recoger toda evidencia que los lleve al esclarecimiento de este crimen, el cadáver del comerciante, fue trasladado al anfiteatro de la fiscalía de la Procuraduría capitalina en Iztapalapa, donde se continúa con las investigaciones.
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